Una líder pacifista languidece en la cárcel ante la indiferencia de Europa y EEUU que siguen ayudando al régimen represor de Ruanda

16/11/2010 | Crónicas y reportajes

Hoy, 16 de noviembre, hace 33 días que Victoire Ingabire fue encarcelada, en Kigali, capital de Ruanda, acusada de negación del genocidio y colaboración con el terrorismo. Desde el día 14 de octubre, las acusaciones contra ella han cambiado en su forma y en su fondo. La razón, según los defensores de la líder pacifista ruandesa, es que la fiscalía y el estado están inventando las pruebas contra ella sobre la marcha, para mantenerla en prisión. Incluso, según un comunicado de su partido, fuentes fidedignas de los servicios secretos de Ruanda han confirmado que existe un plan a nivel del estado para el asesinato de Victoire Ingabire. Algo que puede ocurrir en cualquier momento, según los allegados a la defensora de la lucha no violenta, en cuanto la mirada internacional se vuelva hacia otro lado.

La líder del partido no registrado FDU-Inkingi, de la oposición de Ruanda, ha pasado duros momentos en la cárcel: días y noches enteros sin comer ni beber, por miedo a ser envenenada; prohibición de visitas; días y noches enteros esposada y sentada, sin poder dormir, sin manta ni colchón; largo tiempo sin artículos de aseo personal… La imagen de ella durante su última aparición ante el Tribunal supremo, el día 8 de noviembre, para la vista de su solicitud de libertad bajo fianza, que fue denegada, es prueba de ello.

Ingabire 23th day in prison

Las pruebas contra Ingabire, desmontadas de un plumazo

El día 8 de noviembre, se celebró en el máximo tribunal de Kigali una vista para determinar si se concedía la libertad bajo fianza a Victoire, que lo había apelado por segunda vez desde su detención. El día 12 de noviembre se hizo pública la sentencia: se denegaba la libertad provisional a la líder pacifista “porque los argumentos de la defensa carecen de fundamento”, según la fiscalía.

A pesar de que estos argumentos de la defensa, tan airadamente descartados, son en realidad de lo poco que tiene fundamento en todo este proceso, como se pudo comprobar en la vista de la apelación. El día 8, durante la vista judicial, los tres abogados de Victoire, (el ruandés Bâtonnier Gatera Gashabana y los dos londinenses Robert Alun Jones y Iain Edwards), desmontaron de un plumazo las tan proclamadas pruebas abundantes de la fiscalía ruandesa, que quedaron en evidencia al demostrarse, sin grandes esfuerzos, que eran falsas, un montaje y sin consistencia.

En primer lugar los abogados de la defensa pidieron que se presentasen las famosas pruebas que tanto ha anunciado la fiscalía que tiene contra Victoire. La fiscalía no ha presentado nada nuevo, alegando que se lo reserva para el juicio, con lo cual, según el primer párrafo del artículo 102 de la ley nº 13/2004, del código penal, “si no hay suficientes pruebas para el proceso, el acusado debe quedar inmediatamente en libertad”. (Según el partido FDU-Inkingi, el gobierno de Ruanda ha enviado a todos los países socios bilaterales suyos una justificación de seis páginas diciendo que cuenta con pruebas abrumadoras que relacionan a Victoire Ingabire con una organización terrorista, pero sin establecer argumentos serios). Una “estrategia”, la de guardarse las pruebas para el juicio, cuando menos atípica, sino mala, ya que lo primero que hay que demostrar con pruebas en una vista de este tipo es la razón por la que la persona acusada debe permanecer en prisión.

No hay pruebas nuevas ni consistentes

Una de las pruebas de la fiscalía eran unos correos electrónicos que supuestamente implicaban a Victoire en conspiraciones terroristas. La defensa señaló que esos mails se habían impreso el día 19 de octubre, después de la detención y encarcelamiento de Victoire, el día 14 ¿Cómo pudieron detener a la sospechosa seis días antes de tener las pruebas contra ella en sus manos? La fiscalía tuvo que reconocer que era cierto, más que nada porque la fecha figuraba en los propios mensajes, y la fecha de detención de Victoire es por todos conocida.

El día 2 de noviembre, la policía entró en la casa de la líder pacifista rebuscando “por enésima vez” según un comunicado de su partido, por todos lados. Finalmente comenzaron a tomar fotografías y elaborar croquis de una fosa séptica, detrás de la casa, a la que llamaron “bunker” (deteniendo de paso a los tres miembros del partido que intentaron presenciar el registro de la vivienda). Esta era otra prueba presentada: la fosa séptica de la casa de Victoire, considerada un bunker por la policía. No es difícil desmontar esta prueba en una ciudad como Kigali, donde todas las casas están obligadas por ley a contar con este tipo de instalación, para evacuación de aguas residuales. Es más, muchos vecinos de Kigali han pagado cuantiosas multas últimamente por no haber construido una en sus casas.

