SUPERANDO ACTITUDES RACISTAS Y VIOLENTAS

17/01/2012 | Editorial

La inmensa mayoría de los pueblos que yo conozco, comenzando por España, y pasando por Europa y África, gozan de una capacidad de acogida extraordinaria. He vivido 45 años como emigrante, conviviendo con personas, familias y pueblos de culturas diferentes a la mía de origen y siempre estaré agradecido por la acogida que he disfrutado, sobre todo en Uganda donde he vivido 32 años.

Vivimos hoy en un mundo globalizado donde nos encontramos cada día con personas de diferente raza, cultura, color y religión. Esta realidad será permanente y universal. Convivir con personas tan diferentes puede ser muy enriquecedor para todos.

Al mismo tiempo, podemos constatar que existen actitudes racistas y hasta violentas. La violencia se hace presente en nuestras relaciones y encuentros, a varios niveles sociales: culturales, políticos y religiosos. La capacidad de diálogo respetuoso con lo diferente, lo nuevo e incluso con lo que no estamos de acuerdo, parece disminuir en algunos ambientes.

Un cierto grado de tensión y roce es normal en nuestras relaciones y debates, sobre todo si abordamos temas políticos, deportivos y religiosos. La violencia aparece cuando se encuentran actitudes de control radicalizadas o fundamentalistas que parecen darse sobre todo en los ámbitos políticos, económicos, deportivos y religiosos. La fusión de: poder y fundamentalismo es realmente explosiva. Esto lo constatamos en muchos gobiernos, multinacionales, movimientos y partidos de corte fundamentalista, sea en al ámbito que sea.

Recordemos que la carrera armamentística es tan agresiva como nunca. De 1993 a 2003 estallaron 43 guerras frente a la impotencia de la ONU, a pesar de sus 72.000 cascos azules en activo en 18 países. Las estadísticas hablan de unos 1.000 soldados muertos cada día. Camus decía que el gusano está en el corazón del hombre. Cierto es que una civilización que se arma debe estar muy enferma.

Si existen organizaciones violentas es porque existen personas violentas. Un aspecto particular de actitudes radicales es: el racismo que existe de diferentes formas en todos los países y de alguna manera en la mayoría de nosotros.

Quiero terminar con unas palabras de Martin Luther King: “Debemos aprender a vivir juntos como hermanos-as, de los contrario pereceremos todos como insensatos. Estamos entrelazados juntos por el único destino y unidos en una misteriosa mutualidad. Y todo lo que afecta a una persona, afecta también a los demás. Por alguna razón inexplicable, yo nunca podré ser lo que estoy llamado a ser mientras tú no consigas ser lo que debes ser. Y tú nunca llegarás a ser lo que estés llamado a ser mientras yo no sea lo que debo ser. Así es como este universo de Dios esta creado. Así ha sido estructurado.”.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster