UN BILLÓN DE RAZONES PARA CREER EN ÁFRICA

24/09/2012 | Editorial

Un nuevo anuncio comercial de Coca-Cola, dice: “A billion Reasons to Believe in África”.

Algunas preguntas que rápidamente vienen a la mente, son: ¿Cómo se beneficia África de estas inversiones? ¿Cómo contribuye este renovado interés por África para mejorar el bienestar socio-económico de sus pueblos? Es evidente que los pueblos de África quieren y necesitan integrar las nuevas tecnologías para promover un mayor desarrollo económico. Un tema interesante en este momento es: el impacto de las nuevas tecnologías en las culturas tradicionales de los pueblos de África, y también la contribución de las culturas africanas al desarrollo integral de sus pueblos.

Lo que muchos confunden es: el crecimiento económico con el desarrollo integral, para África y para otros continentes.

África, de acuerdo con los últimos análisis de la ONU, esta experimentando un crecimiento económico de casi un 6%, lo cual no deja de ser una buena noticia.

Para los que viven o hemos vivido en África, es evidente que circula muchísimo más dinero ahora que hace cuarenta años, en casi todos los países africanos. Nos preguntamos: ¿Quien se beneficia de este nuevo capital, cuando las diferencias entre la minoría de los súper ricos y el resto de la sociedad, siguen aumentando, y cuando se siguen destruyendo los montes, lagos, ríos y medio ambiente? También se puede observar el surgir lento y penoso de una clase media de funcionarios y trabajadores en algunos países de África.

¿Porqué hay todavía en el mundo unos 240 millones de enfermos de paludismo, en los países en desarrollo, y porqué seguimos todavía sin vacuna? Sabemos que el paludismo es la primera causa de muerte en África. Cada 45 segundos muere un niño en África a causa de la malaria.

Al mismo tiempo, el 85% de los medicamentos está en manos de grandes empresas farmacéuticas, cuyo negocio alcanza unos 446 millones de dólares al año.

Unos 925 millones de personas en el mundo no comen hoy lo suficiente para vivir saludables. En África Sub-Sahariana más de 200 millones de personas sufren los efectos del hambre. (ONU)

Los efectos devastadores de este empobrecimiento, inseguridad alimentaria provocada, falta calculada de medicamentos eficaces, son un crimen contra la humanidad.

Joseph Jacob Simmons, un profesor emérito de economía en EEUU, observa: “El mayor problema de África, en su camino de desarrollo, es la falta de una gobernanza transformativa”, y añade: “Lo pueblos africanos deben levantarse para superar eficazmente este reto, si quieren beneficiarse de sus abundantes recursos naturales”. (http://www.africanexecutive.com/modules/magazine/articles.php?article=6784&magazine=401)

Como lo afirma la ONU, el gobierno ruandés sigue siendo un ejemplo de gobernanza opresora al apoyar al movimiento terrorista del M23 que le permite extraer el coltan y otros metales preciosos en el este de la RD del Congo. Ahora Kigali está reforzando la ocupación de Rutshuru, en la misma región para extraer los ricos yacimientos de petróleo, mientras que la sociedad internacional y sus líderes observan con pasividad, pues son cómplices en tan fragrantes abusos de derechos humanos. (http://fr.allafrica.com/stories/201208240416.)

Para conseguir lideres íntegros con capacidad de transformar el crecimiento económico en un desarrollo integral para todos, necesitamos una educación integral a todos los niveles de la sociedad.

El 17 de Septiembre 2012 sentí una gran alegría al leer en el periódico ugandés: “Daily Monitor” la buena noticia de que, el Ministerio de Educación de Uganda ha renovado el Currículo Nacional de Educación Primaria y Secundaria, introduciendo por primera vez en su historia como país independiente, temas como: “Educación a la vida” y “Educación Social”.

Lo que importa ahora es el contenido de dichos temas y la preparación de los profesores. Este fue precisamente el primer objetivo de nuestro Consorcio en Uganda para potenciar el desarrollo integral, a través de una educación ética.

De hecho fuimos los primeros en presentar al Parlamento de Uganda, la petición oficial para integrar la Educación Etico-Civica en el Currículo Nacional.

Son ciertamente pasos modestos, pero se dan en la buena dirección.

Tengo la impresión de que en España, podríamos aprender de Uganda.

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