Sudán: Los Nuba en la encrucijada entre el Norte y el Sur

10/11/2010 | Opinión

La narrativa engañosa y fundamentalmente falaz de que la guerra que acabó en 2005 se libró entre ‘el Norte Árabe y Musulmán’ y ‘El Sur básicamente Africano-Cristiano’ ha dejado al pueblo Nuba de Centro-Sudán en el limbo y frente a la encrucijada entre Norte y Sur. El hecho incontrovertible es que los Nuba son Africanos*. Entre ellos hay musulmanes, cristianos y seguidores de Religiones Tradicionales. En realidad, y siendo mayoritariamente musulmanes, jamás se han librado de la discriminación y ataques por su Fe. Los asaltos despiadados a las comunidades Nuba, lanzados contra ellas bajo el pretexto de la Jihad (guerra santa) en 1992 ejemplifica este punto, y fueron un precedente de lo que es la situación actual en el desgarrado Darfur, donde el Partido Nacional del Congreso (NCP), con sus Milicias, están proclamando la eliminación violenta de los africanos musulmanes. Estos pueblos africanos profesan creencias diversas, pero esencialmente comparten los mismos problemas: Idénticos agravios históricos y contemporáneos, muy actuales, en forma de exclusión política, marginalización e injusticias. Sin embargo, de entre ellos, los sufridos por los Nuba ocupan libros interminables. Esto tiene un significado sustancial: Los Nuba son el pueblo más perseguido y agraviado de Sudán. Aunque estuvieron polarizados entre el Norte y el Sur durante la segunda Guerra Civil Sudanesa (1983-2005), su caso ha sido completamente ignorado en los dos polos, pese a su tremendo sacrificio por su apoyo a uno u otro durante el conflicto.

La conclusión del Acuerdo Global de Paz (CPA) en Naivasha, Kenia, en 2005, apartó la ‘cuestión Nuba’ a una esquina trasera en las conversaciones. Hoy es raramente escuchada y pocas veces siquiera es mencionada entre las discusiones actuales sobre las varias crisis y posibles soluciones a los problemas que enfrenta el país. Ambas partes en el CPA, lo mismo que la Comunidad Internacional y las Organizaciones locales y regionales, están completamente centradas en el Sur-Sudán y/o en Darfur, como si necesitaran esperar a que ocurra la tragedia en otra parte para remediar su olvido. En esto sin embargo sería ilógico y poco práctico culpar a los del ‘Norte’ o a los del ‘Sur’, porque cada lado está luchando por su supervivencia, olvidando a las aturdidas comunidades Nuba aplastadas en el medio.

La estratégica situación de la región de las Montañas Nuba en pleno centro de Sudán las ha colocado siempre en el punto de mira de los sucesivos líderes del Sudán, coloniales o nacionales: En su momento la región fue un abandonado ‘Distrito Cerrado’, y desde entonces, ha sido siempre deprivada y extraña, y al mismo tiempo disputada fieramente para su explotación por diversos grupos de interés que competían por recursos. Mucho más importante, el área es reclamada con la misma firmeza por el NCP y por el Movimiento por la Liberación de los Pueblos del Sudán (SPLM). Esto es así porque la región representa el futuro campo de batalla y a la vez ‘colchón’ para cada uno si la guerra estallara de nuevo entre ambos (Norte y Sur), independientemente del resultado del Referéndum. Diversas fuentes vienen señalado que tanto los Ejércitos del Norte como los del Sur en la zona se han armado ya en preparación para la eventualidad de esa guerra. Si ocurre, cada contendiente usará toda la maquinaria bélica de que entonces disponga, resultando en una catástrofe e indecible sufrimiento humano.

La pasividad en la búsqueda de soluciones para ciertos desacuerdos esenciales que podrían terminar impidiendo los referéndums simultáneos en Sur Sudán y Abyei (El Obeid) aumenta la probabilidad de un reinicio de las hostilidades entre ambos firmantes del CPA. El recomienzo de la inseguridad y un posible choque armado en Nuba es de probabilidad alarmantemente alta, pese a las promesas del Gobernador de la Región del Kurdufán-Sur, Ahmed Mohamed Haroun, de que su prioridad es establecer seguridad en la región, crear un clima ‘favorable’ para la organización de las próximas elecciones y consolidar la unidad y coexistencia pacífica de los diversos grupos que la pueblan. En contraste con sus palabras, los últimos informes del área revelan un pico en la militarización, y el reclutamiento de milicias del lado de las tribus árabes. Esto no sorprende en absoluto a las comunidades Nuba, que ya lo han visto antes, especialmente a mediados de los 90, en el clímax del conflicto Norte-Sur.

Sin embargo, se extiende el miedo y la preocupación entre los Nuba de que el Gobernador de la Región y sus aliados del NCP están orquestando el golpe definitivo contra ellos, pese a algunos éxitos puntuales de Haroun en estabilizar la zona. Los temores nacen del masivo establecimiento y movilización de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) en la zona, con muy diversa maquinaria bélica, a poco del referéndum del 9 de enero estipulado por el CPA. Asimismo, la Comunidad Internacional, las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, la Liga Árabe, ONG locales y extranjeras y la sociedad civil han expresado unánimes su preocupación por el posible estallido de la ‘guerra total’ si el NCP y el SPLM continúan con sus acusaciones mutuas en vez de trabajar juntos en resolver los principales asuntos pendientes que impiden llevar a cabo con normalidad los referéndums simultáneos de Sur-Sudán y Abyei, y la Consulta Popular para las regiones de Kurdufan Sur y Nilo Azul.

Como antes decía, existen incontables volúmenes de informes sobre las enormes amenazas de continuos y potenciales nuevos conflictos en todos las Regiones del borde Norte-Sur, es decir, Nilo Azul, Nilo Blanco, Alto Nilo, Kurdufan Sur –incluyendo Abyei – , Bahr-al-Ghazal y Darfur Sur. Son amenazas reales, inminentes, a no ser que la Comunidad Internacional y otras organizaciones tomen medidas prácticas y tangibles para ejercer una tremenda presión tanto sobre el NCP como el SPLM. Es crucial recordar a las instituciones de paz en el mundo que la eficacia de estas presiones llevó a la firma del CPA en 2005. La relativa paz y tranquilidad que han gozado los pueblos Nuba y del Nilo Azul, así como las comunidades Beja del Este de Sudán se consiguieron forzando a los partidos beligerantes – el NCP y los antiguos liberadores – a sellar acuerdos de paz. Como precaución además, es importante el reforzamiento de las fuerzas de la ONU en la zona divisoria con un mandato nuevo de sostener la paz a lo largo de esta frontera.

Por Gandul Ibrahim Gandul.

El autor puede ser contactado para correspondencia (en inglés) en Gandul1@msn.com

PS: Los puntos de vista expresados en esta sección de Sudán Tribune son la opinión de sus autores. La veracidad de cualquier aseveración es responsabilidad del autor y no de Sudan Tribune.

Publicado en Sudan Tribune, el 26 de Octubre de 2010.

Traducción de Santiago Izco Esteban.

*Nota del Traductor: En la terminología usada en Sudán, podría traducirse como ‘negro-africanos’, es decir pueblos de historia y tradición cercanas a las demás del África Subsahariana (por contraposición aquí a las de pueblos provenientes del Mediterráneo o la Península Arábiga).

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