VOLUNTAD POR LA VERDAD Y VERDADERA VOLUNTAD

28/10/2011 | Editorial

Esta crisis actual sigue tirando al suelo todas las hojas de otoño que ya carecen de vida y valor. Cada día nos revela una realidad social que requiere cirugía profunda hasta las mismas raíces, para sanear nuestras relaciones y estructuras sociales y construir una sociedad más humana, alrededor del ser humano y no de la especulación y beneficios bancarios. La situación económica en España, con 5 millones de parados, con un 60% de los jóvenes en paro, con el 28% de las familias viviendo por debajo del limite de la pobreza según el informe oficial del 20 de Octubre 2011, con el aumento de la droga, alcohol y prostitución (en esto España ocupa el primer puesto de Europa con un 39% de ciudadanos-as implicados-as), refleja la imagen de un país en pobre salud, por mala gestión, debil en valores y desánimo.

Mientras tanto, nuestros lideres políticos y bancos siguen acaparando y especulando sobre el capital que necesitan, y sobre como seguir sacándolo de los ciudadanos ya bastante empobrecidos. También hacen planes para reducir el déficit publico, pero no el militar, ni el de la diplomacia o el de la representación, sino en los ámbitos más fundamentales como el de la educación y sanidad. Desean reducir en un 12% el presupuesto de la cooperación internacional al desarrollo de los países más empobrecidos.

Todas estas realidades son síntomas de una misma enfermedad: nuestro modelo económico y de producción se ha deshumanizado. Necesitamos reformas en los mercados, en la garantía de los derechos humanos, en los modelos de la participación civil en la gestión de recursos, pero ante todo necesitamos sanear las mismas raíces de nuestro sistema de producción y desarrollo. Necesitamos humanizar: nuestras relaciones, educación, economía, cultura, política y hasta las religiones.

Nos falta, y falta también a los políticos, la voluntad por la verdad, la honestidad, el respeto a la dignidad humana y el buscar de verdad el bien común más que seguir en el poder. Y falta ante todo en los lideres una verdadera voluntad política de ser agentes del cambio que proclaman en sus campañas. En la raíz misma del mal esta la falta de madurez humana o valores humanos que son los que pueden sanear nuestras relaciones, cultura, política y economía.

Si conociendo la causa del dolor no ponemos remedio, no culpemos a los demás.

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