Suráfrica: Siéntanlo, está aquí

11/06/2010 | Opinión

La gente camina con un resorte en sus pasos. Pisan como si el suelo los hiciera rebotar hacia objetivos más altos, sueños más altos, esperanzas más altas. La gente se amontona en las calles, mezclando sus colores, sus géneros, su sexualidad, todos unidos hacia un único objetivo: ser Suráfrica. Los pedregosos incondicionales del anti-surafricanismo han tenido que quitarse sus mal confeccionadas apariencias y admitir que es ayoba [expresión utilizada en Suráfrica para definir algo que es genial e impactante] ser uno de nosotros. Los vuvuzelas [trompetas largas que tocan los aficionados al fútbol] cantan nuestro orgullo, y tiene tan poco que ver con un partido de fútbol.

Hay mucho de qué quejarse en Suráfrica. Pero hay mucho también que no debemos olvidar. Que sobrevivimos a un pasado terrible y brutal. Que seguimos creciendo cada día. Que hay razones para sonreír cada día. Que puedes obtener direcciones de cualquiera en una calle, incluso cuando ni usted ni ellos saben dónde va. Que la gente soplará una vuvuzela hasta que le duelan las mejillas antes de rendirse, sin aliento y agotado, brillando con el calor que da la camaradería, incluso cuando no sabe el nombre ni de un solo jugador.

Recordemos esta bendición, esta felicidad, esta esperanza. No nos quejemos de que todo va a acabar pronto. No despreciemos a aquellos que hasta hace muy poco no quisieron ser surafricanos. Demos la bienvenida al mundo y unos a otros y gritemos a los cuatro vientos “Estoy orgulloso de ser surafricano”.

Jennifer Thorpe

(Thought Leader, Suráfrica, 11-06-10)

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