Todo abuso de menores es un drama y desafío en África y en todo el mundo.

23/10/2017 | Editorial

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Todo abuso de la dignidad humana y de los derechos humanos es una cruel ofensa a nuestra propia humanidad.

Estas violaciones son más vergonzosas y denigrantes todavía cuando se comenten contra menores de edad y otras personas vulnerables.

Constatamos cada día que son precisamente estas niñas y niños, adolescentes y otras personas vulnerables, las que sufren las terribles consecuencias de estos abusos crueles, tanto en África como en los demás continentes.

Si cualquier abuso de una persona menor de edad nos indigna profundamente, el ver cómo se cometen tales violaciones con total impunidad provoca un mayor rechazo todavía, mientras que las personas menores maltratadas y torturadas deban vivir y soportar todas las heridas causadas y sus consecuencias. Por desgracia, muchas de las niñas y mujeres maltratadas y abusadas, pagan tanta crueldad con su propia vida.

*Del 3 al 6 de octubre 2017, tuvo lugar en Roma una Cumbre Internacional sobre la protección de menores ante los peligros de la red. (“Child Dignity in the Digital World”). Dicha Cumbre fue organizada en la Universidad Gregoriana de Roma, involucrando a empresas como Facebook, Microsoft y Google, y a muchos expertos en comunicación digital de todo el mundo.

*En este mundo digital y global es fundamental incluir a todos los medios de Comunicación y Redes Sociales para proteger a las personas más vulnerables de todo tipo de abusos. Además, este es un ambiente que no está dominado ni por los gobiernos, ni por la ciencia, religiones o empresas, sino que necesita la participación de todos.

Se trata de entender quiénes son los autores de los delitos, cómo se financian y publicar todos los datos de las investigaciones “on line”, para que el mundo los conozca y rechace.

Los datos sobre el tema indican que el 25 por ciento de los usuarios de internet son menores y muchos sufren violencia que toma nombres, como: sextortion, sexting, cyberbullying, grooming.

También se sabe que el 20% de todos los jóvenes en Europa sufrieron abusos sexuales, datos que reflejan una situación tremenda.

Se calcula además que unos 800 millones de jóvenes en el mundo corre el riesgo de ser víctima en internet de reclutamiento sexual.

*Los matrimonios prematuros y forzados constituyen otra dimensión de esta esclavitud que sufren las vulnerables adolescentes, en todos los Continentes.

Unas 50.000 niñas son obligadas a casarse cada día. En todo el mundo hay 700 millones de mujeres que fueron obligadas a contraer matrimonio cuando eran unas niñas. Es la terrible estimación que se recoge en el último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Las denuncias por abusos sexuales a menores han aumentado un 15 por ciento, pero el 70 % de los casos no son juzgados porque la única prueba es el testimonio del niño y es difícil que lo mantenga durante los largos procesos, según un informe de Save The Children

*La mutilación genital femenina se da en 29 países del continente africano y en algunos como Sierra Leona o naciones del Cuerno de África y del Sahel la práctica afecta a cerca del 95% de las mujeres.

Además, el informe de UNFPA detecta un aumento «exponencial» de la violencia sexual que sufren durante la pubertad las niñas. Una de cada tres menores declara que han sufrido episodios de este tipo y el 60% de casos de «asaltos sexuales» en familias, los sufren niñas de «quince años o menores».

*Otra situación donde los menores de edad son especialmente vulnerables es el caso de la migración y personas que buscan refugio.

“Si intentas correr, te disparan. Si paras de trabajar, te golpean. Y al final del día, te encierran. Somos como esclavos», cuenta Aimamo de Gambia, quien solo tiene 16 años y se lanzó a cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.

Como 22.000 migrantes —entre ellos 11.000 niños— han contado a la Organización Internacional de las Migraciones, haber sufrido tales abusos.

El 77% de los menores que realizaron la ruta migratoria a través del Mediterráneo central reconocieron haber sido víctimas de abusos sexuales o laborales.

Este grave abuso de la dignidad de las personas más jóvenes y vulnerables delata el grado de deshumanización que estamos sufriendo en todos los continentes.

Es pues imperioso y urgente, primero: delatar a los responsables de tales abusos para que asuman las consecuencias de sus acciones y segundo: promover un mundo más humano, justo y solidario, por los medios más adecuados, como: educación ética, justicia social, y compromiso de toda la sociedad, por un Desarrollo Sostenible para todos los pueblos.

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