El vicepresidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, se enfrenta a un gran desafío al haber sido elegido para encabezar el partido gobernante de Sudáfrica justo después de lidiar con acusaciones de corrupción y desunión. Ramaphosa fue electo presidente del Congreso Nacional Africano (ANC) el pasado lunes, ganando una contienda que puso al descubierto las divisiones dentro de la organización que lideró la lucha contra el apartheid.

Miles de escandalosos seguidores de Ramaphosa cantaron y corearon en la sala de conferencias mientras los partidarios rivales de la derrotada candidata Nkosazana Dlamini-Zuma parecían abatidos. Ramaphosa ganó 2.440 votos contra los 2.261 de Dlamini-Zuma. La victoria pone a Ramaphosa en línea para suceder al presidente Jacob Zuma, cuyo reinado ha estado plagado de escándalos de corrupción, una desaceleración de la economía y la ira contra el que era el omnipotente partido. Probablemente disfrutará de un período de luna de miel: la moneda rand subió un 3 por ciento frente al dólar el lunes por la noche, lo que sugiere la confianza de los inversores en los políticos convertidos en empresarios.

El analista político Richard Calland advirtió que Ramaphosa estaría limitado políticamente mientras Zuma siga siendo presidente. Aunque Zuma renunció como jefe del partido en la conferencia, su mandato como jefe de Estado dura hasta 2019 cuando se esperan las elecciones. Ramaphosa se enfrentará a decisiones sobre qué recortes del sector público debe hacer para equilibrar el presupuesto y cómo combatir la corrupción de la era de Zuma.

Bueno para el país

Ramaphosa hará su primer discurso ante el líder el miércoles cuando la conferencia llegue a su fin.

Se consideró que el presidente Zuma respaldaba a Dlamini-Zuma, supuestamente para obtener protección del enjuiciamiento por cargos de soborno después de que abandone el cargo. Sus partidarios han conseguido puestos importantes en la votación, incluido David Mabuza como vicepresidente del partido, lo que significa que es probable que Ramaphosa enfrente una fuerte oposición interna a su agenda de reformas proempresarial. «Espero que cooperen con los nuevos líderes … a medida que pasamos a las elecciones de 2019», dijo Baleka Mbete, presidenta de la fiesta saliente, a los delegados.

El ANC, que ha gobernado desde 1994 cuando Nelson Mandela ganó el primer voto multirracial, podría tener dificultades para mantener su control del poder en las próximas elecciones debido a la caída del apoyo público.

Ramaphosa, de 65 años, es un ex líder sindicalista que encabezó las conversaciones para poner fin al gobierno de la minoría blanca a principios de la década de 1990 y luego se convirtió en un empresario multimillonario antes de volver a la política.

¿El mismo viejo ANC?

A menudo se lo acusa de no enfrentarse a Zuma cuando era diputado desde 2014. «Ramaphosa trabajará para recuperar los principios de la política liberal en el partido», dijo a la AFP Amanda Gouws, profesora de política en la Universidad de Stellenbosch. «El resultado de la votación no fue fácil. Lo que está en juego aquí es la unidad: los nuevos líderes deben forjar la unidad y reconstruir la imagen del partido».

El aumento del desempleo y la corrupción estatal han alimentado la frustración en el ANC entre millones de sudafricanos negros pobres que enfrentan una situación de la vivienda desastrosa, una educación inadecuada y una persistente desigualdad racial.

El principal partido opositor de la Alianza Democrática dijo que el ANC «se mantuvo unido solo por el pegamento del mecenazgo y la corrupción, y Cyril Ramaphosa es una nueva cara para que todo siga igual.

Fuente: Modern Ghana

[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]

[Fundación Sur]

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