Tanzania debe evitar un fiasco electoral como el de Kenia

15/10/2010 | Opinión

Tres diferentes periódicos publicados en Dar es Salaam, no pueden equivocarse, especialmente si uno de ellos, el más antiguo, pertenece al CCM. [Chama Cha Mapinduzi, que significa partido de la revolución en suajili. El partido en el poder de Tanzania desde su independencia]. Todos ellos dicen más o menos lo mismo, que flota en el aire la ansiedad y la incertidumbre.

Todos ellos expresan temor a que las elecciones de Tanzania puedan ser amañadas a favor del partido en el gobierno, basándose en el estado de ánimo del país, que parece estar deseando un cambio de régimen en la tierra de Mwalimu Julius Nyerere.

Una señal de que no todo va bien ha salido a la luz claramente con los resultados de la última encuesta de opinión, realizada por el centro estatal Investigación y Educación en Democracia de Tanzania, con sede en la universidad de Dar es Salaam.

En el periodo previo a las elecciones de Kenia, en 2007, tuvimos un escenario similar, en el que las encuestas de opinión se convirtieron en el centro de enconados debates, reclamaciones y contra-reclamaciones de resultados adulterados, dependiendo de quién o qué partido fuera el favorecido o desechado por las encuestas. Siempre que una encuesta de opinión favorecía al PNU [Partido de Unidad Nacional, en el Gobierno], otros partidos y sus seguidores la descartaban como amañada. Por otro lado, si los resultados de otra encuesta favorecían al ODM [Orange Democratic Movement. Partido de la oposición], otros actores los rechazaban de entrada como falsos.

Por otra parte, el público keniata tratado rutinariamente para medir la popularidad de los candidatos presidenciales y sus partidos mediante el tamaño de sus mítines, que a veces eran retransmitidos en directo por las televisiones locales. Por tanto si las encuestas no reflejaban lo que las masas veían en televisión, ellos siempre cuestionaban tales resultados.

Las reclamaciones de un fraude pre-planeado de los resultados, como ya mencionó Wilbroad Slaa, eran típicas en Kenia, unos meses antes de las elecciones. Los planes para utilizar a la policía y la administración provincial como monitores de las elecciones, para el PNU, el partido en el gobierno, estaba igualmente en las cartas. Fueron estos extraños acontecimientos, sumados a las declaraciones públicas de que el PNU no admitiría la derrota, lo que llevaron al ODM a anunciar muy pronto que el partido sólo aceptaría la derrota si las elecciones eran libres y justas.

Por otro lado, si los resultados eran manipulados, el partido movilizaría su enorme masa de seguidores en todo el país, para actos de protesta por los resultados. Mirando a la campaña electoral de Tanzania de este año, hay señales de que el país está leyendo el guión de Kenia. Si un alto cargo del CCM ya ha declarado que Wilbroad Slaa no será el quinto presidente de Tanzania, debe ser porque hay algo que él conoce sobre los resultados de las elecciones que otros tanzanos desconocen. Además, la intervención de los jefes del ejército para advertir a los tanzanos contra la tentación de causar el caos debe haber dado escalofríos a mucha gente en el país. Normalmente, se supone que el ejército en Tanzania, como el de Kenia, es apolítico en estas circunstancias. Meterse en la arena política, en estos delicados momentos, no hace más que recordarnos el escenario de Zimbabue, donde antes de las elecciones, el ejército anunció públicamente que no organizaría guardia militar ¡para nadie que no fuera el presidente Robert Mugabe!

En el África del Este, Tanzania ha tenido la mejor historia de estabilidad política a pesar de que su población está muy politizada. Por esta tazón, se ha ganado el respeto de muchas organizaciones internacionales, por su pacífica transición política. De hecho, es sólo en Tanzania donde, si no hubiera muerto Mwalimu Nyerere, en 1979, hubiéramos tenido cuatro ex jefes de estado retirados. Cambios de régimen como hemos tenido en Tanzania y en Ghana en el pasado reciente, no es algo fácil de conseguir en África, especialmente si un partido político en su totalidad debe ser expulsado del poder.

En el caso de Tanzania, la tarea es aún más desalentadora, porque el CCM es el partido que marcó el comienzo de la independencia, hace 49 años, y muchos tanzanos nacidos después de la independencia, que ahora rondan los 50 años, han crecido conociendo sólo al CCM en el gobierno.

En el año 2000, los ghaneses decidieron que el partido de Jerry Rawling debía salir del poder, después de dos décadas. Dieron el poder al partido de John Kufuor, de la oposición. Ocho años después, los ghaneses dieron otra media vuelta y devoliveron el poder al partido de Jerry Rawling, eligiendo a Atta mills, en 2008, como nuevo presidente de Ghana. Un cambio de régimen así, sólo puede tener lugar una vez que ha arraigado en la sociedad la política multipartidista, el gobierno democrático y la madurez política.

En Kenia, la única vez que se efectuó un cambio de régimen fue en 2000, cuando la nación votó arrolladoramente para que KANU saliera del poder, después de gobernar durante 40 años. Si los partidos de la oposición no hubiesen decidido trabajar juntos, tal vez no se hubiera logrado esta hazaña.

Mientras esperamos a ver qué ocurre con los resultados de Tanzania, el 31 de octubre, debemos recordar algunos hechos a nuestros hermanos y hermanas. Deben recordar que Tanzania es más grande que Jakaya Kikwete o Wilbroad Slaa.

Si es la voluntad del pueblo de Tanzania devolver el poder a Kikwete, mediante mayoría, que así sea. Sin embargo, si los mismos tanzanos deciden que este es el momento de cambiar el régimen, su decisión debe ser respetada por los que están en el poder, incluidas las fuerzas armadas. Como ciudadano del África oriental, necesito una Tanzania pacífica y próspera; no una caótica.

By Jerry Okungu

(New Vision on Line, Uganda, 14-10-10)

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