Somalia: el reto internacional

28/07/2008 | Editorial

Desde 1991, Somalia se encuentra sumida en un caos de violencia de la que nadie se salva. En los últimos meses, la violencia ha afectado de manera especial a los agentes humanitarios, tanto extranjeros como operadores locales, con la aparición de panfletos amenazando de muerte a todos los que trabajan en tareas humanitarias; y eso precisamente cuando el país está al borde de una catástrofe alarmante a causa de la escasez de alimentos y a su alto precio.

La retirada de las organizaciones internacionales, en especial las del área humanitaria por razones de seguridad, supondría el abandono total del pueblo somalí por la comunidad internacional. No nos podemos cruzar de brazos viendo como un pueblo se desintegra arrastrando en ese proceso a millares de víctimas inocentes.

La situación de Somalia es crítica – en realidad, es crítica desde hace muchos años -, pero la comunidad internacional parece no querer darle una solución. La Unión Europea ha decidido patrullar los mares para proteger los barcos de los piratas somalíes. Pero, protegiendo sólo sus intereses particulares, la UE no resuelve nada; sólo contiene el problema en el mar y pospone – ¿hasta cuando? – la aplicación de una solución duradera para el bien del pueblo somalí y para todo el cuerno de África.

El día en que los políticos dejen de preocuparse por dar soluciones a corto plazo a sus problemas nacionales mirando solo a su propio bienestar, y comprendan que es mejor prevenir catástrofes que responder a ellas, ese día habremos consolidado uno de los pilares de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

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