Zimbabue: la dificultad de la espera activa

30/03/2008 | Editorial

Todas las miradas están puestas en Zimbabue. Tras las elecciones del sábado pasado el papel de los propios partidos políticos, la prensa y la comunidad internacional es crucial para que el resultado de las elecciones de cómo ganador al pueblo de Zimbabue, gane el partido que gane.
Los partidos políticos quieren ganar las elecciones, pero necesitan ser cautos en la manera que administran la “espera activa” hasta que se proclamen oficialmente los datos. Deben vigilar el proceso para que no haya irregularidades y buscar el apoyo de la Unión Africana para que así sea. Las denuncias de anomalías se deben hacer según la ley, ante la instancia autorizada, aportando pruebas, y no como comentarios enojados. La espera activa, sin saltar a conclusiones, es difícil pero fundamental para que el proceso democrático se afiance.
La prensa necesita dar datos y no publicar rumores tendenciosos que conduciría a una violencia sin sentido en un país ya suficientemente castigado socio-económicamente. No es saludable, ni profesional, proclamar a alguien vencedor antes de que los resultados hayan sido oficialmente declarados. La alianza de la prensa debería ser con los ciudadanos, y no con los partidos políticos. La transmisión de información verídica, de opiniones bien fundadas, de crónicas que dan a conocer la realidad es una necesidad en este tiempo de espera activa.
La comunidad internacional, especialmente la Unión Africana, tiene también un papel importante para apoyar un proceso libre y justo en el recuento de votos. Aunque si bien es fácil que países se dejen influenciar por sus propias ideologías y tomar partido activo por uno u otro en Zimbabue, el bien del pueblo zimbabuense necesita que se reconozca quien ha sido el más votado por su propia gente, les guste o no. Cualquier acusación debe de ser fundamentada con datos y no partir de preferencias ideológicas. Si a un país le interesa que gane un candidato, eso no significa necesariamente que si pierde las elecciones han sido fraudulentas. Por otra parte, ningún país debería apoyar y reconocer a un gobierno que llega al poder a través del engaño y la trampa. África también está en una espera activa para aprender una lección democrática en Zimbabue, y sentirse orgullosa del pueblo de Zimbabue.

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