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Inicio > REVISTA > Opinión > ![]() La crisis del Camerún anglófono: un mal profundo con lejanas raíces
11/05/2017 -
Breve reseña histórica Es importante hacer una breve reseña histórica para comprender mejor de qué se tratan las actuales reivindicaciones. En un principio, Camerún era una colonia alemana. después de la primera guerra mundial, Camerún fue puesto bajo la tutela de la Sociedad de las Naciones (organización anterior a la ONU), y confiado a la doble administración francesa y británica. El territorio bajo dominación francesa consiguió su independencia en 1960. Poco tiempo después, el territorio bajo administración británica se emancipó también de su subordinación con respecto a la Corona. En este contexto, anglófonos y francófonos habían convenido en 1961 constituir una federación con dos estados. Camerún Occidental (anglófono) y la República de Camerún (francófona) decidían en aquel momento constituir la República Federal de Camerún y, por lo tanto, reunificarse. Amadou Ahidjo de la República de Camerún se convirtió en presidente de la República Federal de Camerún y John Ngu de Camerún Occidental en su vicepresidente. Sin embargo, la federación no duró mucho, en el hecho de que Camerún encontró el estatus de estado unitario, luego del referéndum organizado por el presidente Ahidjo en 1972. Esta vuelta al unitarismo estatal, en el contexto de marginalización de la minoría anglófona fue el desencadenante de un viento oscilante, ondulante pero sólido de animadversión y protestas de los anglófonos frente a la autoridad central. En 1964, por lo tanto, antes incluso del Referéndum de 1972 que consagró el unitarismo, en un artículo titulado "Construir o destruir" que apareció en la revista cultural Abbia, fue fundada por un antiguo ministro y universitario proveniente de la provincia del noroeste, Bernard Fonlon, por otro lado ferviente defensor del bilingüismo, ya hacía notar: "Luego de la reunificación, ahora uno maneja su auto a la derecha, el franco remplazó a la libra como moneda, el año escolar imitó el de los francófonos, el sistema métrico remplazó las medidas británicas, pero en vano he buscado una sola institución traída del Camerún anglófono. La influencia cultural de los anglófonos es prácticamente nula". Este diagnóstico conmovedor y mordaz traducía el malestar experimentado por numerosos ciudadanos de las regiones anglófonas a propósito de esta supuesta voluntad de las autoridades del país de borrar vastos sectores de herencia cultural de la minoría anglófona para asegurar la preponderancia de las regiones francófonas mayoritarias. Con el fin del federalismo y la instauración de un estado unitario en 1972, la desconfianza que comenzaba a brotar frente a la autoridad central luego de la reunificación de 1961 y sus consecuentes juicios desfavorables para las regiones anglófonas no ha hecho más que fortalecerse. Las veleidades centrífugas y secesionistas aparecen en aquel momento. La crisis actual y las recomendaciones Las autoridades camerunesas a menudo han subestimado la importancia, por no decir la existencia de un "problema anglófono". Sin embargo, basta con suspender su posicionamiento partidista y proceder a un diagnóstico objetivo y desinteresado para darse cuenta del problema. En diciembre último, los obispos cameruneses de las regiones anglófonas han destacado justamente en su memorándum dirigido al jefe de estado, algunos de los tratos o elementos que corroboran la idea de una política doble estándar, en contra de las regiones anglófonas y que empujaron a los anglófonos a manifestarse. Estos factores son, entre otros [1]:
– La no utilización (o un recurso aproximado) del inglés (que sin embargo es lengua oficial, al igual que el francés) en los exámenes del estado y los documentos públicos. – La asignación de una mayoría de magistrados, personal docente o sanitario francófono en las regiones anglófonas. – El descuido de las infraestructuras del oeste anglófono. En primer lugar, las reivindicaciones de estos últimos meses fueron bastante apolíticas antes de transformarse en una verdadera exaltación política contra las veleidades o prácticas consideradas sectarias y asimilacionistas del poder de Yaoundé. Al comienzo, se trataba de una serie de huelgas organizadas por los profesores y abogados anglófonos para denunciar el poco interés que las autoridades reservan a sus desideratas. Luego, el conflicto se generalizó y las reivindicaciones revisten en adelante un carácter activista y político. Los ciudadanos de las regiones anglófonas que se manifiestan ya no quieren que el régimen siga pasando como si nada por sobre sus asuntos y favoreciendo a las regiones francófonas mayoritarias. Ellos quieren tener voz y voto y gozar de cierta autonomía en la gestión de sus territorios. Estiman en gran medida que el federalismo sería una mejor opción que el unitarismo actual, aunque una relativa minoría con objetivos secesionistas no duda en hacer sonar las alarmas alzando la carta separatista. Pero, en lo que concierne a las reivindicaciones expresadas, la opción más plausible y en cualquier caso la más defendida por los manifestantes sigue siendo la del federalismo. Efectivamente, en un estado federal, las competencias son compartidas entre la autoridad federal y las entidades federadas. Hay, por lo tanto, una mayor autonomía y poderes más importantes concedidos a las entidades federadas, sea denominadas regiones, provincias o estados. En efecto, es necesario darse cuenta de que a pesar de la promulgación de una ley de descentralización, en la práctica, Camerún sigue siendo un estado fuertemente centralizado. Lo que no está exento de problemas en un país con múltiples sensibilidades étnicas y culturales. Algunos autores y el partido político de la oposición SDF se declaran profederalistas y piensan que para evitar fragmentar aún más el país, el gobierno saldría beneficiado si organizara una consulta popular o un referéndum sobre la cuestión del federalismo[2]. Otros consideran que a falta del federalismo, es imperioso que el gobierno camerunés se esfuerce en llevar a cabo su plan de descentralización. Por otro lado, el gobierno y los defensores del estado unitario echan por tierra la idea del federalismo apoyado por algunos, e insisten que la unidad nacional sigue siendo la prueba de la paz y de la estabilidad nacional y que esta unidad nacional está mejor mantenida y garantizada en el marco de un estado unitario como Camerún[3]. Thierry Santime Fuente: L’Afrique des Idées
[1] « Cameroun : le problème anglophone vu par les évêques. » http://www.mission-universelle.catholique.fr/sinformer/afrique/294368-cameroun-le-probleme-anglophone-vu-par-les-eveques/ [2] Alain Nkoyock. 2017. « Le fédéralisme est-il porteur d’espoir » Jeune Afrique. http://www.jeuneafrique.com/396895/politique/crise-anglophone-cameroun-federalisme-porteur-despoir/ [3] « Cameroun : pas de retour au fédéralisme ». BBC Afrique. http://www.bbc.com/afrique/region-38232646 [Traducción, Jeimy Henríquez Cáceres] [Fundación Sur]
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