RECONCILIACIÓN, JUSTICIA Y PAZ EN ÁFRICA, según el último Sínodo de África.

19/12/2011 | Editorial

“Llamados a ser instrumentos de reconciliación, justicia y paz”. 1 Cor.13, 4 / Mat. 5,19

La exhortación apostólica del segundo Sínodo de África, publicada en Benín el 19 de noviembre de 2011 por Benedicto XVI, es un documento que repite la doctrina oficial de la Iglesia y quiere promover la paz a través de la justicia, de la reconciliación y del dialogo entre las culturas y religiones. Mantiene un lenguaje abstracto y guarda el dualismo: vida cotidiana y fe, natural y sobrenatural, iglesia y mundo, clérigos y laicos.

Es fácil decir que “África es como el pulmón espiritual de la humanidad” (n.13) debido a los recursos humanos y espirituales tan extraordinarios que existen en África. Pero mientras dice por un lado que la Iglesia (comunidad) ha de estar al servicio de la reconciliación, justicia y paz, insiste por el otro lado en que la Iglesia (lideres) se abstenga de entrar en el mundo social, económico y político en el que vivimos. (n.163). De esta forma, la Iglesia seguirá siendo cada día más irrelevante, como una voz que clama en el desierto.

En nuestro Consorcio de Uganda para la educación ética en justicia y paz tratábamos precisamente de capacitar profesores, empresarios, líderes políticos y religiosos para promover activamente un comportamiento más justo y solidario para el bienestar de todas las personas.

Para superar las injusticias sociales, no bastan la oración y la caridad aunque las dos sean necesarias. Las dos han existido siempre, pero la pobreza y desigualdad siguen en aumento, aun en los países cristianos. Se necesita analizar las raíces del mal para encontrar el remedio adecuado: ¿por qué existe y aumenta la grave desigualdad, violencia y tantas personas hambrientas? ¿Quién se beneficia de la crisis? ¿No es esta una crisis provocada por los usureros? Y aquí las consideraciones piadosas “por las nubes” ¡ya no valen! Espiritualizar demasiado la realidad no sirve para identificar las raíces de la corrupción y de los abusos de derechos humanos de tantos millones de personas. Demasiados líderes religiosos, aquí y en África, parecen vivir en otro planeta.

Todos deseamos vivir en mayor solidaridad y espíritu de familia. Con dos tercios de la humanidad viviendo oprimida y marginada, vamos a ser más humanos y cristianos: cuidando a los necesitados y sobre todo preguntándonos: ¿Por qué aumenta el número de personas que vive en condiciones inhumanas, cuando existen los recursos? Si realmente deseamos un desarrollo integral para todos-as, seamos más consecuentes.

Seguimos tratando a los pueblos africanos sin respeto ninguno, dándoles solo las migajas que caen de nuestras mesas. África no quiere ni necesita limosnas. Solo pide mejor conocimiento de ella, más respeto e igualdad de oportunidades.

Con este último editorial de año 2011, les deseo unas FELICES FIESTAS DE NAVIDAD ASI COMO UN NUEVO AÑO 2012, LLENO DE RENOVADA SOLIDARIDAD, y este será el mejor regalo a generaciones futuras.

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