Sabiduria africana : Cuento «La liebre y el cocodrilo» , Presentado por Paquita Reche, mnsda

7/04/2015 | Cuentos y relatos africanos

Este cuento que nos llega de Uganda, pertenece a la tradición oral del pueblo acholi. Fue recogido y trascrito al inglés por Okot P´Bitek , ha sido traducido al castellano por Eva Torre (1)

En este cuento sólo intervienen animales, animales de morfología tan diferente como puede ser la de los cocodrilos y la de las liebres y que pueden inspirar sentimientos distintos y opuestos en quienes los contemplan.

Como en todos los cuentos africanos, la finalidad lúdica completa la finalidad didáctica.

Una vez encontramos a la liebre como protagonista. Es el animal que con más frecuencia aparece en los cuentos de la zona saheliana, aunque también la encontramos en otras zonas de África, como en este caso. A la liebre siempre se le atribuye una rica paleta de aptitudes, virtudes y vicios humanos que actúan como espejo y como invitación. a .cultivar las virtudes y a corregirlos vicios..

En los cuentos que han ido apareciendo en anteriores números de“Áfricana”, la hemos visto: inteligente, sagaz, prudente, astuta y generosa, llamada a impartir justicia o a reconciliar. También la hemos visto cargada de defectos que afean la conducta humana y que hay que evitar: egoísmo, pereza, vanidad, avaricia, impaciencia, capaz de recurrir a la manipulación o a la mentira para conseguir sus fines. (2)

La hermana de Liebre estaba casada con un cocodrilo que vivía en una isla en medio del lago, junto con todo el clan Cocodrilo. Un día, Liebre fue a visitar a su hermana y ésta lo acogió calurosamente. A liebre le encantaba comer huevos, y un día vio a Cocodrilo poner huevos en el granero. Al día siguiente Cocodrilo y su mujer fueron a cavar al campo y Liebre se quedó en casa. Abrió el granero y se emocionó de encontrar tantos huevos, tan grandes y amarillos. Se comió tantos como pudo, se limpió la boca, recogió las cáscaras, las enterró.

Cuando Cocodrilo y su esposa volvieron a casa, Liebre dijo que tenía mucha hambre. Así que su hermana cocinó algo de comida para él, pero cuando le llevaron la comida, Liebre dijo que tenía el estómago malo y que no podía comer nada. Los siguientes días. Liebre no acompañó a su hermana y a su cuñado al campo, sino que quedó en casa…Se comió todos los huevos que pudo, hasta que quedó sólo uno. Esa tarde Liebre dijo a su cuñado:

-Mañana volveré a casa.

Por la mañana, cuando Liebre se preparaba para irse, Cocodrilo dijo:

-Voy a contar los huevos.

-¿Dónde está?, preguntó la liebre.

-Están en el granero, ¿no los has visto?

Liebre dijo que no los había visto y preguntó a Cocodrilo que cuantos había. Setenta. Contestó Cocodrilo. Liebre rogó a Cocodrilo que le permitiera verlos. Cocodrilo accedió y añadió: “Puedes contarlos por mí”.

Liebre subió al granero y gritó emocionado;

-¡Qué huevos tan maravillosos, oh, grandes y amarillos!
Entonces cogió el único huevo que quedaba y lo levantó para que Cocodrilo lo viera, y empezó a contar:”Uno, luego lo bajó hasta el suelo del granero, “dos…tres…cuatro y así continuó. Algunas veces se quedaba abajo durante más tiempo como si estuviera cogiendo el otro lado del granero. Siguió contando hasta que llegó a setenta y cinco.

-Oh, exactamente setenta y cinco.

-Si, te dije que tenía setenta y cinco huevos, replicó el cocodrilo.

-Pero, ¿cómo lo sabes? ¡Hay tantos!

-Pero, ¿cómo va a olvidar alguien cuantos hijos tiene?, dijo Cocodrilo.
Liebre dijo adiós a su hermana y a subió a lomos de Cocodrilo para regresar a tierra firme.

Pero la mujer del cocodrilo entró al granero para comprobar ella misma si los huevos estaban realmente allí. Cuando descubrió que sólo quedaba uno, gritó a su marido:

-Cocodrilo, Cocodrilo. Liebre se ha comido nuestros huevos, tírale al lago.

-Eh, ¿qué dices?!No te oigo bien a causa del viento!, dijo Cocodrilo.

-Oh, yo si que oigo lo que dice, dijo Liebre.

-¿Pues qué dice?

-Dice que mejor que nades más deprisa porque llega un viento por detrás de nosotros, dijo Liebre a Cocodrilo. Y éste nadó aún más rápido que antes y llevó a Liebre a su casa. Liebre dijo adiós a su cuñado y Cocodrilo volvió a la isla. Pero Liebre no se quedó en su casa ni un solo día más, se fue muy lejos y se estableció en un nuevo hogar.

(1) Cuentos populares africanos, ed. Tal y Cual, Oviedo,2014, p. 66-70.

(2) Ver año 2010, nº 150: “El jefe y la liebre”, nº 151: El leopardo, el mono y la liebre, nº 152:”La justicia según la liebre: “

año 2011, nº 157 “ El mono, el perro y la liebre”, nº 158: La liebre y la hiena”,

año 2013, nº 168: “El hombre, el cocodrilo y la liebre”.

año. 2014, nº 172 “La justicia de Dios según la liebre”

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