Sólo la seguridad no acabará con el terrorismo en Burkina Faso

12/04/2017 | Opinión

nigerian_army_boko_haram_demonstration.jpgDesde el 4 de abril de 2015, cuando un ciudadano rumano fue secuestrado en Tambao en el borde noreste de Burkina Faso con Mali y Níger, alrededor de 20 ataques terroristas han asesinado a 70 personas en el país. La mayoría de los ataques ocurrieron en la región administrativa del Sahel. Estos ataques han sido atribuidos a la rama de al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Además, a finales de 2016, un nuevo actor local entró en la refriega. Conocido como Ansarul Islam, este grupo se estructura alrededor de Malam Ibrahim Dicko, que se define como un predicador radical.

La respuesta de Burkina Faso al creciente terror ha sido incrementar la seguridad. Esto ha dado ciertos resultados, como el arresto de varios grupos terroristas. ¿Pero es esta táctica suficiente como para eliminar la amenaza del extremismo en Burkina Faso?

La opinión pública difiere. Algunos creen que las autoridades no han tomado las suficientes medidas, otros creen que el gobierno ha sido más reactivo que proactivo. Hay otros factores que han contribuido al creciente peligro del extremismo en Burkina, como la inestabilidad de la vecina Mali y las dinámicas locales de Burkina Faso, que incluyen la emergencia de un Islam radical.

Las dinámicas regionales incluyen las relaciones entre grupos que operan en la frontera entre Burkina Faso y Malí. Malí es usada por Ansarul Islam como base para escapar de las fuerzas armadas de Burkina Faso. Todos estos factores deben ser tomados en cuenta cuando se intente identificar las causas del terrorismo.

A pesar de los esfuerzos del gobierno, Burkina Faso sigue siendo un objetivo central de los jihadistas en su objetivo de extender su influencia por el Sahel. En una reciente entrevista, el jefe de AQMI remarcó que Burkina Faso era uno de los objetivos del movimiento.

No hay duda de que las autoridades de Burkina Faso conocen el peligro, pero el país necesita mantenerse vigilante y atacar todos los aspectos de este fenómeno. Es difícil establecer un control de fronteras absolutos, pero aumentar la seguridad en las fronteras es clave. La acción del gobierno, no solo en términos de seguridad sino en términos sociales, es necesario. El impacto de un menguante comercio debe ser mitigado,es necesario trabajar sobre la inseguridad alimentaria y crear nuevos puestos de trabajo.

Una respuesta de seguridad, aunque necesaria, necesita ser cautelosa. Acciones similares en el pasado han exacerbado conflictos entre las fuerzas de seguridad y los grupos extremistas, que han servido para unificarlos. Las fuerzas de seguridad deben ser cuidadosas con su táctica, particularmente cuando tratan de acabar con Ansarul Islam, y evitar abusos que puedan enfrentar a la población civil.

La reciente decisión tomada por Burkina Faso, Mali y Niger de cooperar en una respuesta conjunta puede ayudar a contener la amenaza. Sin embargo, la cooperación no puede sustituir las necesarias medidas de seguridad que cada país debe tomar.

William Asanvo

Fuente: AllAfrica

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


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