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Inicio > REVISTA > Cultura > ![]() Un acercamiento a las relaciones chino-africanas a través de Éric Nguyen
23/10/2020 -
El libro, dividido en siete partes, comienza abordando las primeras relaciones entre China y África establecidas durante el siglo XV. El punto de unión entre ambas fue el almirante Zheng He y, tras su muerte, hubo que esperar hasta la Guerra Fría para el restablecimiento de las conexiones entre ambas. En la segunda y tercera parte, el autor ahonda en los dos motivos principales del giro de la política exterior china hacia África, tales son la búsqueda de materias prima y el comercio, lo que incluye el establecimiento del denominado “collar de perlas”, una ruta marítima para asegurar el transporte del petróleo de África (la cual cuenta con un 9,5 % de las reservas mundiales) a China, así como el intercambio de armas por minerales y petróleo. A través de la cuarta y quinta parte Nguyen explica las motivaciones diplomáticas chinas y su éxito detrás de estas relaciones de intercambio. China se ha beneficiado de su modelo de gestión de empresas públicas, subvencionadas por el Estado y ayudadas para obtener contratos, lo que le ha permitido rivalizar con sus competidoras. A esta realidad se le ha de sumar las prácticas chinas que, según el autor admiten la corrupción, lo que ha perjudicado aún más a su competencia, sujeta a la trasparencia presupuestaria. Para Nguyen, el gigante asiático habría logrado extenderse por todo el mercado económico africano a través de las cooperaciones técnicas, el precio modesto de los trabajos realizados y la oferta de paquetes (agrupamientos de proyectos), así como la diversificación de sus inversiones en numerosos sectores que van desde la agricultura hasta la construcción de carreteras, hospitales, escuelas, etc. Mediante los dos últimos capítulos, Nguyen sigue profundizando en la corrupción y competencia de China, exponiendo como ejemplo el sector textil, donde los tejidos tradicionales africanos, han sido sustituidos por los tejidos creados en China. Para el autor, esta última se ha beneficiado de las ventajas del suelo africano y de las ventajas reservadas a las exportaciones africanas con los Estados del Acuerdo de Asociación Económica firmado con la UE. Además, denuncia que la explotación y exportación exclusiva de materias primas no ha favorecido la creación de industrias de transformación en el continente africano. Algo que, sumado a la contratación única y exclusiva de trabajadores chinos por parte de las empresas y compañías del gigante asiático, ha generado el descontento tanto de la población local africana como el de algunas élites gubernamentales o cercanas a los gobiernos, especialmente en Sudáfrica. Concluye el autor relativizando la importancia de China en África, la única parte de su obra que el tiempo ha demostrado no ser del todo cierta. Raphaël Rossigno Fuente: Séminaire EHESS [Traducción y edición, Irene Ruzafa Martín][Fundación Sur]
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