Realidad y futuro de la educación para los jóvenes en Uganda y en otros países de África.

6/03/2017 | Editorial

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Cada año se gradúan unos 15.000 estudiantes en la Universidad de Makerere. (Kampala).

Makerere University, es quizás el más valioso legado de la Corona Británica en su Protectorado de Uganda. Makerere sigue siendo la Universidad más antigua y más prestigiosa de Uganda.

Las cuatro siguientes mejores Universidades en Uganda, por posición de excelencia, son: Mbarara Science University, Gulu University, Uganda Martyrs University, y Kampala International Univesity.

Otras cuatro Universidades: Mountains of the Moon U, Ndeije U, Uganda Christian University U, y Kyambogo U, mantienen un buen grado de credibilidad.

Estas nueve universidades de Uganda gradúan cada año alrededor de: 50.000 estudiantes. De las nueve, siete son privados y solo dos son públicas.

Además de estas nueve Universidades más conocidas en Uganda, existen 35 universidades más en el país, que podrían graduar otros 55.000 estudiantes al año.

¿Qué futuro les depara el país?

Con un paro del 85% entre los jóvenes, no es de extrañar que la inmensa mayoría de estos jóvenes preparados busquen urgentemente emigrar a otros países de África y del mundo, para encontrar oportunidades de una vida digna.

El tipo de educación implantada en Uganda es británica y académica, con escasa atención a las escuelas profesionales, gracias a las cuales los jóvenes podrían más fácilmente encontrar empleo y proporcionar servicios profesionales.

Lo más grave quizás sea la mínima atención que el gobierno ugandés dedica a mejorar la calidad de la educación a todos los niveles. El presupuesto de la segunda residencia del presidente es el doble del presupuesto dedicado al año conjuntamente a la salud y a la educación. (Unos 200 millones de euros.)

Los maestros-as o profesoras-es mal pagados encuentran difícil estar motivados para realizar bien su trabajo. Esto contribuye a que la educación pública sea de baja calidad. Por tanto, los padres con medios económicos siguen impulsando la educación privada que es muy cara pero de mejor calidad.

La realidad es que todos los jóvenes sueñan con, y muchos lo consiguen, salir del país para encontrar una forma de vida o bien en Kenia, Sudáfrica, Arabia Saudí, o bien en Europa o América.

Esto causa un empobrecimiento para el país de origen, porque después de costear su educación, se van a trabajar en otro país. Si encuentran trabajo, al menos pueden ayudar también a sus familias de origen. La fuga de cerebros de Uganda y de África es ante todo, una gran privación para el continente africano.

Los retos de la educación en Uganda

Varios estudios demuestran que entre 60 y 80% de los estudiantes que acceden a la universidad pertenecen a un grupo privilegiado, muchos de los cuales pueden pagar parte de sus estudios. Más de un 60% de los estudiantes universitarios proceden de las regiones central y occidental, siendo las regiones orientales y del norte las más desfavorecidas. El coste anual de un estudiante universitario anda por los 4.500 euros.

La Organización Internacional para las migraciones (OIM) estima que se marchan 100.000 emigrantes desde el África Subsahariana (ASS) cada año y que la mayoría tiene estudios superiores. Esto supone una pérdida de casi 3.000 millones de dólares anuales para ASS, por el coste de estudios y la falta de rendimiento.

Aunque los emigrados cualificados envían divisas a sus familias de origen, esta contribución no ayuda a los centros educativos a mejorar su calidad de educación.
En la actualidad, la educación publica: desde primaria, secundaria y universitaria, sigue aumentando en número pero más pobre en calidad. Los padres con medios envían sus hijos-as a través de la educación privada para gozar de alguna oportunidad de éxito. Los que solo pueden enviar los jóvenes a los centros de educación publica, saben que encontraran las puertas de empleo cerradas.

Esta situación es sobre todo consecuencia del sistema capitalista y de la gobernanza irresponsable de los gobiernos, tanto regionales como internacionales. Sabemos que este sistema es además causa de la corrupción endémica que envenena toda la vida social política y económica.

Si la desigualdad es grave y vergonzosa en todas las sociedades, en los países africanos es si cabe más cruel e inhumana todavía.

Los que más sufren esta “esclavitud” de la marginación en la educación y la falta de oportunidades son siempre los miembros más vulnerables: los niños y ante todo las niñas empobrecidas de Uganda y de la mayoría de los países africanos.

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