UN RUGIDO CAPAZ DE SACUDIR AL MUNDO

27/01/2014 | Editorial

“Que la voz silenciosa de los que sufren hambre, se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo”, dijo el Papa Francisco, en el lanzamiento de la campaña de Caritas Internacional contra el hambre, el 10 de diciembre 2013.

El primer objetivo del milenio, a cumplir antes del año 2015, era la erradicación del hambre en el mundo, sin embargo actualmente 842 millones de personas pasan hambre en el mundo, y 1.300 millones están en situación de pobreza. ¿Por qué no mejora esta situación?.

Es necesario ir a las causas que impiden que el hambre en el mundo desaparezca, como son: las reglas que mandan en el comercio internacional, la corrupción a veces tolerada que impide que los recursos lleguen al pueblo, la frecuente sumisión de las Naciones Unidas a los intereses de los poderosos, la valoración de los recursos y beneficios pon encima de las personas, la falta de líderes íntegros, la escasa participación ciudadana para potenciar el bien común, la educación escasa de valores humanos y sociales, etc. Lo que falta es voluntad y compromiso para superarlas.

El hambre de mil millones de personas es por tanto: una vergüenza para todos!

Esta campaña coincidió con el Día Internacional de los Derechos Humanos. Me resulta ofensivo escuchar a los políticos-financieros hablar de derechos humanos, de estado de derecho, del bien común y de justicia, etc., cuando son “especialistas” en empobrecer a la mayoría.

“Human Rights Watch” afirma que los recortes, dentro del sistema capitalista, destruyen a los más vulnerables, aquí y en todo el mundo. Aclara también que España tiene graves problemas de derechos humanos, en: inmigración, desahucios, sanidad, religión, justicia, violencia, corrupción, desempleo, prostitución que genera en España 5 millones de euros al día, abuso de poder y recursos etc.

Algunos políticos, financieros y hasta catedráticos como Luis Garicano, confían en las instituciones, en el sistema financiero, en los reguladores fuertes, y en la tecnología para el crecimiento económico. La cuestión es: ¿a quién beneficia este sistema?. Favorece a una minoría mientras empobrece a la inmensa mayoría, y esto no lo dicen. Sobre todo, este sistema capitalista y político es injusto en su propia raíz y es objetivamente inhumano, como lo afirma el Papa Francisco, y por tanto seguirá creando nuevas crisis y más desigualdad. Un sistema político-económico, donde el 1% de la población controla el 50% de los recursos, es radicalmente injusto e inhumano.

También se olvidan de que sin educación ética y responsabilidad social, no podremos contar con: líderes íntegros y solidarios, con una sociedad comprometida por el bienestar de todos, y con una política económica centrada en promover el Bien Común.

Necesitamos profesionales con ética, y no políticos o sindicatos, víctimas de sus propios intereses.

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