THULI MAKAMA, Conservacionista y activista.

21/07/2010 | Crónicas y reportajes

Ganadora del Premio Goldman 2010 por su lucha en tres campos: la conservación medioambiental, la protección de los derechos humanos y el desarrollo sostenible de la comunidad en Swazilandia.

El folleto de 15 páginas Los gritos de la tierra salvaje: testimonios de las víctimas de abusos de derechos humanos es escalofriante. Lo publicó en 2004 un grupo medioambiental Swazi llamado Yonge Nawe y detallada el uso sistemático de la violencia que cometen los guardas de los parques. Es un cuento medioambiental aleccionador que termina mal y una situación que tiene que terminar, según Thuli Makama, directora y abogada de la ONG.

La motivación inicial de Makama a principios de los 2000 era que aumentara la implicación de la comunidad en la conservación natural. Pronto quedó claro que, además de excluirlas de la dirección de los parques – y a veces expulsarlas a la fuerza de sus tierras- las comunidades locales se enfrentaban a la intimidación y la violencia de los guardas, sobre todo de Reservas Naturales BGP, una empresa privada.

MEDIDAS ANTI-FURTIVOS

Ted Reilly fundó BGP en los años 1960 y ahora dirige tres reservas que tienen alrededor de 40.000 hectáreas. A Reilly se le conoce como el primer conservacionista de Swazilandia, pero a medida que la actividad furtiva se fue de las manos en los 80, las actividades policiales en las tres reservas también.

En 1991, el gobierno reformó una ley de caza para endurecer las sanciones contra los furtivos. La sección 23 da inmunidad a los guardabosques para los actos de violencia cometidos con el fin de proteger la vida salvaje. En 1998, la ley de caza fue aprobada directamente por el rey Mswati III y ya no pudo pasar por el parlamento.

Muchos creen que la política de tolerancia cero con el furtivismo ha recuperado la vida salvaje. Pero Makama dice que la falta de escrutinio del uso de la violencia extrajudicial ha llevado al abuso de derechos humanos. “Va contra nuestra constitución, que garantiza el derecho a la vida y el derecho al acceso a la ley”, dice.

BGP niega las acusaciones de que se ha actuado fuera de la ley. “Los guardas tienen el derecho de emplear la fuerza para efectuar arrestos”, dice la organización. “En todos los casos la policía o está presente o se la llama inmediatamente después del arresto. Entonces el caso pasa a la fiscalía, que decide qué acción tomar contra la persona arrestada y contra los arrestadotes si se ha violado la ley”. BGP señala que los furtivos conocen las consecuencias de sus acciones y afirma que los delitos de furtivos suelen ser cometidos por redes criminales – que venden carne de lemúridos, marfil y cuernos de rinoceronte -, más que por comunidades necesitadas. La empresa también dice que contrata a 360 suazis, muchos de entre las comunidades locales.

VICTORIAS LOCALES

El objetivo de Makama es implicar a las comunidades en la conservación, no solamente en los empleos, y Swazilandia puede dar ejemplo de esto. “La reserva privada Mbuluzi es una reserva natural dirigida por la comunidad Shewula, y funciona de maravilla. Los Shewula entienden ahora el valor de los parques porque está en sus manos conservarlos”.

Su mensaje se está oyendo. En 2009 ganó una recusación para que las ONG fueran representadas en el consejo de la Autoridad Swazi de Medioambiente. En abril ganó el Premio Goldman de África de 2010, que es como el “Nobel Verde”. Makama recibirá aclamación internacional y 150.000 dólares. “Este dinero nos ayudará a denunciar ante la justicia tres casos de asesinato de supuestos furtivos que tuvieron lugar en 1992, 2008 y 2010”, dice.

Makama explica que tiene esperanza en el futuro y en las instituciones Swazi. “Estoy segura de que si al juzgado le llegan los casos, los hechos y las historias, fallarán a favor de estas comunidades. No tengo ninguna duda”, dice.

Emilie Filou

(The Africa Report nº 23, Junio- Julio de 2010)

Enviado por Paquita Reche.

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