Un nuevo conflicto en la República Democrática del Congo ha asesinado a centenares de personas y desplazado a millones. Un testigo del conflicto cuenta su testimonio: soldados del gobierno arrasaron su pueblo y le hicieron cavar tumbas masivas para enterrar a decenas de personas, incluyendo miembros de su familia.
Naciones Unidas dice haber encontrado 40 tumbas masivas en la región relacionadas con el conflicto. El testimonio concuerda con el panorama general denunciado por ONGs de terrorismo de estado para acabar con una insurgencia conocida como Kamuina Nsapu. La insurgencia amenaza la ya frágil estabilidad política del país, que empezó siendo local pero se ha extendido a diversas provincias.
La insurgencia comenzó cuando el gobierno se negó a reconocer al jefe tradicional del área y fue asesinado por el gobierno. Sus seguidores se han organizado y atacan a funcionarios y cualquiera sospechoso de simpatizar con el gobierno. Ya han asesinado a decenas de civiles e incluso a dos trabajadores de Naciones Unidas que se acercaron al área a investigar los sucesos.
Al menos 400 personas han sido asesinadas y medio millón de personas han sido desplazadas por el conflicto. Desde el gobierno se admite que el ejército ha cometido crímenes, pero dicen no tener la culpa de las tumbas masivas, acusando al Kamuina Nsapu.
En el estadio de l’ Espoir en Kananga, fuera del alcance de la prensa internacional, se realizan ceremonias vudú. Los generales de Kamuina Nsapu creen que el vudú les hará invencible: «Es Dios el que me hace funcionar. Por ejemplo, las balas no tienen efecto en mí. Incluso si me dispararan un cohete, saldría sin ningún rasguño.» dice un miliciano. Preguntados por los crímenes, niegan haberlos cometidos y acusan al gobierno.
Para el arzobispo de la zona la raíz del conflicto está en la marginalización: «Los jóvenes no pueden ni casarse porque no tienen dinero, no tienen trabajo. La juventud sin futuro busca una salida en la violencia y agrava el conflicto». El gobierno rechaza esta explicación, y acusa a los países extranjeros de querer intervenir y dividir al país: » Están tratando de crear caos, y esto no es el interés del gobierno. Necesitamos tener elecciones» dice el ministro de Información Mr. Mende.
Las elecciones acabarían con el gobierno de Kabila, que ha llegado al límite constitucional de dos mandatos en el poder. Dado el nivel de inseguridad en la vasta región de Kasai, es difícil ver como se podrían llevar a cabo elecciones a finales de 2017.
Fuente: BBC
[Traducción y edición, Fernando Martín]
[Fundación Sur]
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