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Inicio > Bitácora africana > ![]() ![]() afribuku afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente. ![]() Se fue Idir, el gran músico cabila, por Celia Sadai 29 de mayo de 2020.
Perder a un padre por segunda vez El primer álbum de Idir, A vava inouva, fue lanzado en 1976. La canción homónima A vava inouva dio rápidamente la vuelta al mundo: ¡una primicia para un artista argelino! Yo nací en 1980, en un hogar feliz en el que a veces surgía la melancolía del exilio. Todo ocurría alrededor del equipo de música hifi, con sus
Un contrabandista entre dos orillas Domingo 3 de mayo, lloro. Mi madre me envía un mensaje WhatsApp: «En tu artículo, ¡agradécele por lo que siempre dijo sobre las mujeres! Y cuenta también cómo fue capaz de inspirarse en la poesía y los cuentos de la cultura cabila, aceptando la modernidad». La modernidad de la que habla es esa capacidad de Idir para hacer colaboraciones inéditas con artistas de horizontes diversos, en álbumes con títulos evocadores como Les chasseurs de lumière, Identités, La France des couleurs e Ici et ailleurs. Idir fue el hombre que hizo cantar a Bernard Lavilliers, Francis Cabrel, Tryo, Grand Corps Malade, Manu Chao y Oxmo Puccino en cabila. ¡Hasta Charles Aznavour cantó una versión de La Bohème! Idir era un contrabandista de la lengua cabila, una lengua amenazada por la austera política de arabización del gobierno argelino. Fue él quien dispersó pequeños pedazos de la Cabilia a través del mundo. Además, mi madre tiene razón: Idir, era un feminista. Este domingo 3 de mayo escucho la Lettre à ma fille, una canción dedicada a su hija Thanina: «Sabes, hija mía, hay cosas que no nos decimos en casa». Este modesto texto es una invitación a reinventar libremente las tradiciones: la modernidad, mi madre tenía razón. IMAZIGHEN: hombres libres Ya no lloro, pero tengo miedo. Matoub fue asesinado, Idir se ha ido: de esta generación de luchadores amazigh sólo queda Lounis Aït Menguellet. Mi hermano me tranquiliza: «Somos Imazighen, somos resistentes, ¡confiemos en la próxima generación!» Que siga la lucha, los hijos de Idir están listos. Celia Sadai *Celia Sadai, es una periodista y comunicadora franco-argelina. Especializada en literatura africana, afroantillesa y del norte de África. Ha vivido en Nueva York, Nueva Orleans, Rio de Janeiro, Dakar, Berlín y México DC. Original en: Afribuku
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