UN NUEVO GOBIERNO SIGNIFICA UNA NUEVA OPURTINIDAD

21/11/2011 | Editorial

Constatamos el claro mandato popular de las urnas y felicitamos a los que han recibido la confianza de los-as ciudadanos-as.

Los Gobiernos cambian, en democracias reales, por periodos de unos ocho años. Pero nos podemos preguntar: ¿cambia realmente la forma de hacer política y economía?. Muchos-as ciudadanos-as constatan por experiencia que los cambios realizados por los diferentes ejecutivos se centran a veces en hechos de poca relevancia para el país y no en los grandes retos, como el crear empleo y bienestar para todos. La economía es el gran caballo de batalla para todos los gobiernos y ahí no parece importar tanto el color o las siglas del partido político en el gobierno como la integridad de sus lideres. Todos los gobiernos del globo parecen realizar el mismo estilo y forma de política y de economía, aunque con pequeños matices diferentes.

Estoy de acuerdo con los muchos ciudadanos-as que piensan que necesitamos una nueva forma de hacer política y economía, gobierne el partido que sea. Necesitamos:

1. Una visión de sociedad que conciba la política y economía como un medio al servicio del desarrollo humano integral de cada persona de toda la sociedad y no como medio de acaparamiento de poder y de enriquecimiento.

2. Una política económica justa y equitativa que basada en los derechos humanos, realice una distribución justa y transparente de todos los recursos existentes, gestione los bienes comunes con integridad escuchando a los mas necesitados y persiga siempre fomentar una vida digna para todos, asegurando los bienes y servicios básicos como: empleo, vivienda, sanidad, educación, pensiones, etc. Necesitamos una apuesta decidida por la justicia social.

3. Un consumo responsable y sostenible que garantice la protección del medio ambiente y asegure los bienes necesarios para las generaciones venideras. Al ritmo actual seguimos agudizando el problema del cambio climático y la escasez de recursos naturales, como el agua potable y las tierras de cultivo.

4. Una mayor participación ciudadana en las diferentes administraciones políticas, económicas, culturales y sociales, exigiendo siempre una total integridad de los políticos de turno, y atendiendo especialmente a los grupos más vulnerables.

5. Una educación más integral para todas las personas, potenciando, a través de los padres y profesores, el desarrollo de todas las dimensiones del ser humano: física, intelectual, humana, social, psíquica y espiritual.

6. Sanear la burocracia en los tres niveles: general, autonomías y diputaciones, para reducir en primer lugar los grandes gastos (militares, representaciones diplomáticas, administraciones) y poder invertir en una economía más productiva, que genere empleo y beneficios. Se requiere toda una regeneración ética de la vida pública.

7. Practicar una política de cooperación europea e internacional que sea coherente, global y sostenible desde el punto de vista medioambiental, para fomentar el desarrollo integral de todos los pueblos.

Las Elecciones Generales del 2011 se acaban de realizar. Nuestra responsabilidad social comienza ahora. Existen pesimistas que dicen que “nada cambiará”.
Como decía Martin Luther King: “ No me preocupa la maldad de unos pocos, lo que me preocupa es la indiferencia de la inmensa mayoría de buena gente”. Es tiempo de despertar y de solidaridad.

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