Seguimos siendo esclavizados por un sistema económico injusto y cruel, porque todavía lo permitimos

3/09/2018 | Editorial

Esta es la dura realidad que el defensor de Derechos Humanos: Gustavo Castro, mejicano, colaborador de “Amigos de la Tierra” y fundador de “Shalom: movimiento por la justicia y la paz”, presenta en la entrevista de la TV de Belfast con ocasión de una asamblea internacional en Belfast, en julio 2018. Es un video de media hora, con una presentación brillante y de una fuerza extraordinaria, sobre las consecuencias nefastas del “mercado libre” y la necesidad de cambiar a “un mercado justo”.

Al mismo tiempo que presenta esta esclavitud creciente afirma que la esperanza de liberación está en los movimientos sociales, sobre todo de mujeres y jóvenes, y en una sociedad comprometida para promover nuevas alternativas de gobernanza y gestión responsable, así como de producción, mercado y consumo de una economía colaborativa, como las diferentes cooperativas que siguen surgiendo con fuerza, para promover una producción agrícola e industrial, local y ecológica para el bien común en todos los países del mundo, particularmente en el hemisferio sur.

Presenta claramente las consecuencias de “la extracción injusta de minerales” en América latina y África. Delata la represión y la criminalización de las protestas y de los acuerdos de comercio justo que promueven estos movimientos sociales.

Los monocultivos de las grandes empresas, el acaparamiento de las mejores tierras para los agrocombustibles, la explotación voraz de recursos naturales y minerales, el control de los mercados, tanto en Iberoamérica como en África, están perpetuando una nueva y feroz esclavitud de los pueblos del Sur y, además, siguen destruyendo el planeta para las próximas generaciones.

Al mismo tiempo, los movimientos de defensa, con propuestas de una nueva economía colaborativa para el bien común, siguen tomando gran fuerza en toda las sociedades del hemisferio Sur, que son las más explotadas y torturadas.

Los pocos gobiernos, como Costa Rica, Salvador, Burkina Faso, Togo… que se atreven a apoyar las iniciativas de estos grupos sociales y de la sociedad, son acusados por las grandes empresas por limitar el libre comercio y la explotación de recursos. De hecho el Banco Mundial es como el “juez final económico”, porque controla el capital.

Como consecuencia, algunos gobiernos, como en Uganda, Ruanda, RD Congo, Nicaragua, Brasil, Perú, etc. llegan a “criminalizar” las actividades de estos grupos de liberación o movimientos sociales para intentar frenar su compromiso.

Los gobiernos tienden pues a privatizar más y más todos los recursos y servicios para controlarlo mejor el capital y el mercado. Los acuerdos de libre comercio se multiplican cada día. Aumenta la extracción voraz de minerales y recursos en los países del sur.

Aunque la represión de gobiernos y empresas se recrudece, los movimientos sociales, especialmente los de mujeres y jóvenes, siguen tomando más fuerza cada día y constituyen la mayor fuente esperanza para nuestros pueblos empobrecidos y esclavizados por los poderes financieros globales.

Pronto se celebrará el juicio sobre el asesinato de Berta Cáceres Lenza, la mujer indígena, y gran activista de liberación en Honduras, que fue asesinada por los sicarios del gobierno para reprimir dichos movimientos, y, si se hace justicia, será una nueva victoria de liberación y de Derechos humanos para muchas personas y movimientos sociales.

Estamos en un proceso de cambio social y global que es realmente crítico. Todos somos responsables en este proceso donde no puede haber meros observadores.

Las iniciativas de esta nueva economía de espíritu colaborativo, como en las cooperativas, siguen creciendo cada día como: comercio justo, banca ética, economía del bien común, nuevas cooperativas agrícolas e industriales, etc. Estas iniciativas suponen ya el 34% del PIB. Los economistas afirman que, de seguir así, esta economía colaborativa supondrá el 64% del PIB, para el año 2030.

Este compromiso de los ODS, en la Agenda 2013, es la mejor propuesta de hoy. Todos estamos implicados, porque depende de nosotros.

Bienvenidos al nuevo curso 2018-2019.

Ver el video de la entrevista en: Entrevista con el activista mejicano Gustavo Castro.

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