Noventa y nueve personas, incluyendo 18 niños, murieron en los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno y rebeldes en Kananga, Kasai Central, región en el centro-sur de la República Democrática del Congo (RDC), según una investigación de la Naciones Unidas.

Las victimas estarían ligadas a la milicia de Kamuina Nsapu, en Kananga, y en los territorios de Dibaya y Kanumba, en la provincia del Kasai Central, según una noticia divulgada por el Gabinete Conjunto de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (BCNUDH), transmitida por la agencia PANA.

Según el informe del BNUDH, 42 personas, 20 de ellas niños, resultaron heridas, 46 niños fueron detenidos y secuestrados arbitraria e ilegalmente, y a otros siete se les han dado por desaparecidos. Estas atrocidades han sido imputadas a las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC).

En represalia, las milicias de Kamuina Nsapu mataron a dos jefes religiosos e hirieron a un niño con un arma blanca, raptando a una persona e incendiando varias casas, así como dos comisarías de policía y dos escuelas.

Además se ha constatado la existencia de dos fosas comunes en las que habrían sido enterradas varias víctimas de los soldados del ejército de la República Democrática del Congo en febrero de 2017 en Tshimbulu, y cuyos cuerpos fueron transportados por camiones militares después de los enfrentamientos.

El BCNUDH condena los ataques violentos de las milicias de Kamuina Nsapu contra los símbolos e instalaciones del Estado, así como el reclutamiento y uso de niños en sus filas. Los ataques son llevados a cabo en gran parte con armas blancas prevalentemente contra civiles, sobre todo contra mujeres y niños. El informe deplora igualmente la utilización de fuerza excesiva y desproporcionada de los soldados de la FARDC en respuesta a estos ataques, por la supuesta vinculación de la población local con las milicias.

Desde hace varios meses, esta región es víctima de actos de violencia entre las fuerzas del orden y las milicias del jefe Kamuina Nsapu, muerto en una operación policial en agosto de 2016, después de haber cuestionado la autoridad del poder central.

Tres videos, que circulaban en las redes sociales, llevaron a la detención de siete militares, acusados por la justicia militar de crímenes contra la humanidad. En esos videos, pueden verse a los militares, que disparaban y ejecutaban a militantes del grupo Kamuina Nsapu.

El primer video, filmado en enero de 2017, puede explicar en parte el caso de las fosas comunes de la localidad de Tshimbulu. Un militar cuenta que dispararon con lanzamisiles contra militantes de Kamuina Nsapu. Por lo menos ocho fosas comunes fueron descubiertas en un perímetro de cinco kilómetros. La cuestión es si estas fuerzas militares estaban ejecutando órdenes o si se trataba de casos aislados.

La justicia militar congoleña prometió mandar una misión para llevar a cabo una investigación sobre los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad y por los militantes de Kamuina Nsapu. Conviene recordar que Kamuina Nsapu se reveló contra el gobierno de la República Democrática del Congo por no haber sido reconocido como jefe tradicional.

Fuente: O Pais Online y África21

[Traducción, Jesús Zubiría]

[Fundación Sur]