Reparto de recursos transfronterizos: el fondo del problema de la RDC

26/10/2011 | Opinión

Se dice que la resolución de los conflictos en la región de los Grandes Lagos pasa por compartir los recursos transfronterizos entre los países vecinos. Esta afirmación no solo legitima y legaliza los pillajes de las riquezas de la RDC, sino que también contribuye a borrar los rastros de 5,4 millones de muertos congoleños.

Desde la publicación de cuatro informes de la ONU sobre los saqueos de las riquezas de la RDC, no ha habido ninguna sociedad multinacional, ningún país saqueador que haya sido inquietado o llevado ante los tribunales, salvo Uganda que fue condenada por la CPI a pagar a la RDC 10.000 millones de dólares. Como el régimen de Kagame, Ruanda, no reconoce dicha Corte Internacional, Kigali ha escapado a la condena.

En vez de condenar a las multinacionales y a los países agresores por los pillajes, los gobiernos occidentales apoyan la creación de la Conferencia internacional de los Grandes Lagos (CIRGL) y la revitalización de la Comunidad de los países de los Grandes Lagos. Se ha desarrollado en este contexto un nuevo discurso, apoyado por donantes de fondos, algunos hombres políticos, algunas ONG que organizan seminarios y foros de debate: el reparto de los recursos transfrontrerizos. Los donantes de fondos y las ONG no son sino los gobiernos y ONG occidentales, cuyas sociedades están implicadas en la guerra de depredación de las riquezas del Congo; sociedades, muchas de ellas, citadas en los informes de la ONU. Además de la idea de compartir las riquezas se añade la de comercio transfronterizo como contribución para poner fin a los conflictos armados de la región.

Esta concepción de la resolución de los conflictos plantea algunos interrogantes. Todos los observadores subrayan que las guerras en los Grandes Lagos son guerras por las riquezas mineras. Dos canadienses en su obra “Negro Canadá, pillajes y corrupción en África”, han demostrado que las multinacionales domiciliadas en Canadá y en las Islas Vírgenes han financiado la guerra de agresión de la RD Congo por parte de Ruanda, Burundi y Uganda. No son los campesinos ruandeses, burundeses o ugandeses los que conocen el enorme valor del coltan, casiterita y otros minerales. Congoleños, ruandeses, burundeses y ugandeses han comerciado entre ellos desde siempre, pero no se han hecho la guerra. Por otra parte, Ni Ruanda, ni Uganda, ni menos aún Burundi, tienen plantas de transformación de minerales.

¿Qué se oculta detrás del discurso sobre el reparto de los recursos y el comercio transfrontrerizo y la puesta en marcha de la CEPGL y la CIRGL?

• En primer lugar la legitimación del pillaje. Ruanda, Uganda y las multinacionales pueden saquear sin inquietud. Las operaciones que se realizaban en la oscuridad se harán en adelante a plena luz. Las fronteras entre Ruanda y la RDC ya no existen en el marco de la CEPGL. Kigali y Kampala serán las vías para que los minerales de guerra sean vendidos sin problema alguno a compradores occidentales u orientales. En esta legitimación del pillaje del Congo, Ruanda será la plataforma. Es el “plan americano”, según John Le Carré en el “Canto de la misión”, consolidar la presencia económica y comercial de Ruanda en el este de la RD Congo, hasta convertirla en imprescindible. Las multinacionales ya prevén la creación de una Bolsa de Materias Primas en Ruanda, cuando este país apenas las posee. ¿De dónde provendrían? Evidentemente del Congo, con la ayuda, además, de Tony Blair, consejero económico del presidente ruandés, Paul Kagame.

• Luego estaría la legalización de los pillajes por medio de organizaciones subregionales como la CEPGL. Herman Cohen, antiguo subsecretario norteamericano para África, ya ha avanzado la idea de un mercado común (entre las provincias del este del Congo, Ruanda, Burundi y Uganda) en diciembre de 2008 en el New York Times.

• Llegaría por fin la desaparición de los rastros del río de sangre de 6 millones de congoleños muertos. Ya está todo preparado para borrar las marcas, los restos, a fin de que los jóvenes congoleños no tengan referencias históricas. No es la primera vez que depredadores tratan de hacer desaparecer las páginas negras de nuestra historia. Se repite la historia y la puesta en marcha de la CEPGL y CIPGL entra en la misma lógica de negar la historia dolorosa de los congoleños.

Por Freddy Mulumba Kabuayi

(A partir de un artículo de Le Potentiel 25/10/2011)

Resumen y traducción de Ramón Arozarena.

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