Radio Omega, la revolución en directo , Por José Naranjo

18/11/2015 | Bitácora africana

Hace sólo trece meses, Radio Omega era una radio más en Burkina Faso. Recién nacida, hecha por gente muy joven y dinámica, había logrado colarse entre las cinco emisoras más escuchadas del país, pero no podía competir con las grandes cadenas. Hoy, sin embargo, es la más escuchada y respetada del país, cuenta con corresponsales en todas las regiones y sus programas y contenidos son objeto de debate entre taxistas y políticos, intelectuales y vendedores callejeros. Hay quien se ha comprado un transistor sólo para escucharlos. El salto cualitativo de esta pequeña emisora está relacionado con la amplia y extensa cobertura en vivo y en directo de los acontecimientos que han sacudido a este país el último año, primero el alzamiento popular que derrocó a Blaise Compaoré hace trece meses y luego el intento de golpe de estado fallido del pasado 16 de septiembre. Han estado ahí y los burkineses se lo están reconociendo.

Fue en 2011. El conocido periodista Alpha Barry, corresponsal durante años de Radio France International en Burkina Faso, se lanzaba a una nueva aventura con la creación de Radio Omega. En su cabeza estaba alumbrar una emisora por y para la información, un servicio al pueblo burkinés a través de las ondas con el eslogan “la información en tiempo real” que han tratado de seguir al pie de la letra. Tras un periodo de pruebas en el que sólo emitieron música, Radio Omega comienza su programación con un primer flash informativo el 16 de octubre de 2012, hace apenas tres años, desde su pequeño local del barrio de Gounghin, en Uagadugu, la capital burkinesa. Hoy tiene 42 empleados, corresponsales en todas las provincias y en otros países africanos, como Costa de Marfil, Togo, Senegal, Nigeria o Benín, y dos centros de emisión, el citado de Uaga y otro en la segunda ciudad del país, Bobo Dioulasso, desde donde cubren aproximadamente el 80% del territorio nacional.

“Desde el primer momento nuestra particularidad son los directos. Otros no lo hacen porque no tienen medios para ello o simplemente porque no quieren, pero para nosotros fue una apuesta”, asegura Bernard Bougma, responsable de los servicios multimedia, de la emisión en lenguas nacionales y analista político de Radio Omega. Su primera gran cobertura fue las elecciones municipales y legislativas de diciembre de 2012, para las que contaban con enviados especiales en las cinco principales localidades del país. La fórmula funcionó. “Nadie nos conocía entonces y se quedaron sorprendidos de la rapidez de nuestras informaciones”, recuerda Bougma. Poco después, en enero de 2013, vino la Copa de África que se celebraba en Sudáfrica. La pequeña Radio Omega no solo desplegó a sus periodistas en todos los puntos calientes de Uagadugu donde se juntaba la gente a ver el fútbol, sino que contó con conexiones en directo con los estadios donde se estaban jugando los partidos, en Sudáfrica.

A la cabeza del joven equipo de esta emisora se encuentra su director general Jean Claude Badoum, ex de la pública Radio Televisión Burkinesa (RTB) y otros medios. “Todo empieza por la información y acaba por la información”, asegura este curtido periodista. Durante sus primeros dos años, Radio Omega cubrió todos y cada uno de los mitines y encuentros organizados tanto por el Congreso por la Democracia y el Progreso (CDP), el partido en el poder, como por los grupos de oposición. Siempre en directo. “La gente empezó a hablar, empezamos a hacernos conocidos, nos colocamos entre las cinco radios más escuchadas del país”, remata Bougma.

Las aguas ya bajaban revueltas en Burkina Faso durante el año 2014. El entonces presidente, Blaise Compaoré, había anunciado su intención de reformar el artículo 37 de la Constitución para poder volver a presentarse en las elecciones después de 27 años en el poder, algo que rechazaba una amplia mayoría de la población. Radio Omega se sumergió a fondo en la cuestión, dedicó al artículo 37 programas especiales, debates y encuestas en la calle. Dio voz a todo aquel que quiso expresarse al respecto e hizo una enorme labor de pedagogía. Por eso, cuando a finales de octubre el pueblo burkinés se echó a la calle alentado por movimientos ciudadanos como Balai Citoyen y por los partidos de oposición, esta emisora también estuvo allí, a pie de manifestación, contando lo que pasaba.

Sin embargo, todo se precipita el 30 de octubre, el día que los parlamentarios debían votar la reforma. Las protestas se convierten en alzamiento popular y los ciudadanos queman la sede de la Asamblea Nacional, forzando en solo dos días la caída de Compaoré y su régimen. “Habíamos mandado a dos periodistas a cubrir la votación y otro más para que siguiera lo que pasaba en la calle. El ambiente estaba ya muy caldeado desde los días anteriores. Recuerdo que nos negaron el acceso al Parlamento. Luego le pegaron fuego al edificio y saquearon la televisión pública”. Bernard Bougma evoca aquellos días con pasión de periodista. La mayor parte de las emisoras decidieron dejar de emitir, había miedo a lo que podía pasar, pero Radio Omega continuó. “Estábamos siempre en el corazón de los acontecimientos, lo contamos todo al minuto, la huída de Compaoré, la toma del poder por parte del general Honoré Traoré primero y luego por el teniente coronel Zida”.

Dos elementos importantes para comprender también el rápido éxito de Radio Omega son, en primer lugar, la enorme cantidad de gente que se informa por la radio debido a las altas tasas de analfabetismo y el hecho de que emiten en francés, pero también en tres lenguas autóctonas, como son el more (de la etnia mayoritaria mossi), el dioula y el pulaar o fufuldé, hablada por los peul. Durante la transición, la emisora continuó prestando un servicio indispensable a la población, que ya la reconocía como una radio conectada como pocas con la actualidad. “Dimos la palabra a todos, incluso a la gente que procedía del antiguo régimen. El CDP nos acusó de estar contra ellos y luego las autoridades de transición se enfadaron porque entrevistamos por ejemplo, a Djibril Bassolé, ex ministro de Compaoré. No tomamos partido por nadie, somos totalmente neutrales, lo que también ha tenido su precio”, añade Bougma.

Y llegamos al 16 de septiembre, cuando los miembros de la Guardia Presidencial (RSP) al frente de los cuales estaba el general Dienderé dan un golpe de estado para dinamitar la transición. En los días previos Radio Omega había llevado a cabo una investigación sobre un supuesto fraude de carnés electorales. “Estoy convencido de que aquello era una maniobra para justificar el golpe que vino después”, añade el periodista. Eran las cuatro de la tarde. Un animador estaba llevando a cabo una emisión en lengua more cuando uno de los periodistas recibe un mensaje desde el Consejo de Ministros que se estaba celebrando. “El presidente y el primer ministro han sido secuestrados por militares”. Tras verificarlo, Radio Omega interrumpe su programación habitual y lanza un primer flash, al que siguió uno cada quince minutos durante toda la tarde.

Alpha Barry movilizó a todos sus reporteros y muchos de ellos fueron enviados, una vez más, a la calle. Se puso en marcha un especial sobre el putsch de forma ininterrumpida, el país se estaba jugando mucho en aquellas horas decisivas. “Entonces nos preguntábamos si detrás del golpe estaba la exclusión de los candidatos próximos al CDP o si era la posible disolución de la Guardia Presidencial lo que había desencadenado los acontecimientos. O todo a la vez. Lo cierto es que ese día vinieron a la radio dos personas que habían sido de la CDP que se presentaron como miembros del Movimiento para la Restauración de la Democracia (MRD) para anunciar su apoyo al golpe de estado. Las cosas empezaban a estar más claras”.

Sin embargo, no fue la única visita que recibieron. Al día siguiente, un grupo de soldados de la Guardia Presidencial entraron por la fuerza en la emisora y obligaron a interrumpir la emisión. Al irse aprovecharon también para echar gasolina a seis motos que estaban aparcadas en la puerta y quemarlas. “Fue una agresión deliberada contra la libertad de expresión, contra nuestra forma de entender la información”, dice Bougma. Sin embargo, ni siquiera así pudieron acallar la voz de Radio Omega. “Organizamos la resistencia por Internet y a través de la emisora de Bobo Dioulasso. Nos comunicábamos por SMS y mantuvimos el servicio web actuando cada uno desde distintos lugares, moviéndonos de unas casas a otras para que no nos interceptaran”.

Y es que además del servicio de radio clásico a través de FM, Radio Omega se puede escuchar por Internet. Se cuentan por miles los burkineses que siguieron en directo el alzamiento o el golpe de estado desde el extranjero gracias a esta información fresca y de calidad. También se interesan por el deporte, por ejemplo estos días han tenido un enviado especial al Tour de Faso, la cultura, la salud o la economía, a la que dedican un informativo especial, pero la política es su pasión, como la de todo el país en estos días clave. De cara a las elecciones que se celebrarán el próximo 29 de noviembre, a las que concurren 14 candidatos con dos claros favoritos, ya están preparando un dispositivo y un despliegue nunca visto antes, reforzando su página web y poniendo a trabajar a sus 45 corresponsales, uno por cada provincia del país. Haber conseguido esto en sólo tres años ha sido un reto. Contar la revolución burkinesa en directo, un hito en la historia del país.

Original en : Blogs de El País. África no es un país

Autor

  • Naranjo, José

    José Naranjo Noble nació en Telde (Gran Canaria) el 23 de noviembre de 1971. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid en 1994, ha seguido profesionalmente el fenómeno de la inmigración africana hacia Canarias, tanto desde la óptica de las Islas como desde los países de origen y tránsito de los irregulares. Así, para elaborar sus reportajes, publicados en diversos medios de comunicación, ha viajado por el sur de Marruecos, el Sahara, Argelia, Malí, Senegal, Gambia, Cabo Verde y Mauritania, donde ha recogido los testimonios de centenares de personas. Por este trabajo le fueron concedidos los premios Antonio Mompeón Motos de Periodismo 2006 y el Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española 2007, en este caso junto al también periodista Nicolás Castellano.

    Buena parte de su trabajo está recogido en los libros Cayucos (Editorial Debate, 2006), con el que fue finalista del Premio Debate, y en Los invisibles de Kolda (Editorial Península, 2009). Además, es coautor de los libros Inmigración en Canarias. Procesos y estrategias (Fundación Pedro García Cabrera, 2008) y Las migraciones en el mundo. Desafíos y esperanzas (Icaria, 2009).

    Es redacror de la revista digital de información sobre África Guinguinbali donde tiene su blog Los Invisibles , que reproduciremos en Bitácora Africana

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