En la vista anterior, el día 21 de octubre, se recurrió a un testigo, preparado por el gobierno según la oposición, que inculpó a Ingabire declarando que ésta le había propuesto formar un grupo rebelde para derrocar al gobierno de Ruanda. El supuesto grupo rebelde, el CDF (Coalición de Fuerzas Democráticas), que se conozca, nunca ha actuado, no tiene sede conocida en ningún lugar ni de Ruanda, ni de la vecina República Democrática del Congo, donde el testigo de la fiscalía lo situaba, ni siquiera era conocido por el ejército del país en el que se supone que está, la RDC, ni por las fuerzas de paz de la ONU en el país, la MONUC, ahora llamada MONUSCO. El testigo aseguró que Ingabire le había dado la cantidad de 1.000 dólares para organizar el grupo, entrenarlo y comprar armas. Esta prueba se desmonta por sí sola. El resto de “múltiples y contundentes pruebas” con que cuenta la fiscalía no han sido presentadas.

Todos los opositores muertos o encarcelados menos uno

Hay que recordar que Paul Kagame y su gobierno no sólo mantienen detenida a esta opositora. Además de Victoire, están encarcelados otros dos opositores: Bernard Ntaganda, presidente y fundador de otro partido, el PS Imberakuri, y Deogratias Mushayidi, del partido PDP Imanzi. El único líder de la oposición que no está encarcelado, en las mismas pésimas condiciones que Victoire Ingabire, es Frank Habineza, presidente del Partido Democrático Verde, aunque su vicepresidente fue decapitado el pasado mes de agosto. Habineza, como él mismo señala en un comunicado del día 9 de noviembre, es el único que no está en la cárcel, está de viaje por Europa, por asuntos de trabajo y ha tenido que desmentir que haya huido del país africano, como publicó la agencia oficial de noticias de Ruanda. El líder de los Verdes de Ruanda insistió desde Suecia, donde se encuentra, en pedir una investigación sobre el asesinato de su vicepresidente y una mayor responsabilidad a la comunidad internacional, que debe reconsiderar la ayuda y el apoyo que está prestando a un régimen que asesina y encarcela a sus opositores.

La oposición reclama responsabilidad a la comunidad internacional

Indignado, el partido FDU-Inkingi, exclama en sus comunicados que todo esto demuestra que el proceso entero es un montaje; que el gobierno de Paul Kagame está utilizando el aparato judicial de su país para reprimir a la oposición y silenciar a los disidentes. El partido asegura, que es un escándalo que, tras estas dos vistas judiciales, se haya denegado la libertad a esta defensora de la No-Violencia y que lo único que es evidente es que cada semana se están elaborando precipitadamente pruebas falsas, para mantener a una persona inocente en la cárcel. Pruebas completamente inconsistentes.

Además, los seguidores de la pacifista, dentro y fuera de Ruanda apelan a la comunidad internacional, a los países socios y donantes de Ruanda, para que reconsideren su apoyo a este régimen represor y violento.

El pasado 5 de noviembre, se permitió a un grupo de personas visitar a Ingabire en la cárcel de máxima seguridad. Lejos de mostrar desfallecimiento, la pacifista animó a los presentes a no rendirse “No os rindáis. No puede encarcelar a toda una nación”. Sus palabras han dado la vuelta al mundo, despertando admiración donde antes sólo había indiferencia o desconocimiento.

Kigali logra efectos adversos

El efecto que el régimen de Kigali está logrando con todo esto podría ser el contrario al que pretendía obtener. Desea silenciar a la disidencia, pero Victoire cada día es más conocida, admirada y respetada, por los ruandeses de todas las etnias, dentro y fuera de Ruanda. En algunos círculos se empieza a hablar de ella como la nueva Mandela de África.

Kigali también pretendía desviar la atención, según sus detractores, sobre el informe de la ONU que acusa a su ejército de haber cometido genocidio contra los hutu en la vecina RDC, publicado el 1 de octubre. Para desviar la atención internacional a tan graves acusaciones habría montado un “espectáculo antiterrorista” en su territorio, acusando a la opositora más incómoda, el 14 de octubre, pero con sus métodos represivos y poco democráticos, la comunidad internacional está prestando atención al informe, continuamente mencionado por la oposición, que de otro modo, tal vez, no hubiera tenido un eco tan popular.

La ONU es negacionista como Ingabire, una paradoja

Es una entre otras muchas paradojas, según los sectores críticos, que la ley que el régimen de Kagame implantó en 2008, tan a su medida, para encarcelar a sus detractores, acusados de “negacionistas”, como Victoire, por negar el genocidio de 1994 contra los tutsis, se haya vuelto en su contra.

Victoire a su llegada a Kigali

Victoire es acusada de “negacionista” porque nada más poner el pié en su Ruanda natal, después de 16 años en el exilio en Holanda, fue a visitar el memorial por las víctimas del genocidio tutsi de 1994, en Kigali. La líder pacifista reconoció este genocidio y expresó su deseo de que se hiciera justicia con los responsables, pero también añadió que no sólo se debe juzgar este genocidio, sino también el cometido contra los hutu. Esto, considerado por Kigali como negacionismo, aunque en realidad no niega el genocidio tutsi, sino que reconociéndolo, pide justicia para todos los crímenes por igual, los cometidos contra los tutsis y los cometidos contra los hutu, es lo mismo que el día 1 de octubre ha hecho la ONU, reconocer que además de víctimas tutsis hay víctimas hutu, que su número es bastante superior y que debería igualmente ser juzgado.

Fundación Sur

(Fuente: diversos comunicados de FDU-Inkingi y el Partido Democrático Verde de Ruanda, noviembre de 2010)

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