Tanzania: demasiado trabajo y demasiada poca escolarización para los niños

13/05/2010 | Crónicas y reportajes

El Mercado de pescado Malindi, en la ciudad de piedra de Zamzíbar es un hervidero de actividad económica, pero la posibilidad de poder obtener un dinero fácil, atrae a demasiados niños que deberían estar en la escuela, según unos activistas.

“Los niños quieren ir a la escuela pero tienen que trabajar para ayudar a sus padres”, asegura Mubarak Maman, el director del programa de Save the Children en Zanzíbar.

En el mercado, principalmente se los ve sirviendo té o vendiendo aperitivos durante la mañana y a primera hora de la tarde, cuando los pescadores llegan con la pesca del día.

La situación se repite por todas las islas de las especias del África del este. A pesar de la reputación global de ser un gran destino turístico, la isla semiautónoma de Zanzíbar es pobre, algo que impulsa el trabajo infantil y la explotación.

“Cuando vas a Pemba (una de las islas constituyentes de Zanzíbar), hay un gran número de niños pescando y trabajando en canteras, sacando grava de las piedras”, dice Maman, “los padres dicen que no pueden permitirse enviar a sus hijos a la escuela”.

Sin embargo, según los cálculos realizados por la Organización Internacional de Trabajo, en 2001, los niños en Zanzíbar se enfrentan a días duros de trabajo en las plantaciones de clavo aromático y algas, así como en los hoteles y el sector turístico, muchos también están implicados en la prostitución infantil.

Más de 100.000 niños de edades comprendidas entre los 5 y los 17 años son empleados en Zanzíbar, según una investigación realizada por el gobierno en 2006.

Hamza, de 15 años, que vende zumo desde hace un año, dice que trabaja seis horas al día, ganando alrededor de 7.000 chelines tanzanos (unos 5 dólares), la mayor parte de los cuales van para su hermano mayor. El resto es enviado a sus padres en el continente.

“Mis padres son pobres, no podrían permitirse que yo fuera a la escuela”, dice, añadiendo que le gustaría volver a la escuela. “Tengo miedo de que si le pido a mi hermano mayor que me vuelva a llevar a la escuela, me mande de vuelta con mis padres”.

Educación

La educación básica en Zanzíbar es obligatoria hasta los 10 años, seis años de educación primaria y cuatro de secundaria, pero no existen provisiones legales para hacerlo cumplir. Hay además otros costes, como uniformes, que dejan fuera a los pobres.

La percepción de bajos rendimientos en la educación significa que los padres y los niños valoran a corto plazo las ganancias del trabajo infantil a expensas de la educación, según el Plan de Acción Nacional de 2009-2015, para la eliminación del trabajo infantil.

“Para la mayoría de los niños que no superan la educación básica, las perspectivas de encontrar un empleo que de beneficios son mínimas”, afirma. Esto contribuye a una baja demanda de escolarización y altos índices de abandono o imposibilidad de acudir a la escuela.

Maman dice que no es fácil trazar una línea entre trabajo infantil y trabajo doméstico. “Esto es porque algunos de los niños trabajan y luego van a la escuela, otros no trabajan pero están en situación de explotación”, explica.

Algunos residentes también lo consideran una cierta formación para que los niños adopten los roles del futuro, como la pesca.

Concienciación

Fatma Rashid, oficial de enlace con la OIT en Zanzíbar, dice que mientras que el trabajo infantil es un gran problema, la concienciación de la comunidad sobre sus efectos es muy baja.

“Usamos medios de comunicación de masa para llevar a cabo seminarios… invitamos a padres y Shehas (líderes de la comunidad) a educar a los demás”, explica.

La OIT está desarrollando un programa de estudios para que los niños en las escuelas sean concienciados en estos asuntos, según Rashid.

Según el Programa de Acción Nacional, hay que ocuparse de la escasa capacidad de implementación y la falta de coordinación entre las agencias, junto con la insuficiente concienciación sobre los derechos de los niños y la débil aplicación de leyes y reglamentos.

La aplicación de las leyes de trabajo infantil principalmente en los sectores formales ha dejado los sectores informales y tradicionales, los principales empleadores de niños, sin regular.

El Plan de Acción Nacional espera abordar estos asuntos y poner en marcha una revisión del plan de estudios para que sean más apropiados al abordar las necesidades de la comunidad, con vistas a mejorar la matriculación de niños en las escuelas y su permanencia.
Un comité directivo de trabajo infantil, formado por funcionarios de las agencias más importantes, proporcionará una guía de implementación.

“Los problemas de la protección de los niños se superponen, es responsabilidad de muchos departamentos. Hay una necesidad de coordinación nacional entre varios actores así como de concienciación para animar a la gente a informar de casos de abuso infantil”, afirma Maman. “Debería existir un marco legal para hacer que sea obligatorio informar, para cualquiera que se tope con uno de estos casos”.

Asha Aboud Mzee de una ONG llalada Organización para el Progreso de las Mujeres en Zanzíbar, dice que las mujeres deberían estar implicadas “Si pasa algo, las mujeres no saben donde denunciar”.

(This Day, Tanzania, 13-05-10)

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