El lunes, 8 de agosto 2011, el periódico de Burkina Faso, «L’Observateur Paalga», publicó un artículo titulado
«Boni: Hemos visto fluir el biodiesel ‘made in Burkina Faso’». Como introducción, se dice: «Reto logrado en el proyecto de agro-carburantes a partir de jatrofa en Boni, provincia de Tuy.» ¡Y sin embargo…!
El artículo continúa: “Recogido por primera vez el sábado 3 de julio de 2011, este biodiesel se considera de excelente calidad”. Que sea de buena calidad, no lo pongo en duda, pero cuando leo (p. 10 y 11) las palabras del alcalde de Boni: «Es un proyecto comunitario con la plena participación de la gente», me digo: «o la situación ha mejorado desde el 2007 (leer: Agro carburantes : ¿suerte o amenaza para los campesinos de Burkina? o se trata de un anuncio publicitario. Merece la pena ver la cuestión de cerca. Iré a preguntar a algunos de mis amigos. Son muchos, desde que pasé 4 años en ese pueblo (desde el 1993 al 1997).”
No he visto «la plena participación de la población». Varios, incluso, me dijeron que el propio Consejo Municipal discrepa del Alcalde. No es un proyecto comunal, como se dijo al principio, sino el proyecto del Sr. Patrick Bondé, alcalde de Boni.
Peor aún, los agricultores se arrepienten de haber otorgado demasiado terreno al «proyecto de jatrofa». Algunos han empezado ya a arrancar algunas plantas, pero el miedo les impide arrancarlas todas. Temen tener problemas con Afritech…, es decir, con el gobierno.
Los agricultores de Boni, que todos tienen algunos animales, deploran haber cedido la colina en provecho del «proyecto de la jatrofa». Ya no saben a dónde llevar a pastar a sus animales…
A veces, surge la división en el seno de las familias. Por ejemplo, cuando un «viejo», que había repartido sus tierras (asignar, no dar) entre sus hijos, recupera dos hectáreas del más joven para “darlas”, por dinero, al proyecto jatrofa, es decir a “Agritech-Faso”. La envidia se instala entre los hijos… y la unidad familiar y la solidaridad tienden a desaparecer.
El periodista cita de nuevo las palabras del alcalde de Boni: «Más de un centenar de personas se benefician de salarios regulares, sin contar los trabajadores temporales, que, también, están pagados». Si eso es verdad, tienen suerte. Y, al decir esto, estoy pensando en mi amigo Ambrosio que, en 2007, fue contratado para el vivero (dejó su trabajo de cultivo de legumbres para eso). Ha trabajado duramente con cierto éxito (las fotos lo testifican), pero nunca se le ha pagado, a pesar de mi intervención ante el alcalde de Boni. Fue a juicio en Bobo…
El 12 de noviembre 2009, el tribunal de Bobo-Diulaso condenaba «el Proyecto Jatrofa» (representado anteriormente por el Sr. BONDE Yacuba) a pagar a Yimien Ambrosio algo más de 1 800 000 F. Pero nunca ha recibido nada bajo el pretexto de que el «proyecto de Jatrofa» no tiene existencia legal. Por el momento, el proceso sigue su curso para condenar a la sociedad “Agritech Faso”. Pero, cuando se le condene, se nos preguntará sin duda: «¿Están seguros ustedes de que, en el tiempo de los hechos, la sociedad AGRITECH FASO tenía existencia jurídica?”
Lo que sí es seguro es que el alcalde de Boni conoce bien los hechos y que él pertenece al grupo de los responsables de esta injusticia, igual que otros promotores de AGRITECH FASO. ¿Cómo estar orgulloso de «semejante éxito», cuando, desde el principio, no se ha pagado a los agricultores y no se consigue que se les pague… incluso cuando ganan sus pleitos?
¡Vergüenza para el alcalde de Boni!
¡Vergüenza para la AGRITECH FASO!
Mientras que un solo agricultor quede sin pagar, los promotores de la jatrofa no deberían pensar en inaugurar su gran fábrica. «Será la mayor planta de biodiesel en África Occidental» (L’Observateur Paalga), declara alegre el Sr. Rouamba, regresando de una misión de prospección en el suroeste… a la conquista de nuevas tierras. AGRITECH FASO es insaciable. Los agricultores tendrían que desconfiar…
Pero vergüenza también para los promotores industriales de la jatrofa. El caso del proyecto de Boni manifiesta, sin duda, la hipocresía de estos promotores y de sus palabras.
La jatrofa sería una planta milagrosa que crece en tierras áridas y, por lo tanto, su cultivo no compite con el cultivo de alimentos. En Boni estamos viendo que eso no es verdad, aún cuando el proyecto está a penas en sus comienzos. Y el Director General de AGRITECH FASO, Pascal Rouamba no duda en decir (en el mismo número de “L’Observateur Paalga”). «El miedo a la competencia con el cultivo de alimentos es infundado». Pero los campesinos de Boni ya se arrepienten de haber dedicado demasiadas tierras a la jatrofa…
Y, para hacernos creer esta mentira, no dejan de repetir: “¡La jatrofa puede servir de valla viva!». Pero eso los agricultores ya lo saben desde hace mucho tiempo. No han tenido necesidad de AGRITECH FASO para hacer setos de jatrofa. Pero, curiosamente, estos mismos promotores, cuando nos hablan acerca de sus ambiciones ¡no se expresan en kilómetros de setos, sino en hectáreas! La sociedad BRP, por ejemplo, con sede en Abidjan, tiene como objetivo producir un millón de hectáreas de jatrofa. En kilómetros de setos, ¡cerca de 160 000 km, es decir, 4 veces la vuelta de la tierra! AGRITECH, calcula en cientos de miles de hectáreas. ¿Quién se atreve a decir todavía que «el miedo a la competencia con el cultivo de alimentos es infundado!» Pronto haremos la triste experiencia: la promoción industrial de la jatropha y la paz social son incompatibles.
Me temo que los primeros afectados por la locura de la jatrofa sean los ganaderos que, como los agricultores-ganaderos de Boni, no saben a dónde llevar a pastar a sus animales. Se nos dice que quedan muchas tierras disponibles, pero, entonces, ¿por qué los ganaderos no saben a dónde ir para la trashumancia?
