¿Un último esfuerzo para la paz en Somalia?

22/05/2017 | Opinión

14096181217_763b0f39a1_b-2.jpgA pesar de los esfuerzos globales para combatir el terrorismo en Somalia, los ataques de al-Shabaab continúan y el grupo todavía controla grandes partes del país. La Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) lleva diez años en el país, y aunque ha traído esperanzas de paz y seguridad, el país todavía no es seguro. La reciente elección del presidente Mohamed Abdullahi «Farmajo» Mohamed también inspira optimismo, pero los ataques continúan.

La hambruna, debido a la sequía, y la epidemia de cólera se añaden a las dificultades que sufre la población somalí. Al-Shabaab ha aprovechado esto: su campaña de publicidad está ganando adeptos entre las personas hambrientas de Somalia. Esto es solo un ejemplo más de que el gobierno es incapaz de proveer sus servicios más básicos, a pesar de que la Unión Africana (UA) planea salir del país en 2020.

La UA ha estado trabajando de cerca con el gobierno somalí, pero debe jugar un papel más importante. Somalia necesita más ayuda, y en la conferencia de Londres del 11 de mayo, la comunidad internacional quiso hablar de estos problemas con la presencia de representantes de Somalia y de la región, de Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea y la Liga de Estados Árabes entre otros.

Aunque siempre ha habido ayuda para Somalia, no siempre se ha hecho de una forma coordinada. La UA, que ha estado trabajando de cerca con el gobierno de Somalia, debe jugar un rol más importante en este asunto, y el viaje del nuevo representante de la comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, a Somalia el 18 de marzo es un paso en la buena dirección.

El Consejo de paz y seguridad de la UA realizó una misión de campo de tres días a Somalia en marzo para comprobar las necesidades del país, y el secretario de exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, también realizó una visita al país recientemente.

A pesar de sus avances, AMISOM y 20.000 hombres del ejército Somalí han sido incapaces de acabar con las fuerzas de Al-Shabaab. Un equipamiento militar inadecuado y la dependencia de la ayuda internacional han impedido al grupo liberar la región. Al-Shabaab tiene entre 7.000 y 9.000 individuos entre sus fuerzas.

Los 22.000 hombres de AMISOM se empezarán a retirar del país en 2018, y la UA está pidiendo una ofensiva final contra al-Shabaab antes de esa fecha. Esta operación sería costosa.

Las tropas dicen estar listas, pero la falta de fondos está retrasando sus autorizaciones y su despliegue. El último año la Unión Europea redujo sus fondos para tropas un 20%. La conferencia de Londres ha ofrecido la oportunidad de buscar una forma de financiación más estable para esta última etapa de la AMISOM.

Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, relajo recientemente las condiciones para los ataques aéreos contra los terroristas en Somalia. Esto podría facilitar la campaña de AMISOM, pero hay preocupación por los posibles daños colaterales.

La pregunta es si estas acciones militares pueden crear una paz duradera. AL-Shabaab ha vuelto a tomar pueblos y áreas después de que las fuerzas de paz las abandonaran. Esto siembra dudas sobre la capacidad de la AMISOM y el ejército de Somalia de consolidar los avances y derrotar a Al-Shabaab a corto plazo. Lo más probable es que se siga necesitando apoyo internacional para Somalia después de 2020, el año en el que la AMISOM abandonará completamente el país.

Hay muchos casos de soldados somalíes que se unen a Al-Shabaab por el tema económico. Un mayor apoyo internacional podría proporcionar mayores incentivos para que los soldados somalíes permanecieran en el ejército y combatieran a Al-Shabaab.

Sin embargo la batalla contra el grupo terrorista no puede ser ganada simplemente por la fuerza militar. LHay que trataar de otros asuntos que hacen a los somalíes vulnerables a la radicalización y el extremismo, incluyendo la hambruna causada por la sequía, que ha afectado a más de la mitad de la población.

La UA y la comunidad internacional deben ocuparse de la crisis humanitaria para contrarrestar los esfuerzos de Al-Shabaab de ganarse a la población somalí. Esto incluye acabar con la epidemia de cólera y trabajar con el gobierno para dar servicios, acabar con la corrupción y terminar con el desempleo.

El destino del pueblo somalí desplazado por la violencia también es clave para los esfuerzos de estabilización. Los vecinos de Somalia han visto un flujo de refugiados huyendo de desastres humanitarios en los últimos años. En marzo la Autoridad Intergubernamental en Desarrollo (IGAD) ha tenido una reunión especial sobre la protección de los refugiados. Esto incluye acelerar el apoyo de IGAD a la seguridad y las iniciativas socioeconómicas.

Los líderes de la IGAD también están comprometidos a mejorar la educación y el entrenamiento de los refugiados. Si resulta efectivo, podría reducir la radicalización de estas comunidades.

Fuente: ISS Africa

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


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