WESTGATE Y LA POBREZA EN ÁFRICA

30/09/2013 | Editorial

La tragedia de Nairobi (Westgate Mall) está vinculada con los movimientos islamistas que siembran terror y sangre inocente en tantos países de África.
El auntentico Islamismo es algo muy diferente y digno del máximo respeto.

Al mismo tiempo necesitamos analizar las raíces de esta violencia que encuentra sus razones más profundas en: la pobreza, causada por la abusiva gestión del poder y en la manipulación de la religión.

No existe caldo de cultivo más apropiado para el terrorismo, que la pobreza extrema, la falta de educación integral, el integrismo religioso y el abuso del poder con el acaparamiento de los recursos.

Los grandes poderes políticos y financieros globales con frecuencia fomentan y apoyan económicamente el fundamentalismo violento, para sus propios fines de mayor control.

Siendo realistas, no podemos esperar un cambio rápido de esta situación inhumana e injusta. Con todo, tampoco somos fatalistas, y sabemos que existen alternativas que son más humanas y que están orientadas hacia el bien común.

Una de las voces universales que con más fuerza y claridad anuncian estas alternativas justas y solidarias, es la voz del papa Francisco.

“Pienso en tantos jóvenes y mayores desempleados en este momento, que, debido a una concepción economicista de la sociedad, donde se busca el provecho egoísta más bien que la justicia social, no pueden vivir con dignidad”.

“Por otro lado, me preocupa el trabajo esclavo. Cuantas personas en todo el mundo, son víctimas de este tipo de esclavitud, en la que es la persona la que sirve al trabajo y al egoísmo de los jefes”.

A los Embajadores de todo el mundo les dijo:

” Debemos alabar los logros positivos que contribuyen al auténtico bienestar de la humanidad, como por ejemplo en los ámbitos de la salud, de la educación y de la comunicación.

Sin embargo también hay que reconocer que la mayoría de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo en precariedad cotidiana, con consecuencias funestas. Algunas patologías aumentan, la pobreza se vuelve cada día más impactante.

La razón más importante se encuentra en una profunda crisis antropológica, en la negación de la primacía del ser humano. La dictadura económica actual actúa sin rostro humano y sin un objetivo verdaderamente humano. El afán de poder y de poseer se ha vuelto sin límites y sin referencias humanas.

La solidaridad, como la ética, molesta. El dinero y el poder deben servir al desarrollo integral de las personas y no gobernar para vivir a costa de los más necesitados.”

Semejante alternativa, me parece clara, profunda y valiente.

La denuncia de la violencia y de la pobreza es necesaria pero ineficaz, mientras nos vaya acompañada por un compromiso serio y conjunto para conseguir líderes más íntegros y una distribución de los recursos y servicios más solidaria.

La palabras de Martin Luther King son siempre actuales: “ No me preocupa tanto la violencia de unos pocos, como la pasividad de la inmensa mayoría de gente buena”.

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