Después de unas semanas en las que el Presidente de Sudán, Omar Al Bashir, no ha podido dormir bien por las amenazas del fiscal general del Tribunal Penal Internacional de acusarle por las matanzas de Darfur, ahora debe haber vuelto a disfrutar de un tranquilo sueño.
Ha surgido en África casi un consenso sobre que acusar a Al Bashir de crímenes contra la humanidad acabaría con cualquier posibilidad de asentamiento político de la crisis de Darfur.
Esta respuesta de África no es una sorpresa. Una manera de entender de donde viene es comparar lo ocurrido a principio de este año después de que dos turistas franceses fueran asesinados en los desiertos de Mauritania.
Como resultado de estos asesinatos, el rally París Dakar, el acontecimiento de deporte de motor más extenuante del mundo, fue cancelado a pesar de que el segmento mauritano es sólo una pequeña parte de la carrera de tres semanas de duración. Los asesinos no eran sólo un problema para el Gobierno francés, sino que también lo eran para otros países de la Unión Europea.
Si hubiese ocurrido lo contrario, que dos ciudadanos africanos hubieran sido asesinados en Francia, los Gobiernos respectivos probablemente ni siquiera habrían protestado.
Se hubiera dicho que los asesinatos habían sido acontecimientos “aislados” y que no podían permitir que se dañasen las “importantes relaciones diplomáticas” con París.
En Kenia, más de diez años después de que la turista británica Julie Ward fueses asesinada en un parque de juegos, el asunto no se acaba. De vez en cuando, salta a los medios de comunicación británicos, con el pretexto del menor rumor sobre una nueva pista.
En África, si la policía no resuelve un crimen en las dos semanas posteriores a que se cometa, el juicio se congela para siempre.
Y las masacres de pueblos enteros por parte del ejército, matanzas de docenas de estudiantes durante una manifestación estudiantil, y de cientos de manifestantes después de la celebración de unas elecciones, por lo general son olvidadas por todos en dos años, excepto por los seres queridos de las víctimas.
Existe una negativa generalizada a indignarse sobre el asunto Darfur, porque nos hubiera sido igualmente indiferente si esos asesinatos hubieran tenido lugar en nuestro país. Si eres del sur no te importa nada lo que les pase a tus paisanos y paisanas del norte.
Charles Onyoango Obbo
The East African
