El enviado especial para el Sáhara Occidental, Horst Köhler, espera reunirse con las partes en disputa en febrero antes de una nueva ronda de conversaciones en marzo. Se espera que Marruecos y el Frente Polisario se reúnan para la segunda ronda de conversaciones sobre el conflicto del territorio en disputa rico en minerales del Sáhara Occidental, una señal esperanzadora tras el petición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el año pasado para acelerar la solución de un desacuerdo que dura ya 43 años.

El expresidente alemán Horst Köhler, enviado personal del secretario general para el territorio en disputa, declaró ante el consejo en consultas cerradas que planeaba mantener conversaciones separadas con todas las partes en febrero antes de ubicarlos nuevamente en la misma mesa en marzo. Köhler logró que Marruecos, el Frente Polisario y sus vecinos Argelia y Mauritania estuvieran en la misma mesa a principios de diciembre por primera vez en seis años, y aunque no se informaron avances significativos, las partes siguieron comprometidas con las conversaciones negociadas por la ONU, conversaciones fuertemente respaldadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. El embajador alemán, Christoph Heusgen, comunicó a la prensa al respecto: “Veo esperanza. La unidad del Consejo de Seguridad es un factor muy importante. Es un conflicto que podemos resolver”. Por su parte, el embajador sudafricano, Jerry Matjila, opinó: «Es muy positivo que las partes estén hablando… Lo que ha cambiado es que las partes se respetan mutuamente”.

Sin embargo, Marruecos y el Frente Polisario siguen muy divididos sobre el futuro del Sáhara Occidental. Marruecos se anexó el Sáhara Occidental, una antigua colonia española, en 1975 y combatió el Frente Polisario durante 16 años. La ONU negoció un alto el fuego en 1991 y estableció una misión de mantenimiento de la paz para monitorearlo y ayudar a preparar un referéndum sobre el futuro del territorio, el cual nunca ha tenido lugar. Marruecos considera al Sáhara Occidental “sus provincias del sur» y ha propuesto otorgarle una autonomía de amplio alcance al territorio. El Frente Polisario insiste en la autodeterminación a través de un referéndum para la población local, que estima entre 350.000 y 500.000.

Sin embargo, el embajador de Marruecos ante la ONU, Omar Hilale, reiteró a los reporteros que la autonomía era todo lo que su gobierno estaba ofreciendo: «Esa es la parte superior. Es la parte inferior. Eso es todo y (está) dentro de la soberanía de Marruecos. Sobre esta base, estamos listos para negociar y otorgar el mayor poder operativo para la autonomía. Fuera de la autonomía, nada. No estamos listos para negociar nada».

Por otro lado, el representante de la ONU en el Frente Polisario, Sidi Omar, opinó que un referéndum con independencia como opción era una línea roja para la gente del Sáhara Occidental: “Nuestra posición es muy clara. La única forma en que el pueblo saharaui puede ejercer la autodeterminación es a través de un referéndum”.

A pesar de las opiniones divergentes, muchos miembros del consejo tenían esperanzas. Cuando se le preguntó sobre las posturas atrincheradas al embajador francés, François Delattre, este opinó: «Creo que una de las lecciones en diplomacia, y sobre este tema en particular, es actuar haciendo las cosas paso a paso».

Como ejemplo de los obstáculos que deben superarse, Omar declaró que en la reunión de diciembre en Ginebra, el Frente Polisario propuso medidas de fomento de la confianza, incluida la liberación de sus activistas de derechos humanos encarcelados por Marruecos y la apertura del Sáhara Occidental a grupos de derechos humanos y a observadores internacionales para ver la situación con sus propios ojos. Sin embargo, según Omar, los representantes de Marruecos rechazaron esas propuestas, y ni siquiera hicieron recomendaciones o sugirieron otras ideas. Omar continuó con que el Frente Polisario considera eso como una señal de “falta de interés en avanzar en el proceso, pero aún creemos que tenemos que trabajar en eso”.

Hilale, el embajador de Marruecos, opinó que las medidas de fomento de la confianza deberían ser tratadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, y no como parte del proceso político. También declaró que no había prisioneros y que 18 expertos en derechos humanos de la ONU tienen una invitación abierta para visitar el Sáhara Occidental.

Heusgen, embajador de Alemania, consideró que existe un fuerte apoyo a la propuesta de Köhler en el Consejo de Seguridad, la que consiste en medidas destinadas a construir confianza entre las partes involucradas en el encuentro de marzo. Estas medidas engloban maniobras que van desde quitar las minas antipersona hasta organizar reuniones familiares.

Los Estados Unidos, incluido el Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, han estado a la vanguardia de los países que presionan por una solución a la disputa y por el fin de la misión de la ONU.

Fuente: Al Jazeera

[Traducción y edición, Sara Gil Martín-Serrano]

[Fundación Sur]

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