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Inicio > REVISTA > Opinión > ![]() Comunicado sobre graves violaciones de Derechos humanos con relación a los supervivientes del genocidio contra los tutsi
09/09/2020 -
Aunque somos perfectamente conscientes de las violaciones de derechos humanos fundamentales que afectan a todas las franjas de la sociedad ruandesa. Hoy nos expresamos en cuanto supervivientes, no porque nos consideremos diferentes de los otros ciudadanos, sino porque a lo largo de estos años hemos sido el objetivo específico de asesinatos y persecuciones ejercidas por los diferentes servicios de seguridad del gobierno ruandés actual. Tras haber agotado todos los recursos en el ámbito nacional, hemos resuelto recurrir la ayuda internacional para que aporte una solución a nuestro problema. Es preciso señalar que décadas de violencia contra los supervivientes del genocidio contra los tutsi han obligado a la mayoría de ellos, especialmente a los que viven en Ruanda, a renunciar a pedir socorro por miedo a las represalias gubernamentales contra ellos mismos o contra los miembros de sus familia. Algunos han llegado incluso a suplicar o amenazar a sus allegados o amigos que se atreven a expresar públicamente y denunciar los métodos violentos del gobierno contra ellos. Los grupos de supervivientes, cuyo primer objetivo era pedir justicia para sus miembros han visto que sus líderes han tomado el camino del exilio para escapar a la violencia y a las amenazas contra ello de los diferentes servicios del gobierno. Como consecuencia de estas marchas al exilio, el gobierno ha impuesto a sus criados como nuevos líderes, cuyos poderes y privilegios ha gradualmente y significativamente confiscado creando una miríada de comisiones y fondos bajo control directo. Esta fragmentación ha terminado por convertir a estos grupos en impotentes e inadecuados para responder a los problemas de inseguridad a los que los supervivientes estaban confrontados. Los ha, más bien, reducido a instrumentos del gobierno utilizados en nombre de los supervivientes y a menudo contra su voluntad y sus intereses. Hemos elegido los caos de los señores Assinapol Rwigara, Kizito Mihigo et Aimable Uzaramba Karasira, tres de los ejemplos más conocidos que sacan a la luz los asesinatos que apuntan a los supervivientes del genocidio para los dos primeros y un plan de asesinato para el tercero. Es preciso señalar que la mayoría de estos asesinatos han sido cometidos cada vez en torno a los meses que preceden a la conmemoración del genocidio; conmemoración que tiene lugar cada año en el mes de abril. Los tres casos ilustran una constante en las muertes sospechosas o persecuciones que producen la muerte de supervivientes del genocidio de modo escalonado en estos 26 años. Las seis características de esta tendencia constante son:
Los métodos utilizados incluyen disparos contra la víctima esposada o detenida por la policía; ejecuciones maquilladas como suicidios; enfermedades fatales de corta duración, la opinión pública considera muertes por envenenamiento; desapariciones y accidentes de circulación organizados. El Señor Rwigara, un renombrado hombre de negocios, fue sometido a un constante hostigamiento por diversos servicios de seguridad durante muchos años para terminar asesinado en 2015 en un accidente de circulación organizado. Alertadas por una llamada anónima, su esposa y su hija se habían apresurado a ir al lugar del presunto accidente acompañadas por una ambulancia. Encontraron a Rwigara todavía consciente y trataron de trasladarlo a la ambulancia para llevarlo a urgencias; fueron físicamente retenidas por miembros de la policía que, más bien, encerraron a la víctima, todavía con vida, en un saco mortuorio, antes de transportarlo precipitadamente a una morgue en vez de a un hospital. El Sr. Rwigara fue encontrado más tarde, sin vida, con heridas de puñal todavía sangrientas en la parte de atrás de la cabeza; heridas que no tenía antes de ser introducido en la furgoneta de la policía. Las persistentes peticiones por parte de la familia Rwigara de que se hiciera una investigación desencadenaron una cruel campaña de difamación y persecución conducida por el Presidente Kagame mismo y por la ministra de Asuntos Exteriores de la época la Sra. Louise Mushikiwabo. En el transcurso de los dos años que siguieron al asesinato, los bienes de Rwigara fueron