RDC: ¿Consolidar la democracia o profundizar en la confusión?

23/09/2011 | Opinión

Para quienes lo dudaban, habrá pronto elecciones en RD Congo. Sin saber gracias a qué milagro, la CENI (Comisión Electoral Nacional Independiente) va a respetar su propio calendario; está claro que la fiebre electoral sube.

Los hechos acaecidos en Kinshasa el 5 y 6 de septiembre han atraído la atención del mundo entero. Ya en junio se sentía en Katanga el peligro de que la fiebre electoral pudiera hacer despertar los demonios del pasado. Del 7 al 11 de septiembre fue prohibida toda manifestación en Mbuji-Mayi. En Kivu-Sur, la vida pública había quedado paralizada a causa de una fuerte tensión en el seno del ejército, mientras que la inestabilidad en la provincia seguía creciendo. El 13 de septiembre, la sociedad civil de Kivu-Norte denuncia la inseguridad generalizada.

El potencial de violencia es palpable y su unión con cuestiones electorales es clara, pero para nada tengo yo la impresión de que caminamos hacia un escenario en el que la población estaría dividida en dos o varios campos, cada uno de ellos detrás de un líder que encarnaría las aspiraciones de la comunidad. Veo el potencial de violencia más bien en el sentimiento de hartazgo de las gentes, porque sus condiciones de vida diaria no han mejorado desde las últimas elecciones. Este hecho hace que las poblaciones sean vulnerables a la instrumentalización.

En el este, la situación es todavía más complicada ya que falta un progreso duradero en la gestión de la inseguridad. A principios de 2011, hemos seguido los esfuerzos para llegar a una solución negociada con las FDLR, a la integración acelerada superficial de grupos armados, etc. La finalidad era dar un giro a la impopularidad del presidente en las provincias a las que debe su elección en 2006. Pero el gobierno se encuentra ante una tarea casi imposible de gestionar diferentes cajas de Pandora a la vez. Para avanzar en la integración efectiva del CNDP (que sigue siendo un Estado dentro del Estado, un ejército dentro del ejército), es difícil no recordar los grados que el CNDP exige desde hace dos años. Pero si las autoridades otorgan los grados al CNDP, la presión proveniente de los grupos armados congoleños aumentará y se corres el riego de desarrollar expectativas irrealistas. Cuantos más esfuerzos se hacen para responder a las expectativas de los grupos en el este, más se alimenta un sentimiento de exclusión que existe ya en otros lugares en el seno del ejército y en la guardia presidencial. Cuando se ahonda un poco bajo la superficie, se ve cómo los políticos nacionales y provinciales tratan de instrumentalizar los grupos armados para colocarse mejor en el escenario político.

En el Congo todos los grandes dossiers están ligados unos a otros y se cristalizan hoy entorno a las elecciones. Tememos que el Estado congoleño y sus instrumentos sean demasiado débiles para enfrentarse a un efecto de desintegración acelerada a causa de las elecciones. Por ello suscribimos el llamamiento de AETA a los actores políticos instándoles a que se comprometan en el camino de la tolerancia y la no-violencia, creando un espacio de diálogo interactivo entre ellos. Nosotros añadimos nuestras recomendaciones a que la Unión Europea se implique más en el proceso electoral para garantizar que el pueblo congoleño pueda hacer su opción y expresar su voluntad en un desarrollo realmente libre y transparente del proceso electoral.

Kris Berwouts

– Director de EURAC –

Publicado en Echos d’Afrique, 22.09.2011.

Traducción de Ramón Arozarena.

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