El testimonio de José Carlos Rodríguez, “La caza del musulmán”, sobre la situación de violencia en Bangui, capital de la República de Centro África (RCA), me ha estremecido.
Las poblaciones de RCA, con toda su diversidad de etnias, culturas, historia y religiones, sabían respetarse mutuamente y vivir juntos, ayudándose unos a otros a cubrir las necesidades básicas.
Ahora, todo el mundo vive con miedo, por la espiral de violencia y represalias continuas que se han apoderado de los barrios de Bangui y del país. ¿Qué ha sucedido?
El arzobispo de Bangui, monseñor Nzapalainga, ha repetido en varias ocasiones estas palabras: “Cuando atacáis a los musulmanes (a los demás), os portáis como animales”.
¿Qué ha pasado en la RCA y en otras regiones, para que los seres humanos dejemos de ser auténticamente humanos y nos comportemos como “animales”?
Este proceso, por ser muy complejo y por desgracia frecuente, lleva a muchas personas al escepticismo e incluso al fatalismo, sobre el ser humano y el mundo.
Me atrevo a mencionar dos causas, no únicas, pero si fundamentales:
? Ansia de poder y control, de personas y de los recursos. Intereses personales y de grupos. Falta de líderes íntegros.
? Desmoronamiento de la visión respetuosa, dignidad y de los valores humanos. Individualismo y lucro a toda costa. Falta de educación holística.
Una sociedad y un mundo nuevo son posibles:
? Primero: ser capaces de “llorar” por empatía con el prójimo que sufre y llora.
? Mirar a los demás, no como enemigos, sino como miembros de la misma familia humana, e incluso como hermanos-as. El ser humano en el CENTRO.
? Porque la mayoría de la gente, en África y en el mundo entero, es buena gente y por tanto, somos capaces siempre de superar el mal con el BIEN.
La Campaña de Manos Unidas de este año, nos recuerda precisamente que: “Un mundo nuevo es un proyecto común”.
Esta es la cuestión: ¿Cómo estamos comprometidos, tu y yo, en construir un mundo nuevo, más humano y solidario?
