Una empresa de seguridad privada americana viola las sanciones sobre Sudán desde 2005

19/07/2010 | Crónicas y reportajes

El contratista de defensa estadounidense ‘Blackwater Worldwide’ está negociando con las Autoridades Federales de EEUU un trato respecto a las violaciones cometidas por su compañía de las sanciones comerciales (a la compraventa de servicios de ‘seguridad’) en vigor para Sudán. Estas violaciones se vienen produciendo desde 2005, según el informe de investigación realizado por McClatchy Newspapers.

Blackwater intenta evitar así una acusación que podría quitarle el beneficio de contratos muy lucrativos con el gobierno. La Administración Obama le ha adjudicado recientemente un contrato con el Departamento de Estado por valor de 120 millones dólares, y otro de unos 100 millones para las nuevas labores de la CIA.

Es probablemente por ello que el gobierno de Obama ha optado por no emprender acciones legales contra Blackwater. La Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC en inglés), que supervisa la aplicación de las sanciones americanas contra otros países, multa siempre severamente en otros casos a toda empresa que haya violado las restricciones legales al comercio de seguridad y armas contra países como Irán, Cuba o Sudán.

Antiguos y actuales funcionarios del gobierno americano contaron a ese periódico que este esfuerzo por asegurar los contratos con el sur de Sudán fue liderado por el mismo propietario de Blackwater, Erik Prince, un ex SEAL de la Marina con estrechos vínculos con altos funcionarios en la Casa Blanca de George W. Bush y en la CIA.

Blackwater dispone ya de instalaciones de 7.000 acres en Moyock (Sur Sudán) donde ha entrenado a miles de militares y fuerzas de la ley. Trabaja también con clientes internacionales con necesidades de seguridad en la zona.

Prince había sido el foco central de una investigación Federal de cuatro años por violación de sanciones, comisión de exportaciones ilegales y soborno.

Sudán está sujeto a estas sanciones de los EE.UU. desde 1997, aunque en 2006 la administración Bush las levantó para el sur del país. Este trato diferente al Sur de Sudán es parte del abierto respaldo que Washington le viene concediendo.

Tras sellar un contrato de 2 millones de dólares por entrenar al personal de seguridad de Salva Kiir (primer presidente del Sur de Sudán), Blackwater trazó más tarde, en 2007, un segundo proyecto –que valoró en más de 100 millones de dólares- para equipar y entrenar el Ejército del Sur-Sudán.

Puesto que el Sur no contaba con mucho dinero en efectivo, Blackwater pedía en el contrato el 50% de la riqueza mineral de Sur-Sudán, aún por explotar, según ha declarado un ex alto funcionario de EE.UU.
En la región, que cuenta con considerables reservas de petróleo, se preveía también el acceso a una formidable riqueza mineral en oro, hierro y diamantes.

Kiir juró su cargo como presidente del gobierno de Sur-Sudán en 2005 tras la muerte de su predecesor, John Garang, en un accidente de helicóptero. Blackwater hizo de la protección del nuevo líder sudanés su mejor baza para ganar el apoyo de la Administración Bush, en línea con su política de apoyo a sus aliados en África.

Varios funcionarios americanos especializados en Sudán aclaran que el Departamento de Estado y la CIA habían impulsado desde el principio a Blackwater a proporcionar protección a los dirigentes del sur de Sudán.
El gobierno de Bush ya había prometido protección, comunicaciones y transporte aéreo seguro a Garang, antes de su muerte en un accidente aéreo aún por esclarecer.

Sin embargo en 2005, tras aquellas gestiones con Kiir, y pese a que éste se mostró favorable, el mega proyecto de Blackwater en Sudán quedó por sorpresa en nada. «Blackwater estaba sufriendo problemas en Irak» responde Deng Nhial, subjefe de la oficina para el Sur de Sudán en Washington. «Así que nada se materializó. No se ejecutaron los servicios ofertados».

En 2007, sin embargo, Ezequiel Lol Gatkuoth, jefe de la misión GoSS en Washington dijo a The Virginian-Pilot que esperaba que Blackwater iniciara pronto su trabajo con el ejército y las fuerzas de seguridad de Sur-Sudán.

La presión de BLACKWATER al GoSS.

Los documentos obtenidos por el periódico McClatchy detallan cómo Blackwater había presionado de nuevo al Gobierno de Sur-Sudán (GoSS) para resucitar el contrato.

En noviembre de 2005, Kiir viajó a Washington en su primera visita oficial y se reunió con el entonces vicepresidente de EE.UU. Dick Cheney.

Prince presionó entonces personalmente a Cheney para que levantase las sanciones sobre el sur de Sudán, según documentos confirmados por otro ex alto funcionario de EE.UU, que dijo además que una reunión a bordo del ‘Air Force 2’ los ayudantes de Prince ayudaron a Kiir a redactar una carta a Bush en que le pedía el fin de las sanciones.

Un funcionario de Kiir declaró que éste estaba muy interesado en la formación de guardaespaldas de élite y en teléfonos por satélite cuya señal no pueda ser interceptada por el gobierno de Jartum.

Los responsables de BlackWater fueron a Sudán en febrero de 2006. Dieron a Kiir los teléfonos-satélite, acceso a correo electrónico seguro y una propuesta formal con los servicios de defensa que daría Blackwater.

En los meses siguientes, pese a que las sanciones de EE.UU estaban en vigor, Blackwater intensificó sus negocios con Sudán.

Bush levantó las sanciones de los EE.UU. para el sur de Sudán en orden ejecutiva del 13 de octubre de 2006. Los investigadores federales concluyeron que, para entonces, Blackwater había cruzado ya plenamente la línea de la ilegalidad en el comercio de servicios de defensa militar con el Sur Sudán.

Once días más tarde, Blackwater y Sur-Sudán cerraban positivamente el acuerdo para el entrenamiento de los guardaespaldas de Kiir. A partir de ahí existe poca información disponible sobre el trabajo de BlackWater en Sudán.

(Sudán Tribune, 28-06-10)


Traducción y adaptación: Santiago Izco Esteban.

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