Salva Kiir afianza su liderazgo en el Sur de Sudán

12/02/2007 | Opinión

“El primer método para calcular la inteligencia de un gobernante es mirar a los hombres que tiene a su alrededor” (Nicolás Maquiavelo)

“Tengo por cierto que la fortuna es el árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero que todavía nos deja dirigir la otra mitad, o quizá menos”, dijo Maquiavelo, un icono del realismo político. En la políticamente traicionera Italia renacentista, Maquiavelo aconsejó al príncipe en el poder que fuera impetuoso antes que cauto, para adaptarse a la realidad política cambiante de aquel tiempo, que controla la fortuna.
Según Maquiavelo, un príncipe sabio debe estar preparado todo el tiempo para estar a la altura de los desafíos que se le presenten de tal manera que pueda evitar que se desborde un río embravecido construyendo presas y levantando diques, antes de que ocurra la tormenta. Sin embargo en el caso del Presidente Salva Kiir, aunque está en la posición de un príncipe, carece de las cualidades de un príncipe y lo que es peor, carece de los espléndidos consejos en un mundo que se caracteriza por los rápidos cambios de la fortuna, como diría Maquiavelo.

Las cualidades del liderazgo de Salva Kiir están mucho más determinadas tanto por su carrera como por su personalidad. Incluso una de sus cualidades es que tiene poca fortuna. La carrera de Salva Kiir comenzó con una breve inscripción en una escuela formal, pero antes de que pudiese llegar a nada con sus estudios, el país entró en una guerra y Salva Kiir se vio fuera de la escuela. Se unió al movimiento de rebelión Anya-Anya, para luchar en la guerra. Ese momento marcó la carrera de Kiir como soldado. Tras su ocupación en el Movimiento Anya-Anya, Kiir fue absorbido por las Fuerzas Armadas Sudanesas, tras el acuerdo de paz de 1972, de Addis Abeba. Salva Kiir fue ascendiendo de rango hasta llegar a oficial subalterno en el cuerpo de seguridad de las Fuerzas Armadas de Sudán.

El 1983, insatisfecho con el modo en que estaba siendo gobernado el país, Salva Kiir, con algunos de sus compañeros del Sur de Sudán de las fuerzas Armadas se rebelaron para formar el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, SPLA. Al formar la estructura de mandos del SPLA, Salva Kiir asumió el liderazgo del de seguridad del SPLA, a la vez que se quedaba con la posición más baja entre los miembros fundadores del movimiento rebelde. Él parecía estar contento con su cargo y demostró lealtad al Presidente de SPLA y al movimiento durante años, hasta finales de 2004, cuando cayó en desgracia. En cuanto a los otros miembros fundadores del SPLA, de alguna manera todos fueron probando deslealtad al Presidente, John Garang. Algunos de ellos demostraron una pronta deslealtad, a los cinco años de entrar en el movimiento. Uno por uno, en una serie de años, todos los miembros fundadores del SPLA, incluido John Garang, han muerto, menos Salva Kiir. Alguna de las muertes de estos fundadores es obvia, en otras están implicados John Garang y Salva Kiir, y otros murieron misteriosamente.

Mientras todo esto está ocurriendo, Salva Kiir se ve a sí mismo subir en la jerarquía del SPLA de un empujón, sin esperárselo. Para Salva Kiir fue más espantoso que para los demás, cuando John Garang despareció y él tuvo que asumir la posición más elevada del movimiento. Tan solo unos meses antes de que Kiir pudiera asumir el liderazgo del SPLA/M, se encontró a si mismo compitiendo con Garang por el liderazgo. Puede que eso fuera algo que Salva Kiir no quería hacer, y sin embargo, fue forzado a hacer por otras personas, porque su desafío ante Garang era tan malo que demostraba que Kiir no estaba preparado para gobernar. En su competición, Kiir se mostraba irritado por cómo el pueblo de Behr el Ghazel sufría por la hambruna y los ataques de las milicias árabes. Y desde su punto de vista, la solución era rescatar al pueblo de Behr el Ghazel pidiendo ayuda a la Comunidad Internacional. Esto contrastaba con la postura de John Garang, que manifestaba su irritación por cómo sufría el pueblo de Sudán entero bajo el régimen de Jartum y con su visión de un “Nuevo Sudán”, se aliviaría el sufrimiento del pueblo. Como resultado, Salva Kiir con su estrecha visión de las cosas, y su preocupación sólo por el pueblo de la región de Bhar el-Ghazel, acabó sin anotarse ni un solo punto. Mientras que Garang, con una visión de la situación mucho más amplia, preocupado por el pueblo de todo Sudán, acabó con una puntuación máxima, es decir que se llevó todo el apoyo.

Por tanto, Kiir salió al público como un desmoralizante perdedor, de su reto frente a Garang por el liderazgo del movimiento, claramente orquestado por otras personas de la región de Behr el-Ghazel. Kiir nunca aprendió el secreto de que desde el momento en que uno reduce sus preocupaciones al regionalismo y al tribalismo, Garang vencería con claridad, gracias a su punto de vista más amplio. Y eso fue lo que pasó, Garang venció sin ningún obstáculo.

Sin embargo, hacerse con el liderazgo se convirtió en un verdadero reto personal para Kiir, y el asunto es aún más complicado debido a su personalidad. Desde el primer día en que asumió el cargo del más alto responsable de SPLA/M, Kiir se enfrenta a las expectativas del pueblo sobre si estará a la altura de las cualidades de John Garang, considerado intelectual, visionario, político, etc. Para cumplir con las expectativas del pueblo y legitimar su liderazgo, Kiir aclaró que después de todo él había sido elegido por unanimidad para ser el número uno, a pesar de que había poca confianza en que hubiera sido realmente elegido por unanimidad. También admitió que Garang se había ido afianzando a lo largo de mucho tiempo, hasta llegar a ser lo que era, y que la gente debería dale a él su confianza como a Garang, para que pudiera llegar a su mismo nivel.

De esta manera, Kiir empezó mal. En la primera negociación con el Partido de Congreso Nacional, NCP, Kiir perdió mucho tiempo dejando libres puestos ministeriales importantes que supuestamente debían estar en manos del SPLM, según el protocolo del reparto de poder del Acuerdo Global de Paz, CPA. En respuesta a su fracaso, Kiir simplemente dijo “no podemos ir a la guerra por estos motivos”. La respuesta de Maquiavelo hubiera sido: “si, podemos ir a la guerra si el otro lado está dispuesto a hacerlo, y si esa es una de las razones por la que la guerra empezó la primera vez”. De todos modos, esa no fue la última vez que Kiir fracasó al negociar con el NPC. Hay un montón de temas en los que Kiir ha perdido el combate ante el NPC como el tema de la milicia, la frontera de Abyei, la frontera entre el norte y el sur, los beneficios del petróleo, el tema de Darfur, etc. Con respecto a la corrupción, Kiir está satisfecho consigo mismo. Él afirma que la corrupción es mala y si alguien ve que se está dando corrupción, debe informar de ello y él se ocupará del asunto.

Bueno, la corrupción se está convirtiendo en una escalada, y casi cada uno de los funcionarios de alto nivel en el Gobierno está, de un modo u otro, implicado en la corrupción a algún nivel.

Con la cuestión del Ejercito de Resistencia del Señor, LRA, de Uganda, Kiir declaró que no sólo debían negociar la paz sino que además esta negociación debería llevarse a cabo en el Sur de Sudán. Pues la invitación oficial al LRA para emplazarse en el sur de Sudán contribuye de manera significativa a la desestabilización de la seguridad en la zona. El LRA dice: “Nos piden que vayamos a Sudán, así que ¿por qué iban a perseguirnos? En cualquier caso, estamos preparado”. Otti probablemente incluso murmuró estas palabras, después de todo, Sudán es la patria del pueblo Lou.

Bien, puede que Vincent Otti y su LRA estén preparados, pero nosotros no lo sabremos porque la persona que está más preparada ahora que nunca es Salva Kiir. En todos los terrenos en los que Kiir ha fracasado, después ha mejorado en algún sentido. Kiir pasó a ser recordado, no sólo por competir con Omer el-Beshir, del NPC, sino también por enfrentarse a él en público. En su respuesta a la corrupción, varios altos cargos del Gobierno del Sur de Sudán han sido despedidos de sus puestos y esperemos que sean llevados ante la justicia. Hay más promesas por cumplir en lo referente a la investigación anticorrupción en la misma línea. La Comisión Anticorrupción parece que por fin está trabajando y dando informes, después de meses, desde que se creó. Tal vez Kiir les obligó a dar explicaciones de su trabajo. Lo que es más prometedor, la Comisión está dando pruebas de muchos supuestos actos de corrupción de toda la directiva. Con el tema del LRA, Kiir promete movilizar las ‘Fuerzas Ecuatoriales de Defensa’, otras Fuerzas Armadas y todo el mundo con un arma y la población civil unirse al SPLA, para entre todos darles caza”. Su mensaje es claro, en el LRA ya cunde el pánico. Están pensando huir a Kenia, la capital mundial de los refugiados, en busca de un lugar seguro.

Quizá Kiir no necesite a Maquiavelo como consejero, aunque lo que seguro que necesita es un consejero sabio para cumplir sus objetivos de convertirse en un líder y responder con eficacia en las crisis que vayan surgiendo. Con un poco de suerte, con la tendencia que Kiir está mostrando, lo cual ha ocurrido en un mes, hay esperanza para el Sur de Sudán. Como habría dicho Maquiavelo: “La suerte cambiante y el ser humano siguen firmes sus caminos, mientras los dos estén de acuerdo, el hombre tendrá éxito, pero fracasará cuando se separen”. Por lo tanto, dejemos que Kiir se relaje un poco y se vuelva más aventurero. Debe construir las presas y levantar los diques para detener las riadas. “Eso es lo que pasa con la fortuna, que muestra todo su poder donde el valor no está preparado para combatirla, allá es donde pone todas sus fuerzas, donde sabe que no se han levantado barreras ni defensas para contenerla”, diría Maquiavelo.

Steve Paterno

Steve Paterno es un sudanés que reside en Estados Unidos. Puede contactarse con él en stevepaterno@yahoo.com

Artículo publicado el 30 de enero de 2007 en Sudan Tribune.

Traducido por Rosa Moro del Departamento África de la Fundación Sur.

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