El 15 de octubre de 2017, se cumplió el 30º aniversario del asesinato de un hombre que nos mostró que la utopía era posible. Hablamos de Thomas Sankara, cuyo magnicidio aconteció en 1987.
Sin embargo, desde aquel infausto día en el que su cuerpo cayó abatido por diez balazos, no ha habido justicia para él. Para aquel presidente de un país que empezó por renombrar para comenzar su transformación, lo llamó Burkina Faso (“el país de los hombres íntegros”) porque tuvo un sueño, como solo los grandes lo tienen; quiso sacar a los suyos del estado en el que se encontraban: “Si mi pueblo no puede vivir dignamente, no hay revolución. La revolución no es una palabra, es acción”. Así, llenó de ideas y acciones nuevas su tierra: persiguió la corrupción, puso en el centro de la revolución la liberación de la mujer, devolvió la tierra a los campesinos, promovió la autosuficiencia alimentaria y se enfrentó al FMI.
Tal y como señala el escritor Antonio Lozano “El sankarismo se había convertido en el máximo referente político en el continente africano para todos los pueblos que aspiraban a la transformación de sus sociedades“. Pero su andadura levantó muchas y severas ampollas. Las más letales fueron precisamente las que surgieron en su entorno más próximo. Su compañero Blaise Campaoré le traicionó y el 15 de octubre de 1987 el complot, con Francia de por medio, tomó forma de golpe de estado cobrándose la vida del líder burkinés.
Pero un héroe nunca muere, o lo que es lo mismo, en sus propias palabras: “Aunque los revolucionarios, como individuos, puedan ser asesinados, nunca se podrán matar las ideas”. Basta recordar el levantamiento llevado a cabo por su querido pueblo en 2014, que consiguió terminar con el mandato de 27 años de Blaise Campaoré, quien desde el golpe de estado había ocupado el puesto de su amigo.
El hombre que tocaba la guitarra y escribía
Sin duda, su visión, sus ideas políticas, su carisma y su integridad son los rasgos más conocidos del que es recordado bajo el sobrenombre del “Che Guevara africano”. Pero más allá, “abogaba por desarrollar la cultura africana y creó el festival de cine de Uagadugú”. En este sentido, una de las facetas más desconocidas de Sankara se encuentra en la música, su gran pasión. Fue un guitarrista de jazz notable, según palabras del músico Abdoulaye Cisse. En la década de los 70, el que sería presidente de Burkina Faso formó un grupo, Tout-à-Coup Jazz, junto a su inseparable Blaise Campaoré. Sankara, tocaba el instrumento desde niño, y solía amenizar a sus invitados oficiales interpretando piezas musicales. Además, se implicó para dar siempre toda clase de apoyo a esta expresión artística y se hizo amigo de Fela Kuti, cuyo arte admiraba. Las coincidencias, a veces tan macabras, hicieron que Sankara fuera asesinado el día del cumpleaños del músico nigeriano. Éste compuso una canción en su memoria: Underground System.
También fue un pensador y hombre de letras. Sus discursos, de gran fuerza e ideas brillantes y pioneras, han sido recogidos en varios volúmenes. La editorial Pathfinder Press editó en 2007, Somos herederos de las revoluciones del mundo y, sobre todo, La emancipación de la mujer y la lucha africana por la libertad. Y lo mejor de todo es que los discursos nunca se quedaron en un mero papel, él hizo todo lo que estuvo en su mano para ponerlos en práctica.
Todavía muy desconocido
A pesar de la fuerza de su figura y de la importancia de su pensamiento y acción, Sankara sigue siendo, hoy por hoy, un gran desconocido. Para paliar esta situación han visto la luz varias obras que desde diferentes géneros (biografía, ensayo, novela negra, cómic…) nos introducen en su vida y pensamientos.
La primera biografía escrita en inglés la realizó Ernest Harsch bajo el título Thomas Sankara, an african revolutionary (Ohio University Press,2014) que contiene también entrevistas con el líder burkinés. En francés, se ha publicado, entre otros, Sankara un nouveau pouvoir africain (Collection Les Grands entretiens) de Jean Ziegler y en fechas más recientes Sankara 15 octobre 1987:les fauves l’ont dévoré de Daniel Tranchant (Elytis) así como La liberté contra le destin (Kobo ebooks) del que es, hoy por hoy, el más conocido biográfo de Sankara, Bruno Jaffré, quien afirma que “Sankara sigue inspirando a miles de personas más allá de Burkina Faso“.