o subastados o destruidos; su viuda y huérfanas fueron torturadas y encarceladas. Su viuda y una de sus hijas permanecieron en la cárcel 14 meses. Sólo fueron liberadas después de una intensa presión de la comunidad internacional. Conviene señalar que en este asunto no hubo ni investigación ni pesquisas judiciales contra los sospechosos. El caso de Kizito Mihigo, el célebre artista y activista de la paz y reconciliación que fue encontrado muerto cuando estaba detenido en un calabozo de la policía el 17 de febrero de 2020, ha acentuado la opinión común de que muchos supervivientes del genocidio contra los tutsi no mueren de muerte natural como se hace creer. Contrariamente a los casos de otras víctimas, el asesinato de Mihigo, que era una figura de renombre internacional, ha hecho que el gobierno haya sufrido la presión de los que en el país y en el extranjero reclamaban una investigación. Sin embargo, el gobierno ha rechazado categóricamente colaborar con expertos internacionales independientes en una investigación conjunta, procedería a una autopsia. Diez días después de la muerte de Mihigo, un comunicado de la National Public Prosecution Authority (MNPPA) y del Rwandan Investigations Bureau (RIB) presentando los resultados de una investigación fue hecho público. El comunicado confirmó el que el RIB había publicado la mañana del 17 de febrero 2020, día del anuncio de la muerte de Mihigo, antes de cualquier tentativa de investigación, de que se trataba de un suicidio. Diversos testigos oculares rechazaron posteriormente la tesis del suicidio. Entre ellos se encuentra un reportero YouTube que después de haber visto con sus propios ojos el cuerpo del difunto declaró haber visto cuchilladas en la cara que habrían podido ser causadas por objetos puntiagudos más que un suicidio por ahorcamiento, como oficialmente se había anunciado. Ese reportero fue luego encarcelado y no ha sido nunca inculpado. Después de la detención de Mihigo el 13 de febrero de 2020, se lanzó una fuerte campaña para ensuciar su reputación y más tarde su memoria. Está dirigida por altos dirigentes del gobierno y reproducida por los medios próximos al gobierno y al partido en el poder. Por otra parte, hay una campaña de intimidación dirigida contra toda persona que se atreve a llorar a Mihigo o simplemente a manifestar sus sentimientos de tristeza por su muerte. Karasira sigue von vida, pero ya aparecen las mismas características de la constante que se desprende de los otros casos y que podría conducir a su asesinato. Kasagira, profesor de universidad y artista, perdió sus padres y su hermana pequeña en 1994. Fueron asesinados por el APR, el ejército del movimiento rebelde dirigido por Paul Kagame. Como youtuber y cantante aficionado, Karasira ha compuesto muchas canciones con relación a la injusticia social. Ello lo ha llevado a su aislamiento social, ingeniosamente organizado por dirigentes del gobierno. Como consecuencia de su reciente revelación de los detalles del asesinato de su familia, la presión contra él, ejercida por los medios cercanos al gobierno así como por altos dirigentes del Estado-partido del presidente Kagame, comenzó a subir. El 20 de julio de 2020, en un tuit, Tom Ndahiro, del partido en el poder, ha acusado a Karasira de ser enemigo del país y ha reclamado que sea expulsado de su puesto de profesor en la Universidad de Ruanda. El mismo día, Edouard Bamporiki, Secretario de Estado en el ministerio de la juventud y de la cultura y miembro también del National Executive Committe (NEC) ha difundido las mismas acusaciones contra Karasira ya ha reclamado igualmente su despido de la universidad. El 27 de julio de 2020, el doctor Ignace Gatare, director del College of Sciences and Technologiy de la Universidad de Ruanda, e igualmente miembro de NEC, ha dado continuidad a las alegaciones de los señores Ndahiro y Bamporiki. Ha dirigido una carta de petición de explicaciones a Marasira, para que explicara sus críticas contra el gobierno, por su ausencia en celebrar el día nacional de la independencia y por su no-disposición a casarse con una mujer ruandesa. La carta acusaba también de insultar a dirigentes del gobierno. El 14 de agosto de 2020, el señor Karasira recibía una carta de despido firmada por Philip Cotton, vice-rector de la Universidad de Ruanda, a causa, entre otras faltas disciplinarias, la expresión de actitudes y opiniones controvertidas por medio de declaraciones públicas, declaraciones que serían contrarias a los valores profesionales, a la ética y a sus obligaciones como educador. De las seis facetas de la tendencia constante de los asesinatos contra supervivientes del genocidio contra los tutsi, tres son ya las que se dan en la persecución contra Karasira. Nuestra inquietud, por el momento, es que la cuarta, la fatal, se produzca pronto. En lo relativo a la justicia, todo cuanto los supervivientes han solicitado y siguen pidiendo es que todo suceda según lo prevista por la ley. Algunos arquitectos del genocidio son protegidos por el gobierno. Entre ellos se encuentran incluso los que fueron reconocidos culpables por los tribunales de justicia legalmente establecidos. El caso del antiguo Primer ministro Pierre-Célestin Rwigema es una ilustración del cínico uso del genocidio por intereses políticos. Cuando era miembro del gobierno y más marte Primer Ministro de 1994 a 2.000, testigos y víctimas de su presunto rol en el genocidio y sus familias lo denunciaron para que fuera perseguido judicialmente. Sólo después de su huida del país su caso ha sido sometido a la justicia. Antes de su regreso del exilio, todos los cargos que pesaban contra él fueron abandonados, medida que ha puesto en evidencia el mercadeo que había concluido con el gobierno para garantizarle un regreso seguro. Lewis Murahoneza, alias Kigurube, uno de los líderes más tristemente célebres de la milicia Interahamwe, fue reconocido culpable en diferentes cargos: genocidio, asesinato y violación, y fue condenado en rebeldía a 30 años de cárcel por un tribunal Gacaca. Todos sus crímenes fueron cometidos durante el genocidio contra los tutsi. En diciembre de 2013, invitado por el gobierno ruandés, viajó a Ruanda, donde fue acogido y protegido por altas autoridades del gobierno y por el Presidente mismo. Hasta hoy, Murahoneza, que reside en Bélgica sigue moviéndose libremente. Después d muchas cartas dirigidas al Presidente reclamando investigaciones sobre numerosas muertes sospechosas de supervivientes del genocidio contra los tutsi, un grupo de supervivientes dirigió otra carta al Presidente Paul Kagame en fecha del 3 de agosto de 2019. Subrayan en la carta, entre otras quejas, graves inquietudes con relación a la implicación habitual de las instituciones gubernamentales en las muertes de sus camaradas supervivientes, seguidas, cada vez, por violentas difamaciones y por campañas de intimidación, desdichadamente triunfantes, contra las víctimas y contra quienes trataban de solicitar justicia. La carta mostraba que todo ello era llevado a cabo por dirigentes gubernamentales y miembros importantes del partido en el poder. Es preciso destacar que ninguna de las numerosas cartas dirigidas al Presidente sobre esta cuestión obtuvo ni acusa de recibo no respuesta. En lugar de ello, muchos de los firmantes han sido sometidos a diversas intimidaciones y abusos en la prensa y en los medios sociales cercanos al gobierno y al partido en el poder; oficiales gubernamentales y gente próxima, temerosos por su seguridad, trataba desesperadamente de probar su lealtad al gobierno. Pedimos a las Naciones Unidas que inscriba la seguridad y protección de los supervivientes del genocidio contra los tutsi en el orden del día de las cuestiones que deben examinarse con urgencia. Rogamos a toda la prensa nacional e internacional que se lleve nuestra señal de socorro al conocimiento del mundo entero, exponiendo la crueldad que se inflige a los supervivientes del genocidio contra los tutsi por parte de los servicios de seguridad del gobierno ruandés. Invitamos a otras organizaciones internacionales, a los gobiernos extranjeros y amigos de Ruanda, a que hagan presión sobre el gobierno de Ruanda, exijan que tome medidas serias para proteger la seguridad de los supervivientes el genocidio contra los tutsi y que proceda a realizar investigaciones y pesquisas judiciales contra los responsables de estos asesinatos y actos de intimidación. Copia para información: Respetuosamente, los firmantes : Contacto: savesurvivosurvivors1@gmail.com La Fundación Ibukabose Rengerabose – Memoria y Justicia para todos apoya a los autores de este comunicado y apoya sin reservas su búsqueda de la verdad y de la justicia Fuente: La Tribune Franco-Rwandaise [Fundación Sur]
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