La psicosis ante un atentado islamista y los miles de millones de dólares invertidos por el gobierno americano en reforzar la seguridad nacional han provocado que las sociedades privadas ofrezcan sesiones de formación antiterrorista a la policía, llena de “islamófobos”.

El centro americano de Reflexión Progresista, PRA (Political Research Associate), ha investigado durante nueve meses a estas sociedades privadas reclutadas por los estados y el estado federal, y ha denunciado en un informe publicado el día 9 de marzo, una “generalización de los discursos incendiarios, falsos y peligrosos”, en el transcurso de las sesiones de formación de policías.

Esta investigación inscrita en la actual reflexión crítica sobre la tendencia americana a creerse en riesgo, después del 11 de septiembre de 2001, y a considerar a todos los musulmanes como terroristas potenciales.

El día 10 de marzo, el representante republicado Peter King, convocó una audiencia polémica en la cámara, con el fin de evaluar “la magnitud de la radicalización de la comunidad musulmana americana y la respuesta de esta comunidad”.

Esto, al día siguiente de la publicación de un estudio que detalla los clichés sobre el islam extremista, trasmitidos principalmente por el FBI. La investigación de la PRA se centra en los que teorizan sobre los estereotipos, a menudo antiguos miembros de las fuerzas del orden o especialistas de inteligencia, en las sesiones de formación para policías.
“Queremos alertar al congreso sobre el hecho de que algunas de estas formaciones, financiadas con el dinero del contribuyente, transmiten mensajes que pueden crear prejuicios racistas, religiosos y étnicos”, explica a la prensa Thomas Cincotta, autor del estudio.

“Aquellos que dan esta formación “cruzan la línea amarilla cuando utilizan las escrituras islámicas para afirmar que la Yihad violenta está en el fondo de la religión y constituye la misión de todo musulmán practicante”, señala.

“Los musulmanes decapitan con una sonrisa, pueden verlo en YouTube, un niño afgano entrenado para matar cristianos, la mamá sostiene la cabeza, el papá sostiene las piernas y el niño de 10 años decapita a la persona con una sonrisa”, estas eran las afirmaciones de Walid Shoebat, de la Asociación de Oficiales Antiterroristas Internacionales, ICTOA, durante una conferencia en 2010, cita el informe del PRA.

Defensores de la teoría de la conspiración, otros conferenciantes consideran que los musulmanes “en su conjunto practican “una yihad ligera” para penetrar en la sociedad americana. Una de las “maquinaciones consiste en una ingeniosa estratagema para insensibilizar a los Estados Unidos ante la intrusión del Islam en el tejido social”, esto es lo que escribe la Sociedad Internacional de Soluciones de Seguridad, SSI, que también imparte formación, en un ejemplar de su revista “El Antiterrorista”.

Cincotta denuncia igualmente el hecho de que algunos “ponen en peligro las libertades religiosas, cuando los factores no religiosos como las reivindicaciones políticas son minimizadas, por no decir totalmente ignoradas, y la culpa total de los atentados se atribuye a la religión o a la ideología religiosa”.

Sin embargo, recuerda la PRA, “los estudios de campo sobre la lucha antiterrorista (…) demuestran que, sea cual sea la religión, la mayoría de los terroristas y kamikazes están motivados sobre todo por reivindicaciones políticas”.

Después de la prohibición de la Sharía adoptada en los estatutos de muchos estados americanos, y varios incendios criminales contra mezquitas este último mes, la estigmatización de los musulmanes por parte de la policía supone un riesgo de hacer aún más tensas las relaciones entre los responsables de las comunidades musulmanas y las fuerzas del orden, según la PRA.

Y esto, por supuesto, “pagando el precio de la seguridad”, advierten, ya que estos son los responsables que a su vez se supone que están en mejores condiciones para detectar actividades sospechosas.

(El Watan, Argelia, 10-03-11)