![]() |
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
Búsqueda personalizada
![]() ![]()
![]()
|
Inicio > REVISTA > Opinión > ![]() Sólo la lucha del pueblo de Malí liberará al país: un análisis del nuevo golpe de Estado (parte 2/2)
03/09/2020 -
Estos islamistas, el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), el Estado Islámico del Gran Sahara (ISGS) y Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM), se fusionaron y se hicieron cargo del norte de Malí en 2012-13. Estos grupos, especialmente AQIM, se habían vuelto parte de las redes de contrabando transaharianas (de cocaína, armas y personas) y recaudaban ingresos a través de secuestros y extorsiones a cambio de protección. La amenaza que representan estos grupos fue utilizada por Francia y Estados Unidos para acuartelar a los países del Sahel, desde Mauritania hasta Chad. En mayo de 2012, los franceses aprobaron un plan para intervenir en la región, que fue ocultado tras la hoja de parra de la Resolución 2085 de la ONU de diciembre de 2012. El acuerdo del G5 en el Sahel incorporó a los países de Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger a la agenda de seguridad de Francia y EE. UU. Las tropas francesas entraron a la antigua base colonial de Tessalit (Malí), mientras EE. UU. construía la base de drones más grande del mundo en Agadez (Níger). Construyeron un muro por todo el Sahel, al sur del Sahara, como la frontera efectiva del sur de Europa, comprometiendo la soberanía de los países africanos. Las protestas contra la reelección de Ibrahim Boubacar Këita en marzo de 2020 se intensificaron con la salida a las calles de sindicatos, partidos políticos y grupos religiosos. La atención de los medios se centró en el carismático predicador salafista Mahmoud Dicko (llamado sensacionalistamente “el Jomeini de Malí”), pero Dicko representaba solo una parte de la energía en las calles. El 5 de junio, estas organizaciones, como el Mouvement Espoir Malí Koura y el Front pour de sauvegarde de la démocratie (Movimiento de Esperanza Malí Koura y Frente para la Salvaguarda de la Democracia), junto con la asociación de Dicko, hicieron un llamamiento a una protesta en la Plaza de la Independencia de Bamako. Formaron el Movimiento 5 de junio, Unión de Fuerzas Patrióticas (M5-RFP), que continuó presionando para que IBK renuncase. La violencia policial (incluyendo el asesinato de 23 personas) no detuvo las protestas, que llamaban no solo a la renuncia de IBK, sino también al término de la interferencia colonial y luchaban por una transformación total del sistema de Malí. El M5-RFP había planeado una manifestación el sábado 22 de agosto, pero el golpe militar sucedió el jueves 18. No obstante, la energía de las calles no se ha disipado y los líderes del golpe lo saben. Francia, Estados Unidos, la ONU, la Unión Africana y el bloque regional (Comunidad Económica de Estados de África Occidental, o CEDEAO) condenaron el golpe y llamaron, de un modo u otro, al retorno al status quo, lo que es inaceptable para el pueblo. L’Association politique Faso Kanu ha propuesto una transición política de tres años impulsada por los nuevos líderes producidos por el M5-RFP, con organismos transicionales creados fuera de la estructura estatal para fortalecer la debilitada soberanía nacional. “Solo la lucha del pueblo liberará al país”, señalan. En 1970, la marxista sudafricana Ruth First, quien fue asesinada el 17 de agosto de 1982 por el régimen del apartheid, publicó Barrel of a Gun: Political Power in Africa and the Coup d’État [El cañón de un arma: El poder político en África y el golpe de Estado]. Analizando diversos golpes, incluyendo el de 1968 en Malí, First sostenía que los funcionarios militares en el África poscolonial tenían diversas posiciones políticas y muchos de ellos llegaban al poder para cumplir los sueños de liberación nacional de sus pueblos. “La facilidad de la logística de los golpes de Estado y la audacia y arrogancia de los golpistas son equiparables a la inanidad de sus objetivos, al menos como muchos eligen presentarlos”, escribió First. No hay ningún indicador de que los actuales líderes del golpe de Estado en Malí tengan esa orientación; independientemente de su propio carácter y de sus propios patrocinadores externos, tendrán que enfrentarse a una población que una vez más está ansiosa por romper con el pasado colonial y con las miserias de la pobreza. Vijay Prashad, Tricontinental Fuente: alainet.org [Fundación Sur]
Comentarios
Las opiniones expresadas en estos comentarios no representan necesariamente el punto de vista de la Fundación Sur. La Fundación Sur no se responsabiliza de las opiniones vertidas por los usuarios
|