El grupo de apoyo, Enough Project, ha pedido en un informe publicado el pasado martes, un nuevo esfuerzo internacional liderado por Estados Unidos para abordar las causas de la «cleptocracia violenta» de Sudán, acusada de saquear los recursos del país y de usar de violencia brutal contra civiles y abusos contra los derechos humanos: «El sistema de gobierno del régimen de al-Bashir en Sudán se caracteriza mejor como una cleptocracia violenta, ya que sus objetivos principales son el autoenriquecimiento y el mantenimiento del poder indefinidamente… El régimen se basa en una variedad de tácticas, incluyendo el patronazgo, el nepotismo, la amenaza y el uso de la violencia política y una severa represión para cooptar o neutralizar a los opositores y sofocar la disidencia».

El informe llega casi dos meses antes de la esperada decisión de la administración estadounidense sobre el posible levantamiento parcial del embargo económico impuesto desde hace veinte años sobre el país de África oriental.

En una audiencia ante una comisión de derechos humanos del Congreso de los Estados Unidos el 4 de abril, expertos en derechos humanos llamaron a retrasar la revocación permanente de la sanción de Sudán por que se puede utilizar como una forma de presión sobre el gobierno del presidente Omar al-Bashir para mejorar los derechos humanos en el país.

El informe señala que para apoyar más eficazmente la paz, los derechos humanos y la buena gobernanza en Sudán, los legisladores estadounidenses deben construir un nuevo enfoque político que intente «contrarrestar y, en última instancia, desmantelar la cleptocracia violenta de Sudán».

«Los políticos preocupados de Estados Unidos y de todo el mundo deben iniciar una estrategia de presiones financieras más inteligentes y una mayor responsabilidad que se ocupa de las causas profundas de la cleptocracia violenta de Sudán», dijo John Prendergast, director fundador del Enough Project.

Prendergast hizo hincapié en que la presión sobre el presidente sudanés y su círculo íntimo puede ser exitosa «promoviendo importantes objetivos de seguridad nacional y global, como la salvaguardia de la integridad del sistema financiero mundial, la lucha contra la corrupción, acabando con cualquier apoyo futuro al terrorismo y el fortalecimiento de los derechos humanos «.

Para explicar la corrupción y la violencia brutal en Sudán, Suliman Baldo, asesor del Proyecto Enough, dijo que «el círculo interior en el poder ha privatizado las riquezas naturales del país, su petróleo, oro y tierra», agregando que lo hacen para para proteger sus ganancias ilícitas y Para garantizar la supervivencia del régimen, «los que gobiernan Sudán dedican recursos desproporcionados a un inflado sector de seguridad e inteligencia y descuidan los servicios sociales esenciales».

A diferencia de otros regímenes represivos, el régimen sudanés puede recurrir a las tácticas extremas que puede reunir «incluyendo la limpieza étnica, el uso de hambre como método de guerra y el bombardeo indiscriminado de poblaciones civiles», enfatizó Omar Ismail.

El grupo defensor llama al presidente Trump a nombrar un nuevo enviado especial para Sudán y Sudán del Sur y un fuerte compromiso diplomático de los Estados Unidos con Sudán para lograr la paz en dicho país.

Además, el grupo propone ejercer presión sobre la «cleptocracia violenta de Sudán» a través de una estrategia de presión financiera y una mayor rendición de cuentas. Además, señalan la necesidad de involucrar a los aliados políticos y los partidarios financieros de Sudán en los países del Golfo, Rusia y China para presionar al gobierno sudanés para que trabaje hacia una paz duradera.

Fuentes: Sudan Tribune

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]

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