Sabiduría Africana: Cuento de Burkina Faso – El leopardo, el mono y la liebre , Traducido y presentado por Paquita Reche, mnsda

18/01/2011 | Cuentos y relatos africanos

En este cuento de la tradición oral del Oeste africano, Burkina Faso, aparece un leopardo, depredador temible y respetado por su agilidad y su fuerza, pero que, se convierte en un ser débil al ser puesto en ridículo por un mono. Este animal es considerado como imprevisible malicioso y frívolo, que piensa ante todo en divertirse. Por último aparece una liebre, el más pequeño y de los tres animales, cuya astucia e inteligencia suple con ventaja a la fuerza para salir airoso de circunstancias difíciles.
De las virtudes y de los vicios que manifiestan en los animales que intervienen en el cuento se podrán sacar muchas lecciones de vida, como por ejemplo ante ciertas situaciones la astucia es más valiosa que la fuerza, a pesar de ser fuerte, siempre se necesita la ayuda de alguien más pequeño, la vanidad puede perder al que se cree muy listo

Había una vez un leopardo que tenía que vender un buey y decidió venderlo al .mono negro que vivía con su familia en la colina. Así es que un día bien temprano cogió el buey y se fue con él para proponérselo al mono negro. Tuvieron una gran palabra para ponerse de acuerdo sobre el precio y el mono lo compró a crédito el buey. Convinieron el día que sin falta se pagaría la deuda. Cuando llegó el día el leopardo muy contento fue a la cita.

-¡Buenos días amigos!- Dijo el leopardo saludando a la gran familia mono.

-¡Buenos días! – Respondieron todos los monos a coro.

-Vengo para buscar el dinero de mi buey- dijo la pantera

Los monos se agruparon y empezaron a cantar y bailar.

-Aquí nos tienes, todos tenemos el mismo color, la misma cabecita, los mismos ojillos, la misma colita. Sólo uno de nosotros tiene una deuda contigo. Si quieres ser pagado tienes que encontrarlo. Y repetían y repetían el canto sin dejar de bailar.

El leopardo no sabía como hacer y se volvió a su casa llorando. Y cada vez, cada vez, que volvió a reclamar su deuda, los monos bailaban y cantaban la misma canción. Así, una y otra y otra vez. Hasta que un día, volviendo de la colina de los monos completamente desorientada y llorando como siempre, se encontró con una liebre. El leopardo intentó atrapar a la liebre para devorarla, pero cuando estaba a punto de cogerla, abandonó la persecución. La liebre sorprendida, se paró en seco, miró al leopardo, volvió sobre sus pasos y le preguntó:

-¿Leopardo, por qué estás tan triste? –

El leopardo le contó que había vendido a crédito un buey a un mono negro y que cada vez que iba a cobrar su deuda, los momos se burlaban de ella y la desafiaban a que encontrara al que había comprado el buey y cantaban la misma canción:

-Aquí nos tienes, todos tenemos el mismo color, la misma cabecita, los mismos ojillos, la misma colita. Sólo uno de nosotros tiene una deuda contigo. Si quieres ser pagado tienes que encontrarlo.

-Si tienes un cauri dámela, creo que tengo la solución a tu problema, dijo la liebre.

El leopardo le dio el cauri y la liebre le explico que pronto podría reconocer a su deudor por el cauri blanco que llevaría alrededor del cuello.

Sin perder un instante la liebre, llegó a casa de los monos. Hizo los saludos habituales y les contó su encuentro con la pantera que iba llorando.

-Me han dicho, que uno de vosotros tiene una deuda ton el leopardo, – dijo muerta de risa -. ¡Si yo supiera quién es el que le ha hecho esta jugarreta al leopardo, se convertiría en mi amigo y le haría un regalo!
Un mono lleno de orgullo, salió del grupo y dijo:

-¡Soy yo!

La liebre puso el cauri alrededor del cuello de mono y le dijo.

-Amigo mío, están muy guapo con este adorno que resplandece alrededor de tu negro cuello .La próxima vez que el leopardo venga, ponte en primera fila, ¡así podrás reírte más y mejor de ella!

Al día siguiente, volvió leopardo a la colina de los monos, saluda y reclamó de nuevo el dinero que se le debía. Una vez más, los monos se pusieron a bailar y a cantar mofándose del leopardo.

-Aquí nos tienes, todos tenemos el mismo color, la misma cabecita, los mismos ojillos, la misma colita. Sólo uno de nosotros tiene una deuda contigo. Si quieres ser pagado tienes que encontrarlo.

El mono que llevaba el cauri al cuello, reía más que los otros y se acercaba al leopardo exhibiendo su collar. El leopardo dio un salto y lo cogió. Los demás huyeron chillando hacia el río. Desde ese día los monos negros viven allí.

1 Comentario

  1. Sabiduría Africana: Cuento de Burkina Faso – El leopardo, el mono y la liebre , Traducido y presentado por Paquita Reche, mnsda
    En la escuela le dejaron a mi hijo una obra y representamos èsta. Mi hijo le hice su disfraz de leopardo y al maestro le encantò el contenido.
    Que maravilloso es el internet cuando se sabe para què es.
    SALUDOS!!!!!

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