En español, podemos leer El caso Sankara, de Antonio Lozano (editorial Almuzara, 2014). Desde un enfoque de novela negra, se inicia la mañana del 15 de octubre de 1987, cuando cuatro años después de su llegada al poder, Sankara fue asesinado por sus propios compañeros de revolución. El periodista francés Emmanuel Durant fue la última persona que entrevistó al presidente justo antes de su muerte y es el que, en el papel de un detective, va desgranando las circunstancias que rodearon la misma, intentando contestar a los interrogantes que no cesan de aparecer en su mente; ¿quién dio la orden?, ¿qué intereses ocultos había tras el asesinato?. Sankara tuvo poco tiempo, pero en el breve periodo en el que gobernó se convirtió en un líder carismático, incómodo y aclamado a la vez. Lozano recoge su vida, sus últimos momentos y una profunda reflexión sobre los mecanismos del poder, la pasividad y el desinterés global, y el túnel sin final en el que se quiere sumergir a aquellos que osan ponerse en pie.
En otro formato, esta vez en cómic, la editorial Wanafrica ilustra Sankara y la revolución (se puede encontrar en castellano y en catalán) de Diané. Las viñetas, basadas en fotografías, dividen el libro en cinco partes, que recorren desde el golpe de estado hasta el momento de la traición. No se escatiman algunas decisiones muy duras que Sankara tuvo que tomar y se muestra la sensación de aislamiento con respecto a los líderes del resto del continente que sentía el revolucionario (sensación de soledad que también sentirá en el seno de los suyos). Además, se plasman las relaciones que Campaoré fue consolidando y que, al cabo, le pusieron en el lugar que deseaba. Pero sobre todo Sankara y la revolución es la historia de una amistad que se tornó en traición. Se verá también hasta qué punto el capitán confiaba en su amistad, a pesar de que a medida que fue transcurriendo el tiempo, los rumores no hicieron sino confirmar lo que él ya sabía: Blaise ambicionaba el poder y era capaz de atentar contra él para conseguirlo, hasta el punto de afirmar: “Usted nunca oirá decir: ese que va por ahí es el antiguo presidente de Burkina Faso. Pero seguramente sí escuchará decir: esa que está ahí es la tumba del presidente del País de los Hombres Íntegros”.
También desde la editorial Wanafrica y dentro de su serie “Pensamiento de ayer para mañana”, acaban de publicar un pequeño volumen enfocado a los más jóvenes que recoge fragmentos de los más conocidos discursos de Sankara, entre ellos aquél que formuló en la cumbre de la OUA de Addis Abeba negándose a pagar la deuda y en el que afirmó: Yo quisiera simplemente completar y decir que la deuda no puede ser reembolsada. La deuda no puede ser reembolsada porque, en primer lugar, si no pagamos, los prestamistas no se van a morir. Estemos seguros de esto. En cambio, si pagamos, somos nosotros los que vamos a morir.
Thomas Sankara, precursor de las luchas de hoy es el título que ha elegido Bruno Jaffé para prologar esta obrita, pequeña en tamaño únicamente. Con él pone de manifiesto la actualidad del pensamiento de este hombre: Sankara se enfrentó a los mismos enemigos que hoy se sigue enfrentando el pueblo de Burkina Faso; multinacionales, corrupción, FMI etc…
El cuarto libro en castellano es El África de Thomas Sankara, de Carlo Batà (ed. Txalaparta). En él se puede leer: “La muerte de Sankara fue un crimen contra la esperanza para África. Aunque su obra no ha encontrado el lugar adecuado entre los mitos revolucionarios del siglo pasado, o quizás sobre todo por eso, el legado que nos ha dejado continúa como la demostración de que es posible una transformación radical de nuestro modo de vivir y pensar el mundo.”
“A Tom Sank no le hubiera gustado ser recordado con nombres en plazas o calles, o como icono de la revolución africana. Se sentiría más a gusto sabiendo que la vocación y la aportación que le costó la vida siguen viviendo en el trabajo diario de hormiga de comunidades constituidas de mujeres y hombres que luchan diariamente por la solidaridad y la justicia. En África y en todo el mundo.” (del Prólogo de Giovanni Giacopuzzi al libro El África de Thomas Sankara, de Carlo Batà)
Original en : LitERaFRicAs
