Jóvenes investigadores africanos para abordar el cambio climático del continente

5/07/2019 | Crónicas y reportajes

captura_de_pantalla_2019-06-28_a_las_0.40.20.pngEl cambio climático representa un desafío mayúsculo para el continente africano, pero a través de la investigación y la innovación este proceso puede crear nuevas oportunidades para un desarrollo sostenible.

El análisis, la divulgación y el intercambio de datos fiables basados en la evidencia científica y la información adquirida a partir de redes de datos hidroclimátios son aspectos cruciales a la hora de entender los fenómenos climáticos, desarrollar sistemas de alerta efectivos y tomar las decisiones acertadas en cuanto a marcos de desarrollo, políticas y estrategias.

Como respuesta a este reto, las partes interesadas en la investigación climática y el desarrollo se reunieron en Arusha, Tanzania, en 2013, en el marco de la Conferencia Climática de Arica (ACC-2013), en la que se concibió la iniciativa de Investigación Climática para el Desarrollo en África (CR4D) con el objetivo de fortalecer las conexiones entre este campo de estudio y las necesidades relativas a la divulgación de información para apoyar los planes de desarrollo de algunos sectores clave de la realidad continental.

Esta iniciativa liderada por instituciones africanas se creó a partir de la cooperación entre el Centro Africano por las Políticas Climáticas (ACPC), que forma parte de la Comisión Económica para África (ECA) de la ONU, la Conferencia Ministerial Africana de Meteorología (AMCOMET), la Organización Meteorológica Mundial (WMO), el Marco Global para Servicios Climáticos (GFCS) y el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (WCRP).

A partir del establecimiento de los cuerpos directivos de la CR4D, por ejemplo, el Comité Consultivo Científico (SAC) y la Plataforma de Colaboración Institucional (ICP), la ECA se asoció con la Academia Africana de Ciencias (AAS) para implementar y administrar los fondos atribuidos al programa.

En consecuencia, este proyecto ha ido madurando hasta haber incorporado en junio de 2019 a un grupo de 21 investigadores becados provenientes de varios países africanos: Benín, Camerún, Costa de Marfil, Etiopía, Ghana, Madagascar, Namibia, Uganda, Kenia, Senegal y Zimbabue. Estos colaborarán en el desarrollo de métodos fiables y científicos para la obtención de información climática.

Las nuevas incorporaciones fueron presentadas en Nairobi antes de ir a Naivasha para su iniciación y introducción al proyecto, en donde fueron liderados por Judy Omumbo, de la AAS, y Frank Rutabingwa, del ACPC.

Tom Kariuki, director de los programas de la AAS, dio la bienvenida a los becarios e incidió en la importancia del trabajo que van a desarrollar durante los próximos 18 meses. “La AAS está liderando el uso de evidencias científicas en los procesos de toma de decisiones. Estoy eufórico por estar innovando en la investigación del clima con estos nuevos y jóvenes miembros. Os deseo lo mejor en las diferentes áreas de estudio durante vuestra estancia”, señaló. Se mostró particularmente feliz de que finalmente esta beca se pusiese en marcha tras varios años de difícil trabajo para hacer posible una cooperación de este tipo.

Kariuki expresó: “Ya se ha dicho en repetidas ocasiones, pero voy a decirlo una vez más, y es que este paso es muy importante ya que provee a los jóvenes investigadores africanos con una oportunidad para abordar las lagunas que existen en el estudio y entendimiento de las ciencias climáticas en África, así como para tender puentes entre la investigación y las iniciativas políticas”.

Omumbo se centró en que la beca contribuye al estudio climático multidisciplinar para mejorar los sistemas de observación y transmisión de datos, capacidad institucional y científica, y la integración de servicios científicos en la toma de decisiones. Los recién incorporados tuvieron la oportunidad de compartir primeras impresiones con su nuevo equipo, crear contactos profesionales, recibir formación acerca de la forma de trabajar y los requisitos básicos para garantizar la eficacia del programa. Por su parte, Yosef Amha, del ACPC, enfatizó la importancia de la comunicación entre los investigadores durante su trabajo.

Algunos de los beneficiarios:

– Diodone Alemagi, camerunés, Universidad de Ghana (Ghana): el proyecto de Alemagi examina e identifica estrategias para mejorar la implementación de REDD+, un mecanismo para apoyar a los países en vías de desarrollo a reducir las emisiones a través de la conservación y la gestión sostenible de sus bosques, especialmente en aquellos en los que la deforestación y degradación continúan siendo muy altas.

– Olumuyiwa Adegun, nigeriano, Universidad Federal de Tecnología en Akure: el impacto de los climas extremos es particularmente visible en los asentamientos no tradicionales, que albergan a una proporción relevante de ciudadanos africanos. Se esperan, de hecho, que los efectos aumenten dado el nivel de vulnerabilidad al que están expuestos. El proyecto de Adegun se centra en reforzar la adaptación a los cambios climáticos en estas zonas desfavorecidas.

– Anderson Kabila, camerunés, Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo, centro de Kenia: Pese al creciente interés en la transición hacia economías de bajo consumo de carbón en África, las políticas se ven obstaculizadas por la falta de información y datos necesarios para llevar a cabo un cambio significativo. La investigación de Kabila pretende unir estos vacíos existentes entre la ciencia, tecnología y política proveyendo a los líderes políticos las herramientas necesarias (modelos de bajas emisiones, escenarios de simulación…) para medir y evaluar las posibles opciones en África Oriental.

– Philip Antwan-Agyei, ghanés, Universidad Kwame Nkrumah de Ciencias y Tecnología: en 2030, el cambio climático podría provocar niveles aún más altos de pobreza extrema, especialmente en África Occidental, en donde los cambios necesarios presentan un desafío mayor con respecto a los posibles efectos en la agricultura ya que se trata de sociedades que basan sus actividades en este sector. Este estudio se centra en aportar un modelo que aglutine la información climática y, más concretamente, los datos más relevantes a la hora de implementar sistemas de cultivo resistentes y capaces de soportar la productividad económica del sector de la agricultura en Ghana.

Fuente: UN Economic Commission for Africa

[Traducción y edición, Álvaro García López]

[Fundación Sur]

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