Uganda y África: bendecidas por la Naturaleza y destruidas por la codicia humana.

18/09/2017 | Editorial

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En la Web y Redes Sociales de África Fundación Sur (AFS) hemos publicado noticias regularmente, artículos de opinión, artículos académicos, programas de radio, entrevistas, seminarios, cuadernos, etc., sobre la nueva esclavitud que sufren los pueblos africanos por causa del acaparamiento de tierras, impuesto por la fuerza, por empresarios y gobiernos locales y extranjeros.

Este acaparamiento de tierras, en África sobre todo, está alcanzando proporciones alarmantes. Los responsables son empresas multinacionales, como so son también los gobiernos de: China, India, Corea, USA, Europa, Arabia Saudí, Suráfrica, Egipto, Ruanda y Uganda.

Los tres objetivos más evidentes para estos depredadores, son el abastecimiento de alimentos, los combustibles seguros y el acceso a recurso minerales.

La cantidad global de tierras acaparadas en África supera hoy los 70 millones de hectáreas

Los países más devastados por esta expropiación de sus tierras son: Etiopia, Mozambique, Ghana, Uganda, Madagascar, Sudan, RD del Congo, y Mali. En Uganda, hasta el 18% de sus tierras fértiles están acaparadas. Mozambique tiene el 21% de sus tierras ocupadas. En la R.D. del Congo hasta el 48% de sus tierras adquiridas.

Una triste e indignante noticia nos llega de Uganda, donde el presidente Museveni y su ejecutivo, que controla en realidad todos los poderes, están anunciando un nuevo proyecto de ley sobre la tierra. Este cambio implica la enmienda del artículo 26 de la Constitución, estableciendo que “el Estado dispone, en interés del desarrollo, sobre la propiedad de las tierras y otras formas de propiedad privada”.

Muchas familias de agricultores tienen títulos de sus tierras, pero actualmente dichos títulos no les sirven para nada. Leo Twinomuhangi, responsable de “La Autoridad Nacional sobre las tierras y bosques” (NFA) afirma que se han emitido títulos ilegales obre tierra fértiles junto al lago Victoria a varias personas en el gobierno. Asegura que este “sindicado privado sobre el acaparamiento de tierras” en Uganda es más fuerte que la propia Autoridad Nacional del Ministerio y que sigue acaparando tierras y bosques en zonas protegidas.

Otro líder de la NFA: Michael Mugisa afirma que es imposible proteger los títulos de tierras porque la autoridad total del “sindicato de acaparamiento de tierras” está en manos de poderosos corruptos del gobierno que trafican con tierras, madera y otras reservas naturales. Este sindicato privado y poderoso está en manos del Ejecutivo.

Este es un país bendecido por la naturaleza pero castigado y destruido por la codicia de los poderosos, del propio gobierno primero y algunos de fuera también.

Este golpe de propiedad absoluta por parte del ejecutivo sobre las tierras y recursos en Uganda es no solo una fragrante injusticia y robo sino que puede suponer una explosión y revolución social, esperemos que no sangrienta. La tierra es sagrada en Uganda y en África.

Mientras unos pocos nadan en una injusta súper abundancia, con toda impunidad, la gran mayoría de los ugandeses sufren la privación de educación, escasez de servicios de sanidad, falta de trabajo y no consiguen las condiciones de una vida digna.

La mayoría de los países ricos en recursos, como Uganda y otros países de África subsahariana, tienen los índices de pobreza más altos, los niveles de educación más bajos, y el mayor número de conflictos violentos recurrentes y complejos. Al menos en 8 de los 15 países más violentos del mundo los recursos naturales han desempeñado un papel clave en el conflicto.

En Kenia 30.000 escuelas públicas están en riesgo de desaparecer por los conflictos a causa de los recursos naturales.

En la R.D.C, uno de los países más ricos en recursos naturales de África Subsahariana, los conflictos no cesan y desde 2013 han sido destruidas más de 700 escuelas afectando a más de 300.000 niños-as, según Hombeline Bahati, directora de los JRS en la región.

El 87% de las personas desplazadas, proceden de zonas de explotación minera y petrolera.

Constatamos de nuevo como la educación integral y una gobernanza responsable son esenciales para la adecuada gestión de los recursos naturales, promoción de un desarrollo sostenible, la preservación del medio ambiente, la construcción de la paz y el respeto de todos los derechos humanos.

Y de nuevo volvemos a lo fundamental: los gobiernos y los empresarios no son capaces, no pueden, si saben ni quieren resolver estos graves retos sociales y económicos.

Los Pueblos de buena voluntad, sobre todo los Pueblos oprimidos y empobrecidos, son los únicos capaces de organizarse, como lo están haciendo ahora en Malí y lo harán probablemente en Uganda, para promover una gobernanza más responsable y una gestión de recursos que busque el Desarrollo Sostenible y el Bien Común de la ciudadanía.

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