Gran parte de los líderes políticos y económicos de hoy buscan mejorar el mundo a través de sus planes partidistas, o de su tecnología. Constatamos que en realidad, solo quieren mejorar su propio acaparamiento de poder y de recursos, manteniendo además un monstruoso gasto militar, indigno de seres humanos responsables.
Lo que me ha sorprendido recientemente es el ver como algunos medios académicos y universidades también están adoptando esa visión parcial de buscar mejorar la calidad de la educación, sobre todo, a través de los medios tecnológicos digitales.
Estos proyectos para mejorar la calidad educativa con las nuevas tecnologías digitales de comunicación se presentan como pioneros, incluso en los países del hemisferio sur.
Todos sabemos que los medios de comunicación digital son necesarios y muy beneficiosos para potenciar la creatividad, el intercambio de propuestas y para mejorar la calidad educativa.
Constatamos que detrás de muchas propuestas digitales para mejorar la calidad de educación, en el hemisferio sur, se esconde una actitud bastante colonial, paternalista y lucrativa, que me parece seriamente irrespetuosa e ineficaz.
Durante mis 42 años trabajando en la educación en Uganda, he conocido demasiados proyectos de gobiernos, ONG, fundaciones y hasta de universidades, que comienzan a construir “la casa por el tejado”.
Al poseer los medios tecnológicos, científicos y económicos, muchos occidentales piensan que saben mejor y que pueden “imponer” su visión y sus métodos relacionados con la calidad de educación. Con frecuencia desacreditan y hasta condenan una educación y valores tradicionales que desconocen.
Esta actitud claramente presuntuosa no se interesa en conocer la cultura y formas de conocimiento de los puebles indígenas, de cada región. La sabiduría milenaria de los pueblos autóctonos no parece interesarles en lo más mínimo. Sin embargo, es absolutamente necesario el conocer y creer realmente en el potencial intelectual, humano y social de cada persona y pueblo.
Sin estos sólidos cimientos del buen conocimiento cultural de un pueblo, no se puede pretender construir ningún proyecto, ni educativo ni de desarrollo sostenible, en ninguna sociedad. Solo los pueblos autóctonos deben y pueden ser los auténticos pioneros de cualquier proyecto educativo o de desarrollo sostenible.
Por tanto dos principios me parecen fundamentales en todo proyecto educativo:
– 1º. Conocer la cultura local y colaborar con los agentes sociales de cada pueblo y región, que son los únicos pioneros que pueden garantizar la eficacia, eficiencia y sostenibilidad de cualquier proyecto educativo o de desarrollo sostenible.
– 2º. Presentar y acordar un proyecto educativo de auténtica calidad, lo cual incluye: calidad de valores humanos y éticos, calidad de educación integral y calidad tecnológica.
En muchos de los proyectos promocionados por empresas de la comunicación digital junto con alguna universidad, he constatado con pena, que faltan uno o dos de los principios fundamentales antes mencionados. (Ver el Convenio entre la UPSA, Telefónica y la Fundación ProFuturo.)
Podrán hablar de “revolución educativa digital” y de “entornos vulnerables”, e incluso de “think tank”, ahora de moda, pero también dan la impresión de no haber superado todavía una mentalidad un tanto parcial, colonial y materialista.
Los pueblos de África disponen de un conocimiento profundamente: integral, intuitivo y relacional, diferente del conocimiento más racional, analítico y deductivo, del mundo occidental.
Y sobre todo, los Pueblos de África son muy conscientes y orgullosos de su propia humanidad e identidad africana: (”Obuntu”), y de su potencial humano, social y económico, y van rechazando enérgicamente toda forma de imposición y condicionamientos extranjeros.
Sin un buen conocimiento de las culturas locales de los diferentes interlocutores y pueblos, y sin la calidad que aportan los valores humanos y éticos a toda educación que se considere humana y holística, todo proyecto para mejorar la calidad educativa de un pueblo con la tecnología digital, y para alcanzar un desarrollo sostenible para la sociedad, será siempre ineficaz, aunque llene algunos grandes titulares en los medios de comunicación.
