Revertir los legados del apartheid en Sudáfrica

12/06/2019 | Opinión

apartheid-after-sudafrica.jpgSe ha hecho popular en los círculos gubernamentales sudafricanos hablar de «revertir los legados del apartheid». Estos son factores que continúan limitando el acceso de los negros a los empleos y las oportunidades económicas.

Las nobles ambiciones para un futuro postapartheid plantean dos cuestiones importantes.

La primera: ¿entienden realmente los legisladores el complejo sistema que dio origen a los legados del apartheid? No la monolitica idea de apartheid, sino el funcionamiento interno.

La segunda pregunta es: ¿saben los sudafricanos y sus líderes cuál es el resultado alternativo que reemplazaría al status quo? ¿Puede el país prever su propia buena sociedad?

Si la respuesta a estas preguntas es no, el país no progresará.

Estas preguntas plantean una tercera que es crítica para el éxito de erradicar los legados del apartheid. Es si los sudafricanos entienden las dinámicas sistémicas positivas que tendrían que crear y cómo crearlas para cumplir la promesa de democracia.

En pocas palabras, deshacer el apartheid requiere entender cómo funcionó. Esto incluye comprender la educación Bantú, así como los sistemas de reserva de empleo y el sistema económico intervencionista de industrialización dirigido por el estado.

Todos estos puntos se unieron para crear un fenómeno social que ha sido heredado y permanece vigente. Generaron situaciones únicas en cada ciudad y municipio de Sudáfrica. Y se combinaron para crear marcadas desigualdades.

Esta es la razón por la que, en cuestiones de formulación de políticas y gobierno, es crucial comprender la complejidad sistémica de las fuerzas interrelacionadas para evitar el fracaso y para tratar de garantizar que intervenciones bien intencionadas no tengan indeseadas consecuencias.

Hay que evitar el pensamiento simplista

Los legados de apartheid pueden considerarse como dos formas de equilibrio socioeconómico que surgen de un único obstinado complejo sistema. Estos legados son notoriamente difíciles de alterarl a pesar de las inversiones masivas en, por ejemplo, educación, subvenciones sociales y necesidades básicas como agua, electricidad y vivienda.

Los equilibrios se perpetuarán a menos que haya intervenciones sistémicas.

Un enfoque que no logre controlar las dinámicas en juego conseguirá, inevitablemente, impactos insignificantes. Los viejos equilibrios simplemente se reafirmarán. Para demostrar esta dinámica, consideremos el desarrollo de un área como el Triángulo de Vaal.

Consideren el ejemplo de un proyecto masivo financiado por el estado, la gigante compañía de energía y química Sasol. Originalmente, fue una empresa estatal creada en 1950 para producir petróleo a partir de carbón.

En Sasolburg, la ciudad adyacente a la planta, el clasico residente blanco suburbano de 60 años de edad, probablemente estudió un oficio técnico o de ingeniería en la década de 1980, y luego trabajó para Sasol durante décadas. Probablemente envió a sus hijos a la universidad en Bloemfontein o Potchefstroom. Estas dos grandes ciudades no están tan lejos.

El progreso intergeneracional de su familia habría estado marcado por mejor educación, mayores ingresos y perspectivas de mejor salud y buen nivel de vida. Estos beneficios fueron el resultado de una sinergia, en un sentido muy localizado entre muchos subsistemas- incluido el explotador mercado laboral y otras prácticas de apartheid.

En contraste, su clásico homólogo negro trabajó, probablemente, como jardinero o empleado doméstico para una familia blanca, enviando a sus hijos a una escuela mal equipada. Los hijos habrían ido a la ciudad en busca de trabajo, para terminar, también, siendo jardineros o empleados domésticos. Esto es una tragedia generacional y sistémica, 100 años en construcción.

Para los responsables de formulación de políticas y gobernantes, esto plantea la cuestión de si deben intervenir de forma directa o sistemática.

La intervención directa dice simplemente: reemplace al niño de la familia blanca trabajando para Sasol, ahora una compañía global de productos químicos y energía, por el niño de la familia negra, donde sea posible, a través de la reserva de trabajo en base a la raza.

Este enfoque directo ya ha tomado la forma de empoderamiento económico negro, así como acción afirmativa y empleos preferenciales en muchas firmas y empresas estatales. Pero ha tenido un mínimo impacto transformacional. Eso es porque no es sistémico.

Intervención sistémica

El enfoque alternativo sistémico, como en el caso de Sasolburg, sería apreciar el más amplio impacto que tuvo la creación de Sasol.

El sistema de educación técnica, luego alineado con la necesidad de Sasol de ingenieros químicos, produjo el capital humano y desencadenó una reacción en cadena de movilidad ascendente en la vida de los beneficiarios blancos. Esto llevó a dinamismo e innovación. Generó oportunidades de mercado más allá de la industria del carbón. Esto dio lugar a muchos negocios relacionados que tienen sus raíces históricas en la empresa estatal. Ahora tiene clientes en mercados tan lejanos como Estados Unidos, la UE y Asia.

Los compatriotas negros en el área no se beneficiaron del sistema, creando un legado de exclusión.

Un enfoque sistémico aumenta la posibilidad para quienes definen hoy políticas para aprovechar el creciente auge económico que ya se ha creado en Sasolburg para ofrecer un camino de progreso para los jóvenes desfavorecidos de la zona.

Pregunta cómo la educación, el uso de la tierra, la economía local y los sistemas de mercado global y el comercio se pueden alinear y aprovechar para la transformación generacional. ¿Cómo construye el gobierno un puente entre la escuela municipal «negra» y el grupo industrial en el área? ¿Cuáles son los caminos para llevar a los trabajadores desfavorecidos a pequeñas, medianas y micro empresas con orientación técnica? ¿Cómo capacita el gobierno el éxito comercial de Sasol, y lo utiliza como un éxito de transformación? Eso requeriría asociación y colaboración entre el gobierno y las empresas.

Abordar la exclusión sistémica

A falta de tal perspectiva sistémica que tenga en cuenta la interdependencia de estos sistemas, los legados del apartheid continuarán perpetuándose. En ausencia de una intervención sistémica, el país simplemente reemplazará a un pequeño grupo de privilegiados ciudadanos «blancos» con un pequeño grupo de privilegiados ciudadanos «negros».

Por el contrario, el país debe diseñar una intervención sistémica apropiada a la situación a través del plan de desarrollo integrado para cada pueblo y ciudad. Dicha intervención sistémica debe guiarse por su propia peculiaridad y potencial. De lo contrario, las generaciones futuras seguirán sufriendo de desempleo estructural y exclusión sistémica.

Esa es una tragedia que el país no se puede permitir.

Marius Oosthuizen


* Marius Oosthuizen es profesor del Instituto Gordon de Ciencias Empresariales, Universidad de Pretoria.

Este artículo se ha publicado en The Conversation bajo una licencia de Creative Commons.

Fuente: polity

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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