Repensar la sensibilidad de género en la gobernanza para la igualdad en Uganda

1/04/2015 | Blog Académico

El norte de Uganda posterior a la guerra ha sido desfavorecido tanto económicamente como políticamente provocando especialmente la exclusión de las mujeres en los procesos políticos. La inequidad en el acceso a los recursos y a las puestos de poder afecta a la estructura del país en su conjunto y debe ser corregida.

«Mujeres de Uganda … estáis el centro de la producción, pero en la periferia de los beneficios». Miria Matembe [1].

El 29 de agosto del año pasado la revista The Independent publicó un artículo de portada sobre los líderes más importantes de cada región en Uganda. Esta fue una mini encuesta sobre 425 nombramientos de altos cargos de instituciones gubernamentales. La encuesta tenía como objetivo determinar el nivel de equilibrio étnico en las instituciones gubernamentales en Uganda. Una de las conclusiones principales es que existe un alto nivel de sectarismo en el país. El otro hallazgo plantea preguntas acerca de la igualdad de género en el Gobierno, junto a la disparidad regional en términos de números y puestos de influencia. De los 25 puestos de influencia en el Gobierno, el norte de Uganda ocupa cinco (20 %), el este de Uganda seis (24 %), el centro y el oeste siete puestos cada uno (28 %). En términos de genero las mujeres representan solamente un 36 %. Técnicamente, la encuesta muestra que tanto política como económicamente la región central y la del oeste gozan de mayor influencia en la toma de decisiones y la gestión del país. Desde un punto de vista de conflictos, un crecimiento económico desequilibrado y las disparidades en la distribución de los beneficios pueden aumentar las tensiones, y poner en peligro los patrones establecidos de producción, paz y seguridad. Por lo tanto se hace imprescindible en Uganda establecer una gobernanza sensible a la igualdad de género con el fin de abordar las desigualdades.

Narraciones históricas de la desigualdad regional en Uganda

Durante décadas, las comparaciones sociopolíticas y económicas en Uganda han tenido dinámicas históricas y regionales que indican una amplia brecha entre el norte y el sur. Puestos recientes en el gabinete indican que el oeste de Uganda se lleva la parte del león de los 77 cargos ministeriales. La región occidental tiene 32, la del este 21, la central 14 y la del norte 10 [2]. Esta diferencia entre Norte y Sur es producto de una división deliberada de Uganda con una base histórica que viene de lejos, del colonialismo británico [3] y que continúa hasta la fecha. La historia indica que Uganda fue dividida por la política del colonialismo británico en dos zonas: la productiva (sur) y la no productiva (norte) generando así una situación de conflicto continuo [4]. Hasta la fecha, esta brecha Norte-Sur nos ofrece una sólida base para comprender las diferencias en los puestos de influencia en el país y por qué el norte de Uganda es pobre. No es un tema fácil pero quiero compartir con ustedes algunos hechos básicos sobre el norte de Uganda a partir de un informe elaborado en noviembre de 2014 por el departamento de economía de Oxford para para el Departamento Británico para el Desarrollo Internacional y para la oficina del primer ministro de Uganda. El informe destaca que el 44 % de las personas en el norte de Uganda viven actualmente por debajo del umbral de pobreza, en comparación con el 20 por ciento a nivel nacional. Aunque el norte cuenta con casi una cuarta parte de la población y el 42 %, su parte de la producción económica nacional (PIB) se estima sólo entre el 8 y el 9 %. Hay una brecha cada vez mayor en la pobreza con un aumento al alza en el desempleo. Aunque estas son estadísticas generales, en lo referente a la igualdad de género las mujeres resultan más afectadas que los hombres. Esta situación es por consiguiente un tema prioritario.

Cuestionando la igualdad de género y la gobernanza

Los hechos y las estadísticas mencionados muestran ya los temas que preocupan, pero para mí son de particular interés los de la igualdad de género y la gobernanza. Muy a menudo se asocia la gobernanza con los procesos y sistemas que dictan cómo se toman e implementan las decisiones y las relaciones entre los gobernantes y los gobernados. Se hacen también muchas referencias a la responsabilidad, la transparencia, la participación, la capacidad de respuesta y la inclusión como medios de transformación social y económica. Según el Banco Mundial, la buena gobernanza es la manera en que se ejerce el poder en la gestión de los recursos económicos y sociales para el desarrollo del país. El Banco Mundial señala además tres aspectos distintos de la gobernanza: la forma de régimen político; el proceso mediante el cual se ejerce la autoridad en la gestión de los recursos económicos y sociales de un país para el desarrollo y la capacidad del gobierno para diseñar, formular y aplicar políticas y desempeñar funciones [6]. Sin embargo, estas facetas de gobierno apenas han contribuido a una igualdad de género sostenible en la mayoría de las sociedades africanas, y a resolver situaciones de conflicto debidas a la mala toma de decisiones y la mala gestión de los recursos para el desarrollo. Un ejemplo de ello es la mala gestión y los escándalos de corrupción que afectaron a la recuperación del norte de Uganda después de la guerra. [7].

Por otro lado, hay ya una toma de conciencia de que la gobernanza no puede ser eficaz si no es sensible a la igualdad de género en la toma e implementación de las decisiones políticas. Esta forma de pensar se basa en esa certeza que los hombres y las mujeres juegan un papel importante en el desarrollo de sus comunidades. Hasta la fecha hay un millón más de mujeres que de hombres en Uganda. El informe del censo de población de Uganda de 2014 indica que hay 17,9 millones de mujeres y 16,9 millones de hombres. Mirando estas estadísticas y cifras, se podría pensar que las mujeres son iguales o casi iguales a los hombres en el país. Sin embargo, esto no se traduce en la igualdad de género o la igualdad de representación debido a una serie de razones, como la pobreza, el analfabetismo y los espacios limitados para la expresión. ( por mencionar solo algunas). Fue bastante fácil en el norte de Uganda que la voz de las mujeres fuera escuchada durante el tiempo de acuartelamiento, simplemente porque las organizaciones de la sociedad civil y otros organismos crearon estructuras que aseguraban que las mujeres estuvieran representadas. La mayoría de los campos de desplazados internos (IDPs) tenían servicios sociales y diversos comités representados por mujeres; algunas mujeres tuvieron puestos de liderazgo en esas estructuras [8]. Otras se convirtieron en cabeza de familia porque perdieron sus cónyuges. Hoy en día, la disposición administrativa y estructural que proporcionan espacios de liderazgo a las mujeres son apenas funcionales o no existen y han sido sustituidas por los llamados grupos solo de mujeres o de las jóvenes y en ocasiones hombres.

La mayoría de los grupos de mujeres en el norte de Uganda se han convertido en asociaciones financieras que en gran medida no dan respuesta a las necesidades y preocupaciones de las mujeres y las jóvenes sino que son explotadas con fines políticos. Por otro lado, hay una serie de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en temas relacionados con la igualdad de género en la situación de conflicto de post guerra en el norte de Uganda y que han tratado de impulsar la «agenda de las mujeres». Varias de estas organizaciones se centran en gran medida en el apoyo a la subsistencia y a la educación y el bienestar de las niñas. Por esa razón, la categorización de respuestas a las cuestiones de igualdad de género ha hecho que sea complicado responder y hacer frente de manera integral (holística) a los desafíos de la igualdad de género. Ésto, en cierta medida, dificulta el impulso de actividades y la institucionalización de una gobernanza sensible a la igualdad de género y a la promoción de la justicia social, no sólo en el norte de Uganda, sino en todo el país.

El cambio fundamental en las relaciones de género en el norte de Uganda

Cabe señalar que las relaciones de género en el norte de Uganda han cambiado dramáticamente durante y después de la violenta guerra del Ejército de Resistencia del Señor (LRA). Esto ha llegado con un cambio en los roles de género, que no se traduce en igualdad de género ya que se debe a circunstancias puntuales en que algunas mujeres / hombres han conseguido cierto poder político o económico. Está claro que, no se trata de una estructura de gobierno bien establecida, sino, más bien, de personas que luchan por alcanzar cierto estatus. Es notable que las mujeres ahora ocupan algunos puestos destacados en los distintos niveles de gobierno y están representadas en muchas organizaciones de la sociedad civil mientras que en algunas comunidades los hombres están luchando para redefinir sus roles en la sociedad después del conflicto. En algunas comunidades, hay una creciente tensión entre los hombres y las mujeres dentro de las familias sobre el acceso y control de la tierra y otros recursos. Según algunas informaciones, en algunas comunidades en el norte de Uganda, el aumento de la importancia de las mujeres en la esfera pública ha generado tensiones entre las familias y las comunidades. Si estas tensiones no se gestionan bien podrían traducirse en violencia doméstica [9]. Esto indica que las relaciones de género no son estáticas y que una redefinición de los roles es inevitable. También hay que señalar que las relaciones de género se caracterizan por un acceso desigual a la distribución del poder [10]. Este tipo de estructuración refuerza la desigualdad e impide la redistribución del poder y la autoridad entre hombres y mujeres. Por eso será muy difícil conseguir la igualdad de género si el problema de la buena gobernanza no es tratado como un elemento central en la gestión de los asuntos del Estado.

La creación de proyectos de desarrollo

Durante mucho tiempo, se han realizado muchos proyectos de desarrollo y análisis de conflictos sin tener en cuenta la igualdad de género. En el norte de Uganda la guerra del Ejercito del Señor (LRA) afectó de manera muy diferente a los hombres y a las mujeres. Esta realidad exige que se tenga en cuenta la igualdad de género en la ejecución de proyectos para responder a las diferentes necesidades de los afectados por el conflicto [11]. Por lo tanto, la nueva línea de pensamiento hoy es prestar atención a las diferencias de género para que puedan ser identificados los problemas y las oportunidades pertinentes. El Gobierno ha tomado muchas iniciativas para promover la inclusión y la participación de las mujeres no como una acción afirmativa sino como medio para avanzar en la igualdad de género. De acuerdo con el Plan de Paz, Recuperación Desarrollo (PRDP 2) las directrices de subvención para los gobiernos locales (2012) requieren que estos, en la planificación de los proyectos, tomen en cuenta la situación de conflicto creada por la guerra. El enfoque de las directrices para las subvenciones da mucha importancia a los aspectos que favorecen la igualdad de género. Está claro que el objetivo final de las directrices en las subvenciones es garantizar que se alcance la igualdad de género. Esto se hizo a través de directivas concretas exigiendo que las mujeres deberían ser, al menos, el 30 % de los beneficiarios del PRDP [12].

Por lo tanto, es imprescindible valorar y comprender la importancia de las cuestiones de sensibilidad a la igualdad de género en la gobernanza en las sociedades postconflicto como en la del norte de Uganda. Para que las mujeres no queden excluidas social, política y económicamente, las dinámicas de género también deben ser tratadas con idoneidad en cualquier programa de recuperación y desarrollo. En algunos casos, las mujeres han sido excluidas de la toma de decisiones. Sin embargo, su participación hace más probable el éxito en la implementación de políticas sensibles a la igualdad de género y en la defensa de las necesidades de las mujeres y las niñas consiguiendo así la igualdad de genero

En conclusión, en el día de hoy, tras el conflicto del norte de Uganda, muchas mujeres y ancianos están siendo excluidos políticamente debido a una serie de razones ya conocidas. Sus voces no pueden ser escuchadas en muchos foros. Por ello es importante fomentar la promoción de la igualdad de género como un principio rector y de acción con el fin de asegurar que las mujeres y los hombres tengan igualdad de acceso no sólo a los recursos, sino también a puestos de autoridad, allí donde se toman las decisiones. Ésto, si se trata como un objetivo socioeconómico y político más amplio, permitirá que las mujeres y los hombres tengan las mismas posibilidades, derechos y oportunidades. También es necesario analizar en esta perspectiva de la igualdad de género la gobernanza, los procesos de asignación de recursos, la toma de decisiones y la participación. El pensamiento crítico aquí es que ésto contribuirá a abordar la persistente desigualdad de género. Además, para alcanzar un objetivo reconocible en la igualdad de género, el gobierno de Uganda y otras partes interesadas deben replantear los objetivos del Gobierno teniendo siempre en cuenta la igualdad de género prestando mucha atención a la integración, es decir, la inclusión de las mujeres evitando el riesgo de exclusión.

Otim Denis Barnabas

NOTAS FINALES

[1] C. Marcos Blackden (2004); Fuera de control: Género y Pobreza en Uganda, una evaluación de género Estratégico País, Documento de debate – Proyecto.

[2] ¿Cómo las regiones compartieron posiciones del gabinete?, Daily Monitor, 03 de marzo de 2015. pg.1.

[3] Salomón Bareebe Rukuuka; Revolución étnico de Uganda. Disponible en: http://tinyurl.com/ou8zv7w, consultado el 3 de marzo de 2015.

[4] Ley de Refugiados Proyecto Nacional de Reconciliación y Auditoría Justicia Transicional, grupo focal de discusión en el distrito de Arua, Uganda, 2 hasta 8 oct 2011.

[5] C. Marcos Blackden, (2004). Fuera de control: Género y Pobreza en Uganda, una evaluación de género Estratégico País, Documento de debate – Proyecto.

[6] Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, (1999). Buen Gobierno: una visión general.

[7] Consorcio Asesor sobre sensibilidad al conflicto, (2014). ¿Ya llegamos? Lluvia de ideas el programa sucesor de Plan de Desarrollo Recuperación Paz (PRDP2) para post conflicto del norte de Uganda.

[8] Departamento de la Mujer y Estudios de Género y de la Facultad de Artes, programa de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Makerere, (2005). Dimensiones de género del conflicto: Estrategias para una paz sostenible.

[9] Consorcio Asesor sobre sensibilidad al conflicto (2013), Análisis de Conflictos norte de Uganda.

[10] El.Jack, Amani, (2003). Género y Conflicto Armado, Canasta Básica, informe general, PUENTE – Instituto de Estudios para el Desarrollo.

[11] SIDA, (2004). Cómo llevar a cabo un Análisis de Conflictos, Departamento de Cooperación con las ONG, Asistencia Humanitaria y Gestión de Conflictos.

[12] La paz Plan de Recuperación para el Desarrollo, (2012). Directrices de subvención para los gobiernos locales, la Oficina del Primer Ministro – Uganda

Pambazuka

Fundación Sur

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

Autores

  • Otim Denis Barnabas

    Ha cursado un Master en Paz y Gobernabilidad con especial interés en Gobernabilidad y Sensibilización para la igualdad de género, Justicia Transicional, el Análisis de Conflictos y alertas tempranas. En la actualidad ejerce de Oficial de Proyectos en el Consorcio Asesor para la Sensibilización sobre los Conflictos en el Proyecto de Ley de Refugiados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Makerere. Anteriormente ha trabajado en el Departamento de Producción de Conocimiento del Centro Africano para la Resolución Constructiva de Disputas de Durban, Sudáfrica.

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