Viaje a Chad (2) Camino del Sur Por, Chema Caballero

19/07/2012 | Bitácora africana

Cerca del puente que cruza el río Chari, a las afueras de Yamena, hacen cola decenas de pequeñas furgonetas, las usadas en tantas partes de África para el transporte de pasajeros. Me dicen que aquí se llaman Cars. Imagino que esperan clientes para iniciar su viaje.

Nosotros también iniciamos nuestro camino (ver entrada anterior Viaje a Chad 1). Desde el puente se divisa un paisaje de agua y arena. Tras él una rotonda. Derecho se sigue hasta la frontera con Camerún, y de allí a Nigeria. Pero nosotros no enfilamos ese camino, giramos hacia el sur, nuestro destino es la ciudad de Bongor.

La salida de Yamena está salpicada de casas de nueva construcción, la inevitable extensión de la ciudad. Más adelante se encuentra el parking donde llegan los grandes camiones que transportan mercancías desde el sur o desde Nigeria, allí se paran y distribuyen su carga en camiones más pequeños y más fáciles de manejar por las calles de la capital.

A la derecha se ve el nuevo campus de la universidad que se está terminando de construir. Fuera, alejado, enorme, bonito. La idea, me cuentan, es sacarlo de la ciudad para poder controlar a los estudiantes, que en los últimos dos años han convocado varias huelgas y protestas contra las políticas del gobierno.

A la izquierda, en un pequeño bosque, se ven las tiendas de los nómadas. Se trata de los Peul, también conocidos como fulas o fulanis, que se trasladan con sus vacas y cabras y que se encuentran en muchos de los países África occidental y central. En casi todas partes son tratados como extranjeros a causa de su movilidad. Sus rasgos y el tono de su piel los distingue del resto de las poblaciones.

Seguimos la carretera que une la capital política del Chad, Yamena, con la económica, Moundou, y que luego prosigue hasta la ciudad camerunesa del Ngaoundéré, otro importante centro económico de la zona. Es también la carretera que conduce hacia los campos de petróleo en el sur y por eso está asfaltada.

La producción de petróleo empezó en 2003 con la realización de un oleoducto (financiado por el Banco Mundial y la Unión Europea) que une los yacimientos con la costa atlántica de Camerún. ExxonMobil, Chevron y Petronas forman un consocio que ha invertido miles de millones para la explotación.

A cambio de la ayuda recibida el gobierno chadiano se comprometió con sus principales donantes, BM y UE, a utilizar los beneficios del petróleo para aliviar la pobreza de su población y favorecer el desarrollo sostenible. Pero los acuerdos nunca se han cumplido. La entrada de las compañías petroleras chinas ha permitido al gobierno chadiano jugar con los donantes occidentales que temen perder su participación en el negocio. Estos, por tanto, han callado y aceptado que los beneficios se repartan entre unos pocos.

En junio de 2011 un nuevo campo petrolífero, explotado por compañías chinas, empezó a producir 20,000 barriles diarios que abastecen la nueva refinería construida, también por ellos, en Yamena para abastecer las necesidades de productos derivados del petróleo del país.

El paisaje y las aldeas indican que realmente los beneficios del crudo no están llegando a la población.

Me sorprenden los numerosos rebaños de camellos que encontramos por el camino. Me comentan que cada año bajan más y llegan más lejos hacia el sur, cuando tradicionalmente no pasaban de Yamena. Es un signo claro de que el desierto está creciendo. Me comentan que avanza unos 10 kilómetros cada año. No encuentro datos que corroboren esta afirmación. Me ponen como ejemplo el caso del Lago Chad, que en los últimos 40 años ha perdido el 90% de su extensión.

unto a la carretera yace un camello muerto, golpeado, posiblemente, por uno de los grandes camiones que recorren esta carretera. También, al borde del camino, sentadas bajo la sombra de uno de los escasos árboles que lo bordean, hay grupos de mujeres que venden leche de camella en botellas de plástico.

Seguimos nuestro camino y nos cruzamos con burros cargados de leña o caballos. Pueblos donde es día de mercado y hacia donde se dirigen decenas de personas, a vender o a comprar. El paisaje va cambiando poco a poco, la arena va dando paso a un poco de vegetación y cada vez se ve verde. Los campesinos trabajan sus tierras, algunos de ellos aran ayudados de yuntas de bueyes o burros. Preparan los campos para sembrar mijo.

A medido que avanzamos aparecen más árboles y algunos campos de arroz, algo nuevo, que se está imponiendo como cultivo para vender y conseguir algo de dinero.

Todas las aldeas son muy similares: concesiones o pequeños recintos con varias chozas unidas por una pequeña vaya y un granero en medio. Todo de barro con techos de paja.

Los colores propios de la estación de las lluvias, verde y rojo, lo invade todo.

En Guelendeng entramos en la región de Mayo-Kebi Este. Estamos en territorio massa, una etnia que se encuentra en esta zona, en las dos orillas del río Logone, que sirve de frontera entre Chad y Camerún.

A 33 kilómetros de la ciudad nos encontramos con un cartel que ya se está haciendo familiar a lo largo de la carretera: es un anuncio de la cerveza 33 que indica que faltan justo esos kilómetros para llegar a una ciudad.

Cada vez aparecen más rebaños de vacas, guiados por niños que cuidan de ellas. Este animal representa la mayor riqueza de los massa.

En el camino hemos pasado tres barreras de peaje, donde hemos tenido que pagar 500 francos CFA (unos 78 céntimos de euro) en cada una. Tras la tercera entramos en Bongor, fin de nuestro recorrido. Han sido tres horas y media de viaje, por carretera asfaltada con pocos baches. Todo un lujo en África.

original en : Blogs de El País- África no es un país

Autor

  • Caballero, Chema

    Chema Caballero nacido en septiembre de 1961, se licenció en derecho en 1984 y en Estudios eclesiásticos en 1995 Ordenado Sacerdote, dentro de la Congregación de los Misioneros Javerianos,
    en 1995. Llega a Sierra Leona en 1992, donde ha realizado trabajos de promoción de Justicia y Paz y Derechos Humanos. Desde 1999 fue director del programa de rehabilitación de niños y niñas soldados de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona. En la , desde abril de 2004 compaginó esta labor con la dirección de un nuevo proyecto en la zona más subdesarrollada de Sierra Leona, Tonko Limba. El proyecto titulado “Educación como motor del desarrollo” consiste en la construcción de escuelas, formación de profesorado y concienciación de los padres para que manden a sus hijos e hijas al colegio.

    Regresó a España donde sigue trabajndo para y por África

    Tiene diversos premios entre ellos el premio Internacional Alfonso Comín y la medalla de extremadura.

    Es fundador de la ONG Desarrollo y educación en Sierra Leona .

    En Bitácora Africana se publicarán los escritos que Chema Caballero tiene en su blog de la página web de la ONG DYES, e iremos recogiendo tanto los que escribió durante su estancia en Sierra Leona, donde nos introduce en el trabajo diario que realizaba y vemos como es la sociedad en Madina , como los que ahora escribe ya en España , siempre con el corazón puesto en África

    www.ongdyes.es

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