“Se le conmovían las entrañas al ver personas oprimidas”

14/05/2018 | Editorial

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Una de las frases más repetidas en los Evangelios, es precisamente esta: “se le conmovían las entrañas”.

Hoy también constatamos que a gran parte de la sociedad y algunos líderes, se les conmueven las entrañas al ver personas vulnerables e indefensas sufrir los terribles ataques de cualquier tipo de agresión y de violencia.

La compasión es necesaria y humana. Pero necesitamos también comprometernos para superar toda violencia, con bondad, solidaridad y justicia social, para colaborar en sanar las raíces de toda violencia, como son: la pobreza, desempleo, marginación, etc.

El marxismo confiaba en cambiar las personas y mejorar la sociedad, cambiando las estructuras, pero no lo podía conseguir.

El mundo tecnocrático de hoy quiere remediar los grandes retos sociales, con la tecnología y la política, pero no lo pueden lograr, porque no van a la raíz del problema. Parece que ni lo quieren de verdad, pues ganan más con la explotación.

Otros se centran a ciertas prácticas de yoga, zen, etc., para relajarse, pero no parecen conseguir una paz profunda, ni se intenta sanear las causas del mal.

El hecho es que el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia” nº 105 (L.S)

El ser humano, al constatar tanto sufrimiento infringido sobre la mayoría de las personas, lo primero que siente es: profunda indignación, porque se le remueven las entrañas, ante tanta injusticia causada por otros seres humanos, que alardean de poder y de riquezas, con frecuencia de rapiña.

La realidad es que muchos poderes financieros se forman: “oprimiendo a los indigentes, maltratando y saqueando a los pobres”, como lo decía Amos 4,1.

También Miqueas escribió:” Lo que el Señor desea de ti, es tan solo: que practiques la justicia, que ames la verdad con ternura, y camines humildemente con tu Dios”. Miq.6,8.

La codicia de poder y tesoros, lleva a muchos jefes políticos y gobiernos, a la corrupción, a la mentira y a la opresión de sus pueblos.

También leemos en los Profetas: “Ay de los pastores que se apacientan a sí mismos, a costa de los demás”. Ez.34,2.

Es un escándalo, que aun en tiempos de crisis, los que más siguen ganando son los poderosos financieros. Por eso promovemos una banca ética, un comercio justo y propuestas de una economía más colaborativa, para el bien común.

Por eso nos indigna constatar que la gran mayoría de los políticos actuales son “partidistas”, y solo buscan el poder y el lucro, personal y del partido, pero que son incapaces de trabajar por del bien común. Se pelean entre ellos como “mercenarios” para lograr más poder y beneficios. Desde luego que no muestran entrañas de misericordia promoviendo nuevas oportunidades de un desarrollo sostenible, para las personas en paro y las descartadas.

A los líderes íntegros y responsables, como Julios Nyerere, Nelson Mandela, Sankara, Martin Luther King, Desmond Tutu, etc. se les conmovían y conmueven las entrañas!

Necesitamos una educación más integral: científica y con valores humanos, debemos tomar nuestra propia responsabilidad para elegir lideres íntegros, éticos, profesionales y solidarios, (y no partidistas), y todos los ciudadanos debemos participar más activamente para promover iniciativas de una economía más humana, inclusiva, ecológica, ética y sostenible, abandonando las estructuras de la economía atrozmente capitalista, opresora e injusta en su misma raíz.

Necesitamos líderes, a quienes se les conmuevan las entrañas al ver personas que sufren por falta de trabajo, tierra y techo.

La crisis económica y fractura social, es en primer lugar, la consecuencia de la crisis de valores humanos y de ética.

Hoy encontramos mucha gente indignada, y de ahí puede nacer un nuevo compromiso para una profunda regeneración social.

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