Uganda: Lo que Amín, Bongo, Mobutu, Bokassa pueden enseñar a Museveni

26/05/2009 | Opinión

Si conoces Uganda, puedes oler en el ambiente las elecciones de 2011, que se aproximan: el Presidente Yoweri Museveni empieza a lanzar misivas para atacar a su principal rival, el doctor Kizza Besigye. Los periódicos están haciendo su parte, calentando las aguas políticas, con varias historias de encuestas de opinión (la última de ellas predecía que Museveni tiene posibilidades de perder).

Entonces, como pasó en dos de las tres elecciones de la era Museveni, hasta ahora, los cuchillos ya están fuera y la constitución está a punto de ser reformada. Antes de las elecciones de 1996, teníamos la nueva constitución. En 2001 no se tocó, pero en 2006, se jugueteó con ella para quitar el límite a las legislaturas y crear la presidencia vitalicia.

Ahora, hay posibilidades de que sea cambiada para bajar el listón y permitir a Museveni despejar el camino, quitando la obligación de que el candidato ganador deba obtener más del 50 % de los votos. Hay muchos otros asuntos que pueden resolverse además, como el del límite de edad, por ejemplo.

Ni antes de 2011, ni definitivamente de cara a 2016, se tendrá que hacer ninguna modificación para quitar el tope de 75 años, y permitir presentarse a los candidatos que tienen ocho y nueve décadas.

Entonces este pequeño problema del sistema presidencial, también tendrá que ser abordado. Llegados a un punto, si Museveni insiste en igualar el récord del presidente de Gabón, Omar Bongo, de más de 40 años en el gobierno, podría ser necesario enmendar la constitución para que cambiemos a un sistema parlamentario.

De ese modo, un Museveni demasiado mayor no tendría que andar por todo el país haciendo campaña, apoyado sobre un bastón para caminar a los estrados. Puede quedarse en la casa de Gobierno y convertirse en el presidente, si el NRM, [Movimiento Nacional de Resistencia, su partido], obtiene la mayoría de los escaños del parlamento.

Si la mayoría de los ugandeses no quieren castigar a Museveni por jugar con la constitución y desean seguir siendo liderados por él, están en su derecho democrático de elegirle.

Pero, sea lo popular que sea, después de 25 años en el poder, tendrá que enfrentarse al dilema de todos los hombres grandes: ¿qué nuevos trucos te sacas de la manga para seguir siendo interesante?

No hay una sola bailarina, por muy bueno que sea, que mantenga el interés de la audiencia ofreciendo los mismos movimientos cada día, durante 25 años. Tiene que cambiar su vestimenta, su peinado, introducir nuevos golpes, o cambiar la iluminación del escenario. Pues de la misma manera, como Museveni ha cumplido un cuarto de siglo en el poder y va a seguir en él, él también necesita nuevos movimientos. La cuestión es, ¿cuál podría ser ese movimiento?

Cosas como poner todo su empeño en el valor de la moneda son ordinarias, así que ¿qué otra cosa le queda a nuestro adorado presidente?

1. Podría inspirarse en Field Marshall Idi Amin, y casarse con la primera dama, Janet, por segunda vez, en una fastuosa ceremonia, o hacer como Bongo y Mobutu Sese Seko, y tomar nuevas esposas. Eso podría crear un rumor que durase dos o tres años.

2. Como lo más probable es que no opte por ese camino, porque es un converso, o al menos así lo anuncian, tiene la opción de Bedel Bokassa. Bokassa se auto instaló como “emperador” de la República Centroafricana, en 1977.

Si el presidente no quiere empezar por lo más difícil siendo emperador, podría coronarse a sí mismo primero que Rey de Ankole, porque la corona sigue vacante desde que él canceló la coronación del rey John Barigye, en noviembre de 1993. Puede dejar lo de emperador para 2017.

3. Su excelencia podría mirar hacia el África Occidental, Costa de Marfil, y tomar prestada una página del libro del difunto padre fundador del país, Felix Houphouet Boigny, que construyó una de las catedrales más grandes del mundo en su ciudad natal de Yammousoukro. Después de todo, la casa de Gobierno es un lugar muy piadoso, así que no estaría totalmente fuera de lugar si Museveni construye su Yammousoukro, en Rwakitura.

4. Para cuando haya dejado de dar noticias y dominar el debate político, habrá llegado el momento de ocuparse de las pequeñas cosas. Para un servidor, el presidente podría alargar su nombre como hizo Mobutu, ensartando Sese Seko Kulu wa Zabanga. Creo que Yoweri Kaguta Museveni la Gran Lanza Chwezi, el Poderoso Pez de Nalubale, Protector de las Aguas del Nilo y Primer Liberador, estaría bien.

5. También está el toque de Silvio Berlusconi; desde que el primer ministro italiano se hizo un lifting de cara y un trasplante de pelo. Si Museveni realmente quisiera dar un auténtico vuelco a las cosas, iría más allá y se haría un trasplante total de pelo y se desharía de su sombrero de safari.

6. Un cambio de estilo de vida, que pensamos que es fácil de hacer, es que siga los pasos de su colega el revolucionario Gaddafi. Que se libre de sus trajes de ejecutivo y uniformes militares, y que contrate al coronel general Elly Tumwine* para que le diseñe un gran armario de estilo único a lo Gaddafi.

Por si acaso, podría aprobarse una ley para prohibir a cualquier otro ciudadano copiar ese estilo (no queremos la misma situación de ahora, con cientos de funcionarios del NRM copiando el estilo del presidente al hablar y moverse).

7. Hay una última opción: Museveni podría, sencillamente, hacer las maletas y largarse a su casa, a Rwakitura, para cuidar de sus vacas. Pero esta, según él mismo nos ha dicho, es la más difícil de cumplir para él, por lo tanto nos quedan las opciones de la 1 a la 6.

Charles Onyango Obbo

Opinions & commentaries “Ear to the Ground”, publicado en The Monitor, Uganda, el 13 de mayo de 2009.

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

Nota de la traductora:

* El coronel general Elly Tumwine, veterano de guerra en el bando de Museveni, antiguo presidente del Tribunal de Guerra y ahora parlamentario de Uganda, es un apasionado de la moda. Hace poco participó en un desfile de modelos y cuando él apareció en la pasarela las mujeres “se volvieron locas”. Asegura que le ha “declarado la guerra a la moda”, se refiere a la moda occidental. Siempre ha sido un firme oponente a la moda occidental. Creó el llamado traje Tumwine para el parlamento, que consistía en una chaqueta de algodón sin mangas que se podía llevar sobre una camisa de manga larga y corbata.

Su nombre aparece infinidad de veces en la prensa, ligado a declaraciones de este tipo, que muchos recogen con sarcasmo y burla, otros, los menos, con alabanzas. Parece más preocupado por cómo visten los ugandeses que por los asuntos del parlamento. Su nombre también ha aparecido, en otras esferas, relacionado con la corrupción de la clase gobernante en Uganda.